Quedan cinco a?os de superh¨¦roes

Hay que prestar siempre mucha atenci¨®n a lo que dice Steven Spielberg a su p¨²blico cinematogr¨¢fico. Quiz¨¢ no ocupe en el futuro un lugar en el Olimpo de los directores, junto a Griffith, Ford, Hitchcock, Lang, Eisenstein, Von Stroheim o Dreyer, pero es uno de los pocos directores vivos que extrae emoci¨®n de cada plano que rueda. Tiene oficio y background. Merece atenci¨®n porque es uno de los muchachos (hoy ya con 69 a?os) que desde la d¨¦cada de los setenta moldearon la industria cinematogr¨¢fica tal como es hoy. ?l y George Lucas, aunque Dios no ha llamado al director de Star Wars por la senda del talento narrativo. Chatarra seudomitol¨®gica y freaky aparte, el episodio VII de Star Wars, a punto de estrenarse, ser¨¢ probablemente superior en br¨ªo y complejidad a ese mediocre episodio IV, que inaugur¨® la saga maniquea hasta el color¨ªn de los jedi, los sith y las rep¨²blicas estelares defendidas por princesas.

Volvamos a Spielberg. Cuando argumenta que la industria est¨¢ obligada a segmentar el mercado, es decir, que el espectador tendr¨¢ que pagar m¨¢s por una entrada para asistir a una pel¨ªcula que ha costado 150 millones de d¨®lares que por ver una que ha costado 30 millones, no hay m¨¢s remedio que darle la raz¨®n; pagar m¨¢s por la producci¨®n m¨¢s cara responde al c¨¢lculo racional de la empresa. Por cierto, que en esto Spielberg coincide con Lucas, tan sagaz productor y negociante (que se lo pregunten a Disney) como est¨®lido director. Pero cuando el director de Tibur¨®n dice que ¡°las pel¨ªculas de superh¨¦roes desaparecer¨¢n, que el p¨²blico pronto empezar¨¢ a pedir una mayor diversidad de voces¡±, la adhesi¨®n tiene que ser m¨¢s dudosa.

Para empezar ?qu¨¦ es un superh¨¦roe? ?Solo el que tiene superpoderes o tambi¨¦n Indiana Jones, criatura del propio Spielberg? ?James Bond es un superh¨¦roe? Un superh¨¦roe es un personaje separado de la humanidad por su torturada psique (Batman) o por sus poderes especiales o an¨®malos (Superman, X-Men) que tiene que luchar contra un mal abstracto, evidente e hist¨¦rico. Joker o Lex Luthor son malos sin remisi¨®n, de escaparate; exhiben su perfidia como un atributo y se enfrentan al superh¨¦roe por exigencia de su oficio. Por el contrario, el h¨¦roe se enfrenta a un mal que no se reconoce, a veces oculto tras el bien o la duda; el h¨¦roe tiene que investigar para identificar el mal, superar a veces sus propios demonios y descubrir con frecuencia que el malvado lo es por un error. El superh¨¦roe es una simplificaci¨®n del h¨¦roe.

Mejor el h¨¦roe James Stewart que el superh¨¦roe Robert Downey (Ironman). Esa es tambi¨¦n la elecci¨®n de Spielberg. Pero confunde sus deseos con la rentabilidad del capital en la industria. Los financieros de Hollywood tienen previstas cuantiosas inversiones en Vengadores, X-Men, Batman vs. Superman, Star Wars, Ant Man, Spider-Man y dem¨¢s zoolog¨ªa fant¨¢stica, m¨¢s sus correspondientes spinoffs. Este es el programa de rentabilidad de Hollywood para los pr¨®ximos cinco a?os. Si los superh¨¦roes desaparecen, ser¨¢ despu¨¦s. Volver atr¨¢s, de la simpleza a la complejidad, no est¨¢ en el plan.