Tarea pendiente con Euskadi
La nueva legislatura debe abordar el final ordenado de la violencia en el Pa¨ªs Vasco
El final de la violencia y la convivencia en Euskadi no est¨¢n en primera l¨ªnea en esta campa?a electoral. Pongo la atenci¨®n en esta cuesti¨®n, de todas maneras, porque creo que hacerlo tiene sentido.
Hace cuatro a?os se inici¨® una legislatura con una importante novedad. Dos meses antes de las elecciones, ETA anunci¨® su decisi¨®n unilateral de cese definitivo de la violencia. El nuevo Gobierno se enfrentaba a un escenario esperado durante d¨¦cadas.
En estos cuatro a?os se han producido important¨ªsimos avances. Destacar¨¦ dos: la confirmaci¨®n de que el final del terrorismo es definitivo; y la normalizaci¨®n de la convivencia. La sociedad vasca ha marcado un paso firme y claro. Socialmente, el balance es muy positivo y, probablemente, esto sea lo m¨¢s importante.
Sin embargo, a pesar de lo anterior, hablamos de final y no de final ordenado porque la ausencia de expresiones de terrorismo o de temores de vuelta atr¨¢s no ocultan que a¨²n hay problemas pendientes. Desde el punto de vista de lo que m¨¢s puede afectar al nuevo Gobierno, son b¨¢sicamente cuatro: desarme y disoluci¨®n de ETA, pol¨ªticas de v¨ªctimas, pol¨ªtica penitenciaria y las divisiones sobre todo ello. Estos cuatro problemas se sit¨²an dentro de lo que el Gobierno vasco define como final ordenado de la violencia. Partimos de una premisa: un final ordenado es mejor que uno desordenado, fundamentalmente porque no deja rescoldos.
Se trata de un final en el que el desarme y la disoluci¨®n de ETA tienen un momento claro y conocido en el calendario porque sus propios responsables lo deciden y declaran. Es un final en el que no quedan armas, explosivos o c¨¦lulas fuera de control. No quedan restos latentes de una organizaci¨®n moribunda, ni tampoco una sigla silente a la deriva, a disposici¨®n de cualquiera que se quiera apropiar de ella.
El final ordenado de la violencia conlleva reflexi¨®n cr¨ªtica sobre el pasado y una memoria que reconozca la injusticia del da?o causado a las v¨ªctimas. Debe abordar tambi¨¦n la aclaraci¨®n de la verdad que ¨¦stas merecen. Un final ordenado cierra un cap¨ªtulo. Permite abrir una nueva etapa y desplegar de forma plena pol¨ªticas de reconciliaci¨®n de la convivencia.
El Gobierno espa?ol ha actuado en todo como si ETA siguiera en activo
Un final desordenado es un final no decidido ni confirmado, sin garant¨ªas ni seguridad de que realmente ha llegado. En un final desordenado lo viejo no acaba de morir y lo nuevo se encuentra con dificultades para abrirse paso. Lamentablemente, en estos cuatro a?os no ha sido posible avanzar en el final ordenado. No ha habido avances porque ETA no ha proseguido dando pasos unilaterales.
El Gobierno espa?ol se ha situado en la unilateralidad. Ha actuado en todo como si ETA siguiera en activo. En todo, salvo en un detalle. Con ETA activa, los sucesivos Gobiernos acordaban sus pol¨ªticas con las instituciones vascas. En estos cuatro a?os, con ETA en proceso de desaparici¨®n, el Gobierno ha desde?ado el entendimiento con el Gobierno vasco. (Lo que resulta m¨¢s parad¨®jico si recordamos que todos los Gobiernos mantuvieron canales de interlocuci¨®n y negociaci¨®n con ETA mientras estuvo activa).
Ahora hay que mirar al futuro. Lo m¨¢s relevante es que se dan las condiciones para un final de la violencia ordenado, definitivo y no condicionado pol¨ªticamente. Sabemos que no es prioritario en la agenda medi¨¢tica y pol¨ªtica espa?ola. Aun as¨ª, hay razones para introducirlo en las tareas de esta nueva legislatura.
Primera raz¨®n: para la sociedad vasca s¨ª es una prioridad y se merece este esfuerzo por quien gobierne en La Moncloa. Tambi¨¦n porque es bueno para Espa?a. Segunda: para evitar riesgos innecesarios. Garantizar un final ordenado, es decir sin rescoldos, es un imperativo de responsabilidad. Tercera raz¨®n, para hacer honor a lo m¨¢s noble de la pol¨ªtica. El final de ETA ya no mueve votos. No tiene premio partidista. S¨®lo necesita la altura de miras de la vocaci¨®n pol¨ªtica m¨¢s esencial. Esta es la tarea pendiente con Euskadi.
?Qu¨¦ puede hacer el Gobierno de Espa?a en estos cuatro a?os? Acompa?ar a la sociedad vasca en su recorrido hacia la normalizaci¨®n de la convivencia. Superar la unilateralidad y la divisi¨®n. Buscar el di¨¢logo y la concertaci¨®n con el Gobierno vasco. Trabajar conjuntamente para el desarme y disoluci¨®n de ETA. Colaborar activamente a favor de los derechos de las v¨ªctimas. Poner en com¨²n una pol¨ªtica penitenciaria orientada a la convivencia y la reinserci¨®n. En definitiva, compartir una pol¨ªtica de Estado para un final ordenado de la violencia y para un principio renovador de la convivencia.
Jonan Fern¨¢ndez Erdocia es secretario general para la Paz y la Convivencia del Gobierno vasco.
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