Un momento crucial

Este a?o que termina, 2015, ha sido testigo de un cambio sustancial en las expectativas de desarrollo global. Espa?a ha tenido un papel importante en la construcci¨®n de la Agenda 2030, con nuevos objetivos de desarrollo sostenible definidos bajo el auspicio de Naciones Unidas, y ahora nuestro pa¨ªs tiene por delante ante s¨ª el reto de impulsar los cambios necesarios dentro y fuera.

Pero las condiciones de partida no son buenas. Tras m¨¢s de siete a?os de crisis y ajuste, Espa?a ha registrado un notable incremento de la desigualdad y la pobreza, una reducci¨®n importante de puestos de trabajo, se han debilitado los servicios p¨²blicos y han disminuido las rentas de las familias. Los objetivos relacionados con la sostenibilidad no han sido una prioridad del Gobierno, y el retroceso ha sido may¨²sculo en muchos par¨¢metros ambientales. Y todo ello en un contexto de abrupta retirada de Espa?a del espacio internacional de cooperaci¨®n, ?con un recorte del 70% en la ayuda al desarrollo!

El Gobierno espa?ol ha estado involucrado durante todo el proceso de formulaci¨®n de la Agenda, ha suscrito los Objetivos de Desarrollo Sostenible y deber¨¢ plantear una acci¨®n transformadora si quiere ser coherente. Necesitamos un compromiso firme para revertir la tendencia. La nueva agenda puede cambiar las perspectivas a largo plazo de un mundo en el que todos y todas podamos disfrutar de nuestros derechos, lejos de la injusticia de la pobreza y la desigualdad y en un planeta con los recursos naturales suficientes y sostenibles. Son muchos millones de personas que sufren las consecuencias de unas pol¨ªticas injustas y destructivas en un mundo que dispone de recursos y conocimientos para evitarlo. Adem¨¢s, sabemos que nadie est¨¢ hoy a salvo de las consecuencias de la volatilidad de los mercados o de los impactos del cambio clim¨¢tico.

La nueva agenda puede cambiar las perspectivas a largo plazo de un mundo en el que todos y todas podamos disfrutar de nuestros derechos

En Espa?a, y en muchos otros pa¨ªses, quer¨ªamos un ejercicio de responsabilidad colectiva de nuestros dirigentes pol¨ªticos, una toma de conciencia de la gravedad de los problemas globales y propuestas de soluciones compartidas para erradicar la pobreza de una vez por todas.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen una agenda universal que compromete a todos los pa¨ªses, cualquiera que sea su nivel de desarrollo. Adem¨¢s, esta vez el proceso ha sido abierto, inclusivo y equilibrado en t¨¦rminos regionales. Por eso Espa?a no puede ni debe echarse atr¨¢s ante ninguno de los retos.

El reto esta vez incluye a pa¨ªses en desarrollo y pa¨ªses desarrollados como el nuestro. Supone cambios en las pol¨ªticas y los presupuestos de los pa¨ªses en desarrollo y en las normas sociales sobre los derechos y obligaciones de los gobiernos y de otros actores sociales. Aunque, de momento, poco se espera de los pa¨ªses desarrollados en t¨¦rminos de ayuda y pol¨ªticas coherentes con el desarrollo, a excepci¨®n de Suecia o Dinamarca, quiz¨¢ nos estemos equivocando. Espa?a podr¨ªa mejorar mucho en este ¨¢mbito, si toma el compromiso como una oportunidad real y la convierte en agenda de gobierno y presenta un plan para la implementaci¨®n de lo acordado, tanto a nivel nacional como internacional.

Espa?a no puede ni debe echarse atr¨¢s ante ninguno de los retos de la Agenda Post 2015

Si no, el compromiso de nuestro pa¨ªs con el desarrollo y su cooperaci¨®n internacional corren el riesgo de haber firmado otro papel mojado m¨¢s. Si el crecimiento del PIB sigue siendo nuestro mantra, si los intereses del gran negocio y de las ¨¦lites financieras prevalecen por encima de la justicia social y la equidad, si la industria de los combustibles f¨®siles sigue dictando las reglas de nuestro futuro energ¨¦tico. Y si un pu?ado de personas acumula la misma riqueza que la mitad de la poblaci¨®n mundial.

Las voces de la gente no pueden siendo ignoradas. Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam, insiste en que para acabar con la pobreza y el hambre se necesitan soluciones pol¨ªticas, tangibles y rupturistas. Se necesita un cambio en la distribuci¨®n de poder global para prevenir un calentamiento global catastr¨®fico para los m¨¢s vulnerables, para que la riqueza no se cuele en las fisuras de un sistema fiscal trucado y para que en los pa¨ªses prevalezca la democracia, el buen gobierno y la rendici¨®n de cuentas y se escuche a las personas.

?Ser¨¢n los nuevos objetivos capaces de hacernos mejores, m¨¢s ambiciosos y universales en nuestra cooperaci¨®n internacional? ?Podremos adaptar nuestras pol¨ªticas, nuestras pr¨¢cticas, la formaci¨®n y la orientaci¨®n del trabajo de nuestros profesionales, la relaci¨®n entre organismos p¨²blicos y privados¡­? ?O se convertir¨¢n, por el contrario, en un nuevo batiburrillo incomprensible de metas que no servir¨¢n para cambiar las decisiones pol¨ªticas? Las dos opciones son las dos caras de una misma moneda, pero todo esto no es solo cuesti¨®n de suerte, sino una elecci¨®n clave para el nuevo Gobierno de nuestro pa¨ªs. El que tomar¨¢ las decisiones en 2016.

Lourdes Benavides

Coordinadora de Medios de Vida de Oxfam Interm¨®n.