Las ONG lo demuestran: cuanta m¨¢s democracia, m¨¢s poder femenino

Las organizaciones sin ¨¢nimo de lucro cumplen la Ley de Igualdad. Son probablemente las ¨²nicas en Espa?a que lo hacen. As¨ª se desprende del informe que anualmente realiza la Fundaci¨®n Lealtad sobre la Situaci¨®n actual de las ONG en Espa?a. En el ¨²ltimo, dado a conocer hoy, se aportan unos datos relevantes que demuestran que el poder en las organizaciones sin ¨¢nimo de lucro es femenino. De hecho, el 59% de las 222 instituciones que audita la fundaci¨®n est¨¢n presididas y/o dirigidas por mujeres y, en sus ¨®rganos de gobierno, la presencia media es del 40%, precisamente el porcentaje que fijaba la Ley de Igualdad para cumplir este a?o. Una cuota que no alcanzan ni de lejos las mayores empresas cotizadas, las que figuran en el Ibex, en cuyos consejos de administraci¨®n apenas si hay un 17% de f¨¦minas, y son las que mejores ratios exhiben, ya que el conjunto de las compa?¨ªas que fluct¨²an en Bolsa solo se acerca al 14%.

Las razones que explican esta gran diferencia en la gesti¨®n de las organizaciones sin ¨¢nimo de lucro tienen el punto de partida en el mayor compromiso de las mujeres con las causas sociales, explica Javier Martos, director general de Unicef en Espa?a. Otra vez los datos reflejan esa realidad: un 70% de los empleados de ONG y fundaciones son mujeres. Ahora y tradicionalmente, recuerda Patricia de Roda, su hom¨®loga en la Fundaci¨®n Lealtad, ¡°son las que m¨¢s han trabajado en las entidades caritativas desde su nacimiento¡±. Pero eso solo es el punto de partida, puesto que estas instituciones, seg¨²n Martos, son innovadoras y la mayor presencia femenina en sus ¨®rganos de gobierno ¡°es una innovaci¨®n m¨¢s de tercer sector¡±, que siempre se ha preocupado por la conciliaci¨®n entre la vida laboral y personal de sus miembros, por ejemplo con bajas maternales de seis meses, como las que existen en Unicef.

Y ese dominio en sus bases es el que finalmente acaba encumbrando a las mujeres a la direcci¨®n de las organizaciones. Las cifras son testarudas. Cuanto m¨¢s democr¨¢ticas son las instituciones, m¨¢s poder recae en manos de las mujeres. En el tercer sector, la junta directiva de las asociaciones tiene un 45% de mujeres, mientras que en las fundaciones esa media desciende al 35%. ?La causa? ¡°Tiene que ver con qui¨¦n elige los ¨®rganos de gobierno. En las asociaciones es la asamblea, con mayor¨ªa de mujeres; pero en las fundaciones es el patronato. Las asociaciones son m¨¢s abiertas. Votan los socios. Mientras que los patronatos funcionan por designaci¨®n¡±, explica De Roda.

Son precisamente las entidades sin ¨¢nimo de lucro de menor tama?o las que destacan con unos ¨®rganos de gobierno con mayor representaci¨®n femenina, en concreto del 47%. Pero tambi¨¦n hay algunas grandes instituciones, con 50 millones de presupuesto anual, donde esa presencia es m¨¢s que significativa: la Asociaci¨®n Espa?ola Contra el C¨¢ncer, por ejemplo. Con una presidenta, una directora general y un consejo paritario, indica Noema Paniagua, su directora general. De sus 7.000 empleados, m¨¢s de 5.600 son mujeres y de sus 15.000 voluntarios, m¨¢s de 13.300. Paniagua asegura que en la contrataci¨®n no se plantea la cuesti¨®n de g¨¦nero, pero s¨ª entre sus colaboradores, ¡°queremos m¨¢s hombres voluntarios y estamos trabajando para conseguirlo¡±.

Pero volvamos al poder. ?Qu¨¦ pueden ense?ar las instituciones del tercer sector a las empresas privadas? ¡°El hecho de que seis de cada 10 ONG est¨¦n dirigidas por mujeres representa una gran cantera para los consejos de administraci¨®n de las empresas privadas. Porque las entidades sociales son organizaciones complejas, que no solo precisan de una buena gesti¨®n sino que tienen que motivar a sus empleados y voluntarios, tienen que captar fondos y optimizarlos¡±, argumenta la directora general de la Fundaci¨®n Lealtad. De Roda sabe que en Espa?a no es muy frecuente el salto del tercer sector al empresarial, algo que ¡°en el mundo anglosaj¨®n s¨ª que ocurre, existen muchas mujeres en consejos que provienen de ONG¡±. Consuelo Crespo, expresidenta de Unicef, es uno de los pocos ejemplos de este tr¨¢nsito, aunque ya no forma parte del m¨¢ximo ¨®rgano rector de Acciona como lo hizo en su d¨ªa.

¡°Es muy dif¨ªcil pasar al sector privado porque se sigue pensando que en las organizaciones sociales hay falta de profesionalidad. Y esto ya no es as¨ª. Las mujeres que trabajan en ¨¦l tienen una alt¨ªsima formaci¨®n y una alt¨ªsima motivaci¨®n. Podr¨ªan aportar a las empresas las dotes para el trabajo en equipo y la flexibilidad en la toma de decisiones que las caracteriza¡±, sostiene Javier Martos.

Habr¨ªa que aprender de lo modernas que han sido las entidades sociales, que han sido la avanzadilla del sector privado en cuanto al poder femenino, zanja la directora de la Fundaci¨®n Lealtad.