Los cohetes de ida y vuelta lanzan una nueva carrera espacial
Tras el ¨¦xito de Blue Origin con el aterrizaje de su lanzador New Shepard, en Texas, la empresa competidora Space X planea intentar el descenso controlado de su Falcon 9 en Cabo Ca?averal
Una nueva carrera espacial ha comenzado. Y esta vez no compiten, al menos directamente, los veteranos protagonistas de la exploraci¨®n m¨¢s all¨¢ de la Tierra, como la NASA, sino las nuevas empresas estadounidenses del sector, que quieren marcarse el tanto decisivo de abaratar dr¨¢sticamente el acceso al espacio. La estrategia consiste en desarrollar nuevos cohetes que, en lugar de ser desechados tras cada lanzamiento, regresen a la base para ser utilizados de nuevo en otro despegue. Una de esas empresas, SpaceX, del multimillonario Elon Musk, podr¨ªa intentar este mismo mes el descenso controlado de uno de sus cohetes Falcon 9 en la base de Cabo Ca?averal (Florida), seg¨²n ha informado Space.com. Si lo lograse, tras dos intentos parcialmente fallidos en enero y abril de este mismo a?o, SpaceX se sacar¨ªa la espina que su competidor Blue Origin (del tambi¨¦n multimillonario estadounidense Jeff Bezos) le clav¨® hace solo unos d¨ªas al lograr un ¨¦xito rotundo en el aterrizaje controlado de un cohete reutilizable New Shepard tras ascender 100 kil¨®metros y medio.
Tanto Bezos como Musk coinciden en se?alar que el alto coste de las actividades espaciales se debe los car¨ªsimos cohetes de un solo uso, que se destruyen tras cada lanzamiento. Por ello, los lanzadores reutilizables ser¨ªan la soluci¨®n, la clave para agilizar el acceso a las ¨®rbitas terrestres y m¨¢s all¨¢, hacia los viajes rutinarios de exploraci¨®n del Sistema Solar. Musk considera que los cohetes de ida y vuelta pueden reducir el coste del lanzamiento en un factor cien. Se trata de ¡°una nueva edad de oro de los cohetes¡±, se?al¨® Bezos tras el reciente ¨¦xito de Blue Origin. La primera edad de oro ser¨ªa la de los a?os sesenta, con los colosales cohetes Saturno V que desarroll¨® el genio alem¨¢n Wernher von Braun y que enviaron a una docena de hombres a la Luna.
El New Shepard de Bezos realiz¨® su hist¨®rico vuelo el pasado 23 de noviembre al despegar de la plataforma de lanzamiento en Texas (EE UU), cerca de la ciudad de Van Horn, y regresar al mismo punto tras superar justo lo que se considera la frontera del espacio (100 kil¨®metros). Musk felicit¨® a Bezos en Twitter, pero puntualizando escuetamente que se trataba de un vuelo suborbital (el de Blue Origin) y no orbital (como los de sus cohetes Falcon 9), y anunciando con un cierto enigma que el pr¨®ximo intento s¨ª que ser¨ªa orbital.
Pocos d¨ªas despu¨¦s, Carol Scott, especialista de la NASA que trabaja con SpaceX, ha comentado que el pr¨®ximo intento de hacer descender de forma controlada un Falcon 9 podr¨ªa producirse? este mes de diciembre, y no para posarse en una plataforma flotante en el Atl¨¢ntico, como en los dos intentos anteriores, sino directamente en la base de Cabo Ca?averal, anunci¨® Space.com. La empresa, Space X ha declinado hacer comentario alguno al respecto, pese a tener previsto el pr¨®ximo lanzamiento de un Falcon 9 para el pr¨®ximo 16 de diciembre desde Florida.
De producirse el ensayo y tener ¨¦xito, SpaceX, adem¨¢s de desquitarse del tanto que se ha marcado Blue Origin en esta carrera, superar¨ªa en gran medida el fallo catastr¨®fico que sufri¨® uno de sus cohetes el pasado 28 de junio, cuando estall¨® en el aire, 129 segundos despu¨¦s del despegue, debido a la fractura de una pieza de acero que afect¨® al sistema de helio de alta presi¨®n. Ese Falcon 9 llevaba 1.800 kilos de suministros a la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS) en cumplimento del contrato que tiene la empresa con la NASA para el env¨ªo de material a la base orbital.
En las dos ocasiones en las que se ha intentado el regreso de un Falcon 9 de forma controlada, el blanco de aterrizaje era una plataforma flotante (sin tripulaci¨®n) de 91x52 metros, situada en el Atl¨¢ntico. El objetivo era que la primera etapa del cohete se posase en la barcaza reacondicionada tras ascender y poner la nave de carga en camino hacia la ISS. En ambos casos, el cohete atin¨® en el blanco, pero con demasiada fuerza, y se destruy¨®. Otro desarrollo de SpaceX, el cohete Grasshopper, ha hecho varios ensayos de vuelo con ¨¦xito de despegue y regreso al punto de lanzamiento, pero sin alcanzar mucha altura.
El New Shepard es un cohete achaparrado, ancho y de poca altura, en comparaci¨®n con los cohetes altos y delgados m¨¢s habituales. Est¨¢ dise?ado para realizar vuelos suborbitales con una peque?a nave que pueda llevar a turistas espaciales, o para experimentos. Pero la empresa, que apenas facilita informaci¨®n sobre sus datos t¨¦cnicos, planea desarrollar una versi¨®n del mismo capaz de poner cargas en ¨®rbita, para lo cual tiene que alcanzar mayor velocidad y altura que hasta ahora.
En el ensayo del pasado 23 de noviembre, el New Shepard ascendi¨® hasta 100,5 kil¨®metros, alcanz¨® una velocidad de casi 4.600 kil¨®metros por hora (3,7 veces la velocidad del sonido) solt¨® una c¨¢psula (que cay¨® con un sistema de paraca¨ªdas a tierra) y el cohete emprendi¨® el regreso. Con los denominados frenos de arrastre redujo su velocidad hasta 622 kil¨®metros hora y, con ayuda de unas aletas se fue aproximando al punto de despegue; redujo su velocidad a 190 kil¨®metros por hora y, cuando estaba a cien metros de altura, se encendi¨® de nuevo el motor principal del cohete ¨Cal tiempo que se desplegaban los patas de aterrizaje- hasta lograr una velocidad de solo siete kil¨®metros por hora para posarse en el suelo. Bezos dijo, poco despu¨¦s, que el New Shepard estaba en perfectas condiciones para un nuevo despegue y que el vuelo realizado con ¨¦xito supon¨ªa ¡°la validaci¨®n de la arquitectura y dise?o de nuestro veh¨ªculo¡±.
Musk recalc¨® que el vuelo hab¨ªa sido suborbital. Sus Falcon 9 son cohetes que ponen cargas en ¨®rbita terrestre, pero realmente lo que SpaceX pretende de momento recuperar y reutilizar es la primera etapa del lanzador, que alcanza mucha m¨¢s altura y velocidad que el New Shepard actual, pero tampoco se pone a dar vueltas a la Tierra. Lo que s¨ª es cierto es que el descenso controlado y aterrizaje de un cohete alto y delgado, con una forma apropiada para poner cargas en ¨®rbita, es una haza?a tecnol¨®gica de gran dificultad.
Otra de las j¨®venes empresas espaciales estadounidenses, Virgin Galactic, tambi¨¦n est¨¢ desarrollando un sistema reutilizable suborbital, pero en su caso de la primera fase del ascenso no se encarga un cohete sino un avi¨®n nodriza que lleva sujeta una nave (para seis pasajeros) que, cuando se suelta, es capaz de ascender hasta los cien kil¨®metros antes de descender y aterrizar. El fatal accidente sufrido durante un ensayo en octubre del a?o pasado, en el que falleci¨® un piloto y result¨® gravemente herido el otro, ha frenado su desarrollo pero no lo ha paralizado.
En cuanto a los veteranos del espacio, no est¨¢n ahora en esta carrera. La NASA, volcada en el desarrollo de su nuevo sistema superpotente de lanzamiento SLS, no tiene en marcha un proyecto avanzado propio de desarrollo de cohetes reutilizables equiparable a los de Blue Origin y Space X, aunque s¨ª que financia y contrata a estas empresas. La agencia espacial estadounidense financi¨® y desarroll¨® en los a?os noventa el programa de un peque?o cohete experimental reutilizable, el Delta Clipper, de aterrizaje controlado vertical, que realizo varios ensayos elev¨¢ndose en una ocasi¨®n hasta 2.500 metros en una ocasi¨®n, pero fue cancelado.
En cuanto al viejo continente, la Agencia Europea del Espacio (ESA) est¨¢ desarrollando su nuevo lanzador Ariane 6, que no ser¨¢ reutilizable, y hay algunos planes para desarrollar sistemas espaciales parcialmente reutilizables (como el veh¨ªculo de reentrada Adeline de Airbus), pero est¨¢n muy lejos del nivel alcanzado ya por las j¨®venes empresas estadounidenses.
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