Europa y Latinoam¨¦rica, unidas frente al cambio clim¨¢tico
Se deben plantear objetivos realistas pero ambiciosos en la reuni¨®n de Par¨ªs
Pocos niegan ya que el cambio clim¨¢tico en curso es una realidad fruto de la acci¨®n humana. El consenso cient¨ªfico, social y pol¨ªtico en la materia es abrumador, y con ¨¦l crece la conciencia de que es necesario actuar con decisi¨®n para evitar que sus impactos alcancen dimensiones catastr¨®ficas. Sin embargo, el tiempo corre en nuestra contra: si no actuamos ya, puede que sea demasiado tarde.
Entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre tenemos una oportunidad hist¨®rica. A lo largo de esa semana se celebra en Par¨ªs la COP21, la 21a reuni¨®n del Convenio Marco de Naciones Unidas Sobre el Cambio Clim¨¢tico (CMNUCC). Participar¨¢n en ella m¨¢s de 40.000 personas, desde jefes de Estado y de gobierno a expertos y representantes de la sociedad civil. La COP 21 pretende alcanzar un acuerdo universal y jur¨ªdicamente vinculante para mantener el calentamiento global por debajo del l¨ªmite de 2¡ã C en relaci¨®n a los niveles preindustriales, e impulsar la transici¨®n hacia sociedades y econom¨ªas bajas en carbono. El acuerdo deber¨¢ contemplar iniciativas concretas, factibles y justas en materia de reducci¨®n de emisiones causantes del efecto invernadero y adaptaci¨®n y mitigaci¨®n de los efectos del calentamiento global. El protocolo de actuaci¨®n que finalmente sea aprobado en Par¨ªs entrar¨¢ en vigor en 2020.
Es de esperar que Europa, palad¨ªn tradicional en materia de lucha contra el cambio clim¨¢tico, est¨¦ a la altura de las circunstancias. Y nosotros, como copresidentes de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (EuroLat), esperamos adem¨¢s que en ese compromiso le acompa?en muy de cerca Am¨¦rica Latina y el Caribe. Se trata de una cuesti¨®n de puro pragmatismo: en la UE hay regiones, particularmente en la zona sur, muy expuestas a las consecuencias m¨¢s dram¨¢ticas del cambio clim¨¢tico, pero la pr¨¢ctica totalidad de Latinoam¨¦rica padece un riesgo elevado de sufrir desastres naturales por esta causa.
En tanto que representante de los pueblos de Europa y de Am¨¦rica Latina y Caribe, EuroLat se hizo eco de la preocupaci¨®n general por el cambio clim¨¢tico a trav¨¦s una resoluci¨®n aprobada en su sesi¨®n plenaria del 5 de junio de 2015. En dicha resoluci¨®n, EuroLat abogaba por un acuerdo hist¨®rico, transparente y justo, que adem¨¢s de limitar el aumento de la temperatura en un m¨¢ximo de 2¡ã C, garantice el respeto de los derechos humanos, el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y la igualdad de g¨¦nero en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Insist¨ªa tambi¨¦n en la necesidad de crear instituciones y mecanismos que favorezcan la gobernanza medioambiental, a trav¨¦s del dise?o, planificaci¨®n, coordinaci¨®n y ejecuci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas eficientes. A este respecto, tal como se se?al¨® en la III Conferencia de Naciones Unidas sobre Reducci¨®n del Riesgo de Desastres (Sendai, Jap¨®n, 14 de marzo de 2015), las autoridades locales pueden y deben jugar un papel primordial, puesto que su cercan¨ªa al ciudadano les permite tomar iniciativas tanto de prevenci¨®n como de socorro mucho m¨¢s efectivas, sino cruciales.
La financiaci¨®n de la lucha contra el cambio clim¨¢tico, tiene una importancia clave. De ah¨ª que en su resoluci¨®n de junio, EuroLat incluyera el tema por considerar que no puede quedar desatendido en el COP 21. Para ser capaces de responder al reto en la medida que les corresponde, los pa¨ªses, regiones y comunidades menos favorecidas necesitan una transferencia de recursos financieros, tecnolog¨ªas, saberes y experiencias procedentes de los pa¨ªses desarrollados. En este terreno es preciso que exista una voluntad pol¨ªtica clara, que no se agote en las declaraciones y manifestaciones de intenciones, sino que suponga el refuerzo de los programas y mecanismos existentes y la creaci¨®n de otros adicionales.
En el objetivo de financiaci¨®n a largo plazo derivado de la Cumbre de Copenhague, los pa¨ªses desarrollados se comprometieron a movilizar 100.000 millones de d¨®lares anuales, provenientes de fuentes p¨²blicas y privadas, que integrar¨ªan el Fondo Verde para el Clima. La finalidad del mismo es ayudar a los pa¨ªses en desarrollo en la lucha contra el cambio clim¨¢tico a partir de 2020. A este respecto, EuroLat aboga por que la financiaci¨®n del Fondo Verde para el Clima sea eficaz, previsible, sostenible, transparente y preste especial atenci¨®n a los grupos de poblaciones y comunidades m¨¢s vulnerables (ind¨ªgenas, mujeres, regiones geogr¨¢ficamente desfavorecidas, peque?os estados insulares, etc.).
Am¨¦rica Latina tambi¨¦n est¨¢ desarrollando iniciativas y compromisos dignos de menci¨®n Un buen ejemplo de ello es Brasil, uno de los precursores de la denominada diplomacia clim¨¢tica. Brasil est¨¢ implementando una serie de pol¨ªticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero sin comprometer el desarrollo econ¨®mico y teniendo en cuenta los derechos de las mujeres, las comunidades ind¨ªgenas y los trabajadores. Es uno de los pocos pa¨ªses en desarrollo comprometido a asumir una meta absoluta de reducci¨®n de emisiones (reducci¨®n del 37% de las emisiones hasta 2025 y del 43 % en 2030, siendo 2005 el a?o base) y que contempla acciones de adaptaci¨®n, mitigaci¨®n y capacitaci¨®n mejor planteadas.
Por otra parte, el pasado 6 de noviembre en Quito la CEPAL present¨® su posici¨®n com¨²n en esta materia. Entre los anuncios realizados se destac¨® la decisi¨®n de invertir entre el 1.5 y el 5 % del PBI regional en la lucha contra el cambio clim¨¢tico en los pr¨®ximos cien a?os, la voluntad de establecer una Corte Internacional en Defensa de la Madre Tierra y el concepto de justicia clim¨¢tica que deber¨ªa guiar la acci¨®n de la Corte. En ese marco y a iniciativa de Ecuador, los pa¨ªses latinoamericanos reafirmaron su determinaci¨®n de luchar por un sistema de compensaci¨®n que les resarza de los ingresos no percibidos por la no explotaci¨®n de los recursos naturales disponibles, que se corresponden con emisiones netas evitadas (Iniciativa Yasuni-ITT).
Am¨¦rica Latina y Europa deben plantear objetivos realistas pero ambiciosos en la reuni¨®n de Par¨ªs. Objetivos que, como se?al¨® el secretario de Naciones Unidas Ban Ki- Moon, es vayan m¨¢s all¨¢ de las divisiones entre pa¨ªses desarrollados y pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, cuando lo que est¨¢ en juego es el futuro de la humanidad.
Roberto Requiao y Ram¨®n J¨¢uregui son copresidentes de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (EuroLat)
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