Mario Casas: "S¨¦ que puedo liarla, aunque me pongan a parir"
El actor, que estrena el viernes 'Palmeras en la nieve', se abre en una entrevista donde reconoce "una ansiedad que daba miedo" en sus inicios
El cineasta Fernando G¨®nz¨¢lez Molina ha dirigido a Mario Casas en ¨¦xitos de taquilla como 'Fuga de cerebros' (2009), 'Tres metros sobre el cielo' (2010), 'Tengo ganas de ti' (2012) y la que se estrena el 25 de diciembre, 'Palmeras en la nieve'. Es una de las persona que mejor conoce al actor. Aqu¨ª lo demuestra entrevist¨¢ndole.
Cuando vuelvo a mi pueblo oigo: ¡®Mario est¨¢ raro, ha cambiado¡¯. Pero es la gente la que cambia respecto a ti. lo ves en sus ojos. Ya no te miran como antes. Yo he crecido, claro, pero sigo siendo el mismo¡±
Nueva York, hace unos meses. Mario ha estado por M¨¦xico y Chile haciendo promoci¨®n de Los 33 y yo, en Madrid, acabando la largu¨ªsima posproducci¨®n de Palmeras en la nieve. Nos reencontramos en la ciudad estadounidense para pasar unos d¨ªas de vacaciones juntos con unos amigos. Y de paso, disfrutar del anonimato que salir de Espa?a le permite. Lo que menos le gusta de su trabajo es ¡°no ser alguien completamente desconocido¡±. Pero este deseo tampoco se cumplir¨¢ en Nueva York. No exagero si digo que al menos 20 personas (espa?oles, pero tambi¨¦n mexicanos, chilenos y argentinos) piden hacerse una foto con ¨¦l mientras cruzamos el puente de Brooklyn. All¨ª, y en Times Square, o andando por la Quinta Avenida. Casi en cualquier esquina de la ciudad. No puedo evitar pensar en lo dif¨ªcil que me resultar¨ªa ser ¨¦l. Sin embargo, Mario se ha hecho mayor, ha crecido, y parece sentirse c¨®modo en su piel, lejos del conflicto que, hace a?os, ten¨ªa con la desmesurada atracci¨®n p¨²blica que provocaba. ¡°Al final, la gente que se te acerca es porque te admira y ha visto tu trabajo. Cuando uno es joven y esto le viene de golpe, no se entiende, pero ahora, con 29 a?os, lo transformo todo en trabajo: pienso que toda esa gente se acerca porque intento hacer bien mi trabajo¡±.
Me da la sensaci¨®n de que has aprendido a convivir con toda esta locura.
La verdad es que me encuentro en un momento muy feliz. Ya entiendo lo que pasa y lo que la gente espera de m¨ª. Cuando llegu¨¦ a Madrid, con 17 o 18 a?os, mi vida cambi¨® completamente. Tuve que amoldarme a que se me reconociera, que me se?alaran, que quisieran hacerse una foto conmigo. Esto, con esa edad, distorsiona. No entiendes lo que pasa. Estaba haciendo lo que me gustaba, cumpliendo mi sue?o, pero a la vez estaba dejando de hacer muchas de las cosas que antes pod¨ªa hacer, y eso produce una ansiedad y una inestabilidad que da miedo.
He sido testigo de muchas de esas situaciones, que llegaron a su m¨¢ximo nivel durante la promoci¨®n de Tengo ganas de ti (2012). Entonces apenas pod¨ªamos salir de los hoteles. Recuerdo especialmente una vez durante un Festival de M¨¢laga en el que la seguridad no daba abasto para controlar los intentos por colarse en su habitaci¨®n, incluyendo un ataque con extintor al ocupante de la habitaci¨®n contigua. Su tabla de salvaci¨®n ante tanta locura ha sido replegarse en su c¨ªrculo ¨ªntimo. ¡°En esta profesi¨®n se pueden tener much¨ªsimos amigos y conocidos, o no. Y el 'o' no es mi caso. Prefiero estar protegido, con esas dos o tres personas con las que s¨¦ que voy a estar tranquilo. Dicen que los amigos se cuentan con los dedos de una mano, a m¨ª me basta con tres dedos¡±.
Da la sensaci¨®n de que, en una situaci¨®n como la tuya, se aprende a convivir con la soledad.
Al final, se ha quedado bastante gente por el camino. Y me he llevado algunas desilusiones. Muchas veces he escuchado de m¨ª, cuando he vuelto a mi pueblo, a Barcelona [naci¨® en A Coru?a pero a los seis a?os se mud¨® a Martorell]: ¡°Es que Mario est¨¢ raro, ha cambiado, ya no es el mismo¡±. Pero es la gente la que cambia respecto a ti, por admiraci¨®n, por verg¨¹enza o por lo que sea, y lo ves en sus ojos, que ya no te miran como antes. He crecido, claro, pero yo sigo siendo el mismo.
?C¨®mo llevas el inter¨¦s de los medios de comunicaci¨®n por tu vida privada?
Siempre me lo he tomado con mucha naturalidad. Cuando he visto paparazzi sigui¨¦ndome por la calle, muchas veces he hablado con ellos y les he dicho: ¡°Por lo menos, escondeos, que no os vea¡±. Porque algunas veces viene gente conmigo que no quiere salir, y hay que respetarlo. Lo que pasa es que ese fot¨®grafo est¨¢ trabajando. ?Me gusta hablar de mi vida privada? No. ?Lo hago? No. Pero si me preguntan si estoy feliz, trato de contestar, porque al final ese periodista est¨¢ haciendo su trabajo. Miro de respetar a todo el mundo. Es lo que me han ense?ado en casa.
Mario admira la carrera de actores como Leonardo DiCaprio, Tom Hardy o el fallecido Heath Ledger: ¡°Era un actor que supuestamente hac¨ªa pel¨ªculas para gente joven, comerciales, hasta que hizo Brokeback mountain o el Joker de El caballero oscuro. Me interesaba mucho la carrera que llevaba, c¨®mo demostr¨® el pedazo de actor que era¡±. Creo que Mario comparte con estos actores la necesidad de mantener cierto halo de misterio sobre su vida, sobre c¨®mo es realmente, y una obsesi¨®n por no repetirse, por hacer papeles distintos, alejados de lo que a priori se espera de ¨¦l.
?Por qu¨¦ decidiste dejar de hacer televisi¨®n?
A ver, yo amo profundamente la televisi¨®n. Es nuestra escuela, y se lo debo todo. Pero es un arma de doble filo y, a veces, seg¨²n el personaje que hagas, parece imposible que te vean en otro distinto. Cuando estaba haciendo El barco me di cuenta de ese peligro, que la televisi¨®n se estaba convirtiendo en una amenaza para mi carrera. Me estaban empezando a ofrecer siempre el mismo tipo de personaje. Ese y el de Tres metros sobre el cielo. Y decid¨ª jug¨¢rmela. En ese momento no sab¨ªa si me iban a llegar cosas distintas, esa es la verdad. Pero aparecieron Grupo 7 y Las brujas de Zugarramurdi, cosas en las que cre¨ªa. Uno no sabe lo que va a pasar ma?ana, o el a?o que viene, pero lo que busco es no conformarme. Al final, es lo que me pone como actor. Colocarme delante de una c¨¢mara y decir: ¡°Voy a hacer esto, s¨¦ que puedo liarla, que puede quedar fatal y que pueden ponerme a parir, pero s¨¦ que, salga bien o mal, voy a aprender¡±.
Con Palmeras en la nieve nos reencontramos despu¨¦s de tres a?os sin rodar juntos. Y siento que es la pel¨ªcula que nos deb¨ªamos. Mario interpreta a Kilian, un joven que viaja desde las monta?as del Pirineo hasta Guinea Ecuatorial para trabajar en una plantaci¨®n de cacao y vivir los convulsos ¨²ltimos 20 a?os del pa¨ªs como colonia espa?ola. Creo que rodar esta historia ha sido para ambos un viaje emocional tan ¨¦pico como el de los personajes: ¡°Para m¨ª, esta pel¨ªcula ha sido sobre todo una vivencia, es con lo que me quedo, m¨¢s all¨¢ de si es maravillosa o si estamos orgullosos. Es una historia que se me va a quedar dentro para siempre. Como se dice en la pel¨ªcula: ¡®?frica se te mete en la sangre¡¯. He querido hasta tatu¨¢rmela. A m¨ª Palmeras me ha cambiado¡±.
?En qu¨¦ te ha cambiado la pel¨ªcula?
Me ha hecho amar mucho m¨¢s mi profesi¨®n. La forma en que ensayamos, durante tres meses, me da la clave de c¨®mo quiero trabajar a partir de ahora. Me ha hecho ponerme el list¨®n muy alto en el nivel de exigencia con las historias, en el de compromiso y comuni¨®n. Es lo que quiero en los directores a partir de ahora.
?C¨®mo piensas que va a ser recibida la pel¨ªcula? ?Crees que hay prejuicios con ella?
Hay gente que tiene prejuicios hacia ti, y hay gente que tiene prejuicios hacia m¨ª. Y hacia nosotros, como pack. Luchar contra eso ha sido nuestro camino. Palmeras es una pel¨ªcula gigantesca, un espect¨¢culo constante. Realmente no s¨¦ con qu¨¦ se puede comparar. Me dar¨ªa pena que no dejaran que hablara por s¨ª misma.
?Qu¨¦ es Palmeras en la nieve para ti?
Un filme sobre el descubrimiento de la vida, sobre el viaje hacia la madurez, sobre el destino y sus consecuencias. Es una historia de varias vidas, de c¨®mo estas sobreviven, de sus relaciones familiares, de amistad. Es un viaje sobre el comportamiento del ser humano. De eso habla. No es una historia de amor, aunque hay varias en la pel¨ªcula, y son adultas, maduras y necesarias en el argumento. Este es uno de los prejuicios a los que me refer¨ªa antes. Cuando se habla de la pel¨ªcula sin haberla visto se cae mucho ah¨ª, en ¡°Mario Casas haciendo otra vez de gal¨¢n¡±. Y al ser contigo, pues claro, ¡°estos dos vuelven a repetir la f¨®rmula¡±. Y no es eso. Decirlo es enga?arse a uno mismo y enga?ar al p¨²blico, que esperar¨¢ una cosa cuando vea la cinta y se va a encontrar otra.
Mario no se imagina haciendo otra cosa que no sea actuar. ¡°Si en un par de a?os esto se acabara, intentar¨ªa meterme como fuera en algo que tuviera que ver con la interpretaci¨®n. No s¨¦, director o director de casting. Pero s¨ª o s¨ª acabar¨ªa trabajando en algo de esto. Seguro¡±. Le comento que tengo la sensaci¨®n de que hacer nuestra pel¨ªcula ha sido para ¨¦l una especie de terapia: ¡°Todas las pel¨ªculas al final son un poco terap¨¦uticas y hacen que bucees dentro de ti. Con Kilian, yo estaba en un momento de cambio. ?l es un personaje que quiere vivir, enamorarse, que ama lo que hace. A veces, uno se olvida de estas cosas, que son las m¨¢s importantes, y se mete en el trabajo, se enfoca solamente en eso. Palmeras me hizo sacar cosas que ten¨ªa escondidas, encontrarme un poco. Me removi¨® y me hizo dar un cambio en mi vida. Y ahora, un a?o y medio despu¨¦s, me encuentro feliz, contento conmigo mismo¡±. Y se le nota.
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