Matar de nuevo a Su¨¢rez
Impostar al personaje para heredar sus bondades es un error
Adolfo Su¨¢rez se muri¨® de una enfermedad degenerativa e implacable y en ello no tuvimos que ver ninguno de los dem¨¢s. La enfermedad se lo pudo llevar apunt¨¢ndose todo el m¨¦rito. Pero tuvo otras muertes de las que no sabemos si fueron m¨¢s o menos dolorosas que la f¨ªsica.
Sabemos que la primera coincidi¨® con su desastre pol¨ªtico. Su¨¢rez intent¨® agarrarse a su imagen p¨²blica para sobrevivir. Pero ya no hab¨ªa nada que hacer. Y yo creo que en parte eso se debi¨® a que Su¨¢rez no representaba el centro como ¨¦l quer¨ªa y como casi todos cre¨ªmos en alg¨²n momento. Incluso su imagen se convirti¨® en algo borroso e impreciso, incapaz de sumar votos y de dar contenido a un proyecto pol¨ªtico del que carec¨ªa.
Por eso sorprende que Albert Rivera y Mariano Rajoy hayan coincidido, el uno machaconeando persistente esa imagen de Su¨¢rez para impostarle, y el otro intentando obscenamente apropiarse del significado del centro. Rivera trata de encarnar la imagen juvenil del cambio pol¨ªtico, del que echaba la mano insolente al brazo del Rey (peor a¨²n: se lo hizo a Hassan II, que tuvo que intervenir para parar a su escolta). Rajoy denota que mendiga una imagen campechana. ?No tiene otra manera de convencernos de que ¨¦l es el centro? Bert¨ªn y Su¨¢rez no le van a ser suficiente.
Hay un gigantesco error en todo esto: que Su¨¢rez era la encarnaci¨®n del centro. Tanto ¨¦l como su hijo, como el PP y como Ciudadanos se han equivocado. Espa?a no vot¨® al centro cuando Su¨¢rez triunf¨® por goleada, vot¨® democracia, vot¨® di¨¢logo, y vot¨® el final de la dictadura. En parte votaron a Su¨¢rez los que votaron a Felipe. Resucitarle ahora, en ?vila y con ese p¨¦simo pol¨ªtico que es el hijo del hombre ejemplar, no lleva a ninguna parte. Impostar al personaje para heredar sus bondades es otro error. Algo menor porque se trata de buscar una imagen kenediana espa?ola.
A todos los que buscan alguna transferencia m¨¢gica de virtudes hay que recordarles de d¨®nde ven¨ªa Su¨¢rez y a qui¨¦n traicion¨® para darnos a los dem¨¢s un nacimiento pol¨ªtico digno.
Pero hay que decirlo todo: m¨¢s vale que tomen a Adolfo Su¨¢rez como ejemplo que a cualquier indigno de los que andamos tan sobrados.
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