Votar puede m¨¢s que las balas
Gane quien gane las elecciones del domingo, Venezuela necesita un di¨¢logo nacional
El pasado 7 de noviembre, en Myanmar (antes Birmania), el partido oficial, respaldado por el Ej¨¦rcito, que hasta hace poco ejerci¨® una brutal dictadura, fue derrotado por la oposici¨®n encabezada por la premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, presa durante a?os. Su partido, la Liga Nacional para la Democracia, ya hab¨ªa ganado en ocasiones anteriores, pero los militares burlaron su triunfo.
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Ahora, a pesar de que el tribunal electoral estaba presidido por un general de la vieja guardia, los votos fueron contados como se debe, y le dieron a la Liga 387 esca?os del Parlamento, contra apenas 42 para el oficialismo. Un poeta, Tin Thit, tambi¨¦n preso por a?os, le gan¨® el esca?o a otro poderoso general, U Wai Lwin, antiguo ministro de Defensa. El poeta triunfante dijo algo que no ser¨¢ novedoso, pero es verdadero: ¡°Los votos pueden m¨¢s que las balas¡±.
En Am¨¦rica Latina las balas, o sea, los golpes de Estado y las dictaduras militares, van quedando para la historia, como acaba de demostrarse en las elecciones presidenciales de Argentina. La democracia se dilucida en los recintos electorales y no en los cuarteles. Estuve hace poco en Buenos Aires y un fraude electoral parec¨ªa a todos un asunto de otro planeta.
Ahora sigue Venezuela, con las elecciones que se celebrar¨¢n el 6 de diciembre para renovar la totalidad de los esca?os de la Asamblea Nacional. En medio de la profunda crisis social y econ¨®mica, las encuestas auguran la victoria de la Mesa de Unidad Democr¨¢tica (MUD), que desplazar¨ªa del dominio del poder legislativo al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
En medio de muchas y graves acusaciones en contra del sistema, la historia electoral de Venezuela bajo el chavismo resulta impecable. Es el pa¨ªs de Am¨¦rica Latina donde m¨¢s elecciones se han dado en los a?os recientes, y aunque el ¨®rgano electoral se halla bajo el control oficial, es poco lo que puede alegarse hasta ahora en contra de la transparencia a la hora de contar los votos.
?Qu¨¦ significa 'no entregar la revoluci¨®n' si pierde el oficialismo?
Los reparos vienen de c¨®mo el Gobierno ha asumido sus derrotas, despojando de sus poderes a los funcionarios electos, gobernadores y alcaldes, mediante maniobras legales o medidas de hecho, o meti¨¦ndolos simplemente en la c¨¢rcel. Ahora, de ganar la oposici¨®n, tal como se?alan las encuestas, el presidente Maduro perder¨ªa el control del andamiaje legislativo, del que depende buena parte del poder que ejerce.
S¨®lo para empezar, de acuerdo con la Constituci¨®n Bolivariana, la Asamblea Nacional puede delegar en ¨¦l la autoridad de dictar leyes y decretos por periodos prolongados, en una larga lista de materias. En unas nuevas circunstancias, en que la oposici¨®n controlara los dos tercios de la mayor¨ªa parlamentaria ¡ªcomo parece que podr¨ªa ocurrir¡ª, esta transferencia absoluta de poderes al presidente, que deja pr¨¢cticamente en receso a la Asamblea Nacional, ya no podr¨ªa darse.
Un conflicto institucional est¨¢ a la vista, y acomodar una situaci¨®n semejante corresponde a los mismos mecanismos de la democracia. Deber¨ªa imponerse un di¨¢logo de convivencia, para que el pa¨ªs no siga descarrilando.
Pero las declaraciones del presidente Maduro no barruntan lo mejor. Aunque ha dejado claro que respetar¨¢ los resultados electorales, tambi¨¦n ha dicho que de perder estas elecciones, ¡°no entregar¨ªamos la revoluci¨®n y la revoluci¨®n pasar¨ªa a una nueva etapa¡±; y que gobernar¨ªa ¡°con el pueblo¡ y en uni¨®n c¨ªvico-militar¡ quien tenga o¨ªdos que entienda, el que tenga ojos que vea clara la historia, la revoluci¨®n no va a ser entregada jam¨¢s¡¡±.
Surgen entonces preguntas inquietantes: ?qu¨¦ significa no entregar la revoluci¨®n, si la mayor¨ªa leg¨ªtima de los votantes pone a la Asamblea Nacional en manos de las fuerzas opositoras? ?Una nueva etapa de la revoluci¨®n significa m¨¢s radicalizaci¨®n y p¨¦rdida de m¨¢s libertades ciudadanas, m¨¢s autoritarismo? ?Qu¨¦ significa gobernar con el pueblo, si es que el pueblo ya ha votado en contra del partido oficial? Y lo peor de todo, ?qu¨¦ significa gobernar en uni¨®n c¨ªvico-militar? ?Qu¨¦ pito tocan los generales y los coroneles a la hora en que los votos dilucidan el asunto del poder? Eso me recuerda al poeta birmano Tin Thit cuando dice, con tanta raz¨®n, que: ¡°Los votos pueden m¨¢s que las balas¡±.
El presidente Maduro tambi¨¦n ha dicho que si su partido gana las elecciones legislativas, llamar¨¢ a un di¨¢logo nacional. Es lo que deber¨ªa hacer tambi¨¦n si las pierde. Y lo que deber¨ªa hacer la oposici¨®n si gana. El di¨¢logo es un instrumento de la democracia, y de un poder irreductible.
Sergio Ram¨ªrez es escritor.
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