Desierto del S¨¢hara: el otro Mediterr¨¢neo
La cifra de migrantes fallecidos en el desierto en sus rutas hacia Europa es desconocida, pero podr¨ªa ser similar a las que cruzan por mar, donde han muerto 3.771 personas en 2015
Las olas son dunas, la falta de ox¨ªgeno que ahoga en el fondo del mar Mediterr¨¢neo se convierte en un letal calor en el S¨¢hara. No hay datos, no hay n¨²meros, pero tienen nombres las miles de personas que fallecen en el desierto durante su trayectoria migratoria hasta Europa. El Mediterr¨¢neo ha arrasado este a?o 3.771 vidas; el S¨¢hara, no se sabe... Un pinchazo en una rueda del cami¨®n que atraviesa la arena, una aver¨ªa, una enfermedad, atracos y asaltos, cualquier situaci¨®n que tarde 30 horas en resolverse puede ser una sentencia de muerte bajo el sol. ¡°No llev¨¢bamos ni comida ni agua, algunos murieron¡±, cuenta escueto el senegal¨¦s Ali Siop (nombre ficticio) sobre un accidentado viaje que sufri¨® desde la localidad nigerina de Agadez a Libia a trav¨¦s del desierto.
No tenemos los mismos medios de supervisi¨®n que se tienen en el Mediterr¨¢neo para hacer un conteo fiable¡± Paloma Casaseca, responsable de comunicaci¨®n de la Organizaci¨®n Internacional de las Migraciones (OIM) en N¨ªger
¡°Mueren m¨¢s personas en el S¨¢hara que en el Mediterr¨¢neo¡±, se aventura a estimar el presidente de la instituci¨®n para la Consolidaci¨®n de la Paz (HACP) en N¨ªger, Mahamadou Abou-Tarka. ¡°Es una situaci¨®n preocupante. Pensamos que la cantidad puede ser inmensa, comparable a la del Mediterr¨¢neo. No se corresponde la cifra de personas que salen a cruzar el desierto con las que llegan a la orilla. Muchos mueren en el camino, pero no podemos saber cu¨¢ntos son. No tenemos los mismos medios de supervisi¨®n t¨¦cnicos y pol¨ªticos que se tienen en el Mediterr¨¢neo para hacer un conteo fiable¡±, apunta Paloma Casaseca, responsable de comunicaci¨®n de la Organizaci¨®n Internacional de las Migraciones (OIM) en N¨ªger.
Siop decidi¨® volverse y se recupera en un centro de la OIM en N¨ªger, un pa¨ªs por el que transitan 2.000 inmigrantes a la semana, en varias rutas que parten de Agadez hacia Libia. Son decenas de convoys con m¨¢s de 100 veh¨ªculos que cada d¨ªa se dirigen al desierto abierto. 120.000 personas, con sus pertenencias y esperanzas, han pasado por N¨ªger este a?o. El cierre de la v¨ªa de migraci¨®n a trav¨¦s de Senegal y Mauritania ha provocado que el camino por Libia sea m¨¢s frecuente, aunque los migrantes sufran una violencia permanente en este pa¨ªs ¨¢rabe, desde donde han salido hacia N¨ªger cerca de 300.000 personas tras la guerra en 2011. Ali cuenta que fue encarcelado y maltratado all¨ª. ¡°Libia es un infierno. Muchos hablan entre ellos cuando se encuentran por el trayecto y algunos deciden volver¡±, apunta Casaseca, que se?ala que entre enero y septiembre de 2015 retornaron a N¨ªger 6.100 inmigrantes, que est¨¢n acogidos en cuatro centros en el pa¨ªs.
Hassan Konte (nombre ficticio) es uno de ellos. Sali¨® de Sierra Leona con 16 a?os y en unas horas tiene previsto encontrarse con su familia tras cuatro a?os de ruta con el objetivo de llegar a Europa. Sobre un mapa de ?frica se?ala los pa¨ªses por los que ha pasado, algunos de ellos miembros del Economic Community of West African States (Ecowas), un sistema parecido al Schengen europeo, de libre movimiento entre 15 pa¨ªses. Fue de Sierra Leona a Liberia, de all¨ª a Costa de Marfil hasta llegar a Accra (Ghana), donde permaneci¨® dos a?os trabajando de vigilante seguridad para ahorrar lo suficiente y emprender la siguiente ruta. Atraves¨® Burkina Fasso y lleg¨® a N¨ªger. Desde Agadez hizo la ruta a trav¨¦s del S¨¢hara argelino hasta alcanzar Marruecos. ¡°He visto a mucha gente morir en el desierto¡±, dice con gesto desagradable. Lleg¨® hasta T¨¢nger, pero all¨ª fue saqueado tras pagar por subir a una patera que le llevara hasta Europa. ¡°Me qued¨¦ sin nada y decid¨ª volver. Antes estaba preparado para hacer cualquier cosa, pero ahora no, quiero estar en mi pa¨ªs¡±, dice desde el centro de la OIM en Niamey. ¡°En Sierra Leona me esperan mi madre y mi hermana. No les he dicho todav¨ªa que voy, les voy a dar una sorpresa¡±, comenta ilusionado.
N¨ªger no tiene recursos para garantizar la seguridad en las fronteras
Konte parti¨® joven. Seg¨²n describe la OIM, el perfil de los migrantes que cruzan por N¨ªger es de hombre, de 27 a?os, sin estudios, casado y con un promedio de cuatro personas a cargo. ¡°Esa es la media, pero tambi¨¦n salen mujeres, algunas forzadas por sus maridos, otras embarazadas o con beb¨¦s. Son m¨¢s vulnerables¡±, apunta Casaseca, que alerta que en muchos casos no conocen sus derechos y sufren abusos, presiones, coacciones, dificultad para encontrar trabajos¡ Adem¨¢s de ser v¨ªctimas de redes de tr¨¢fico, de trata y de prostituci¨®n. Incumplimientos de derechos que suelen quedar impunes por la inestabilidad y ausencia de fuerzas de seguridad y de control en las rutas.
Abou-Tarka reconoce que N¨ªger no tiene recursos para garantizar la seguridad en las fronteras. ¡°Somos un pa¨ªs pobre y no tenemos posibilidades¡±, declara en Niamey. Su pa¨ªs, el ¨²ltimo del mundo en ¨ªndice de desarrollo humano de Naciones Unidas, vive flanqueado por el terror. En el sur se ubica el grupo radical Boko Haram, en el norte el Estado Isl¨¢mico, en la frontera con Algeria formaciones de Al Qaeda, en la frontera con Mali se suman los conflictos de los tuaregs, y de forma transversal el tr¨¢fico de personas, de armas, de drogas... ¡°A pesar de lo que nos rodea buscamos paz y tranquilidad, tenemos la ambici¨®n de desarrollarnos como los otros¡±, indica el presidente. La Uni¨®n Europea ejecuta desde 2012 la misi¨®n civil EUCAP, de formaci¨®n para la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, "sin poder ejecutivo", seg¨²n aseguran trabajadores de la misi¨®n. El comisario europeo de Desarrollo, Neven Mimica, anunci¨® el pasado noviembre en su primera visita a N¨ªger que se han destinado 36 millones de euros para garantizar servicios p¨²blicos que el Gobierno nigerino podr¨ªa dejar de prestar por invertir m¨¢s fondos en seguridad y defensa. ¡°Est¨¢ claro que la seguridad no puede ser a costa de la salud y la educaci¨®n¡±, declar¨® Mimica durante su presencia en N¨ªger, que coincidi¨® con un viaje de prensa que sufrag¨® la Comisi¨®n Europea para un grupo de periodistas entre los que se encuentra El Pa¨ªs.
Esta respuesta europea se suma a los acuerdos firmados La Valeta (Malta) el pasado 12 de noviembre durante el encuentro en el que l¨ªderes de 63 pa¨ªses africanos y europeos rubricaron un pacto para controlar el tr¨¢nsito de personas hacia Europa. Una cumbre que se cerr¨® con los 1.800 millones de euros anunciados por la Comisi¨®n Europea m¨¢s 78 millones aportados por los dem¨¢s pa¨ªses. Durante el encuentro, los negociadores africanos pidieron un acuerdo sobre la ampliaci¨®n de los canales legales para viajar a Europa, una demanda pr¨¢cticamente rechazada por los europeos, que indicaron que los migrantes sin derecho al asilo ser¨¢n devueltos. ¡°Es evidente la necesidad de apoyo para el desarrollo en los pa¨ªses de tr¨¢nsito como N¨ªger. Es m¨¢s vital que nunca¡±, detall¨® Mimica en N¨ªger, que adelant¨® que la ayuda europea al pa¨ªs, que sumar¨¢ 596 millones de euros del 2014 al 2020 para reducir la pobreza y aumentar el desarrollo socio-econ¨®mico, no es un cheque en blanco. ¡°Debe ser usado de la forma m¨¢s efectiva posible, para que se mejoren las condiciones de vida de los nigerinos¡±, apunt¨®.
La creaci¨®n de empleo es uno de los ejes b¨¢sicos sobre los que trabajan las entidades internacionales en N¨ªger como herramienta para disuadir la emigraci¨®n y crear econom¨ªa en un pa¨ªs sin industrias, con una renta per c¨¢pita de 400 euros anuales, seg¨²n el banco mundial, en el que solo el 10% de la poblaci¨®n tiene electricidad y donde el uranio se transporta en camiones por las deficientes carreteras del pa¨ªs ante la ausencia de ferrocarril. Yaou Adamu tiene 15 a?os, es el alumno m¨¢s joven del centro de formaci¨®n IG Goni en Niamey, en el que ense?an mec¨¢nica, electricidad y emprendimiento a j¨®venes de la capital. ¡°Quiero aprender y hacer mi propio taller¡±, dice con seriedad Adamu que destaca que tiene el apoyo de sus padres para acudir a estudiar al taller en un pa¨ªs cuya tasa de alfabetizaci¨®n es del 28,7%.
Massamadou Bello, de 27 a?os, que ajusta las piezas de un motor junto al benjam¨ªn del grupo comparte el esp¨ªritu emprendedor. ¡°Quiero ganar mi propio dinero para vivir, sentirme orgulloso, no tener que pedir a la gente, me averg¨¹enza¡±, dice Bello en lengua Zarma. ¡°Quiero abrir una tienda y ayudar a otras personas a aprender. Quiero quedarme en N¨ªger¡±. Tiene 27 a?os, la edad clave para salir hacia Europa a trav¨¦s del S¨¢hara, y de su yermo desierto. Despu¨¦s viene el Mediterr¨¢neo.
Respuestas en el empleo
Numerosas l¨ªneas de ayuda van destinadas a mejorar el aprovechamiento de los recursos naturales en la zona, fundamentalmente en la optimizaci¨®n y promoci¨®n de agricultura productiva para luchar contra las sequ¨ªas que asolan el pa¨ªs y desabastecen a los habitantes de alimentos por periodos. "Estudio los datos meterol¨®gicos que se generan a tiempo real para analizar su impacto en el medio ambiente mediante microcomputaci¨®n", cuenta Peter William Abbey, que se ha ido a vivir de Ghana a Niamey para estudiar en el centro regional Agrhymet de lucha contra la sequ¨ªa en el Sahel.
Sigue un curso online desde su ordenador port¨¢til sentado en un poyete, cerca de un laboratorio en el que un grupo de cient¨ªficos analiza la simbiosis entre microorganismos. ¡°Quisiera ayudar a mi pa¨ªs, ver qu¨¦ puedo aportar a la Agencia Meteorol¨®gica de Ghana¡±, a?ade Abbey, que cuenta que puede pasar su estancia en N¨ªger por el apoyo de toda su familia. ¡°Es una responsabilidad pero ellos intentan no generarme estr¨¦s¡±, apunta en ingl¨¦s. De momento rechaza ir a Europa. ¡°Hay mucha gente que se arrepiente de partir hacia all¨¢¡±, dice.
Otro de los proyectos que une la defensa de la biodiversidad con la creaci¨®n de empleo se desarrolla en la reserva natural Kour¨¦, donde hay un programa de protecci¨®n de las jirafas. "Hacemos un control permanente de las jirafas, las tenemos todas fotografiadas y catalogadas y esto nos permite estudiar su crecimiento", apunta uno de los trabajadores del proyecto. En 1996 apenas quedaban en N¨ªger las ¨²ltimas 50 jirafas del Este de ?frica, pero los programas de conservaci¨®n implantados han generado una comunidad que alcanza los 400 animales en un ¨¢rea que cubre cuatro comunidades en las que viven 100.000 habitantes, que se benefician de trabajos como rehabilitar el entorno de kil¨®metros de tierra del Sahel.
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