Lombrices contra el cambio clim¨¢tico

Cualquier jardinero o productor sabe que las lombrices son buenas para la tierra. El humus de lombriz es considerado por agricultores experimentados como la cr¨¨me de la cr¨¨me del abono org¨¢nico. Pero, para los caficultores en Am¨¦rica Central, las lombrices son tambi¨¦n un aliado inesperado para luchar en contra del cambio clim¨¢tico.

Arriba en las monta?as del departamento de Solol¨¢, en la regi¨®n salpicada de volcanes del pac¨ªfico guatemalteco, se encuentran los pueblos de Pasac y Xejuyup. Esta ¨¢rea, alrededor de 15 kil¨®metros de la ciudad de Quetzaltenango, en la municipalidad de Nahual¨¢, alberga a la cooperativa de caf¨¦ Nahual¨¢. Fue aqu¨ª donde un grupo de caficultores ind¨ªgenas se reuni¨® hace cincuenta a?os para intentar combatir la pobreza extrema, prevalente en este lugar remoto y monta?oso.

Hoy en d¨ªa 125 familias son miembros de la cooperativa, que est¨¢ certificada por Fairtrade. Los caficultores de Nahual¨¢ trabajan en laderas entre los 1.200 y 1.800 metros sobre el nivel del mar, donde cultivan ¨¢rboles de caf¨¦ ar¨¢bica de variedad bourbon, la cual puede producir hasta 30 por ciento m¨¢s que otras variedades. La cooperativa ha ayudado a traer estabilidad econ¨®mica y desarrollo a la comunidad.

¡°Una buena cosecha tiene una importancia enorme para la econom¨ªa familiar¡±, dice el gerente de la cooperativa, Juan Choc. ¡°Todas nuestras actividades dependen de ella.¡±

Las lombrices pueden comer una cantidad igual a su peso corporal en un d¨ªa

Pero el cambio clim¨¢tico es un reto en aumento para la cooperativa. En el 2012, ocurri¨® una cat¨¢strofe cuando una fuerte epidemia de roya se esparci¨® a lo largo de Latinoam¨¦rica y el Caribe, causando grandes p¨¦rdidas en la cosecha de caf¨¦. A comienzos del 2013, Guatemala declar¨® un estado de emergencia agr¨ªcola. Casi tres cuartos de la cosecha de caf¨¦ en el pa¨ªs fueron arruinados por el hongo.

La roya ¨Co Hemileia vastatrix¨C apareci¨® por primera vez en ?frica Oriental hace aproximadamente 150 a?os pero, a causa del calentamiento global, la plaga se volvi¨® mundial, especialmente para el caf¨¦ ar¨¢bica, que constituye el 70 por ciento de la producci¨®n global. Los agricultores conocen de sobra el ciclo de devastaci¨®n: las brillantes hojas verdes de la planta se vuelven marrones, antes de que el hongo se esparza a los granos de caf¨¦, cambiando su color rojo vivo por un gris apagado. Los arbustos pueden ser tratados con qu¨ªmicos, pero puede tardar a?os para que una planta se recupere.

Las buenas noticias son que la roya no puede sobrevivir en temperaturas por debajo de los 10 grados Celsius. Es por esto que los caficultores tienden a trasladarse m¨¢s arriba en las monta?as, donde un clima m¨¢s fr¨ªo y m¨¢s seco mantiene a raya a las enfermedades. Pero los cambios m¨¢s peque?os de temperatura, lluvia y humedad pueden causar estragos en los cultivos. La roya hace que los cafetos pierdan sus hojas y produzcan menos granos, que adem¨¢s son de menor calidad. Es un peligro anual en esta parte del mundo, que implica una amenaza continua para la econom¨ªa familiar agr¨ªcola. Y hay un nexo estrecho entre enfermedad, cambio clim¨¢tico y la baja calidad de la tierra.

Es ah¨ª donde entran en juego las lombrices. ¡°Usamos la pulpa o la c¨¢scara de los granos de caf¨¦,¡± dice Juan. ¡°Cuando ninguna est¨¢ disponible, usamos maleza y residuos de cocina org¨¢nicos para alimentar a las lombrices. Los caficultores llenan un costal con cincuenta kilos de abono org¨¢nico y lo llevan en sus espaldas a los cultivos. Este es un trabajo grande para la comunidad,¡± dice ¨¦l, ¡°pero queremos recuperar lo que se perdi¨® y dejar un buen legado a nuestro hijos.¡±

Las lombrices pueden comer una cantidad igual a su peso corporal en un d¨ªa. Al alimentarlas con restos de comida o materia org¨¢nica en descomposici¨®n, como por ejemplo hojas o pulpa de los granos de caf¨¦, ellas dan mucho m¨¢s en t¨¦rminos de nutrientes para las plantas y microorganismos para reinvertir en la tierra.

El abono de lombriz contiene no s¨®lo los ingredientes principales que las plantas necesitan ¨Cnitr¨®geno, potasio y f¨®sforo¨C, sino tambi¨¦n muchos micronutrientes, como calcio y manganeso. Piensen en todos estos como equivalentes a las vitaminas que los humanos necesitan.

Adem¨¢s, el humus de lombriz ¨Co vermicompost¨C resultante, que contiene gran cantidad de ¨¢cido h¨²mico, mejora tambi¨¦n la condici¨®n y la estructura de la tierra. El resultado: una tierra llena de nutrientes y de buena calidad que puede respirar, conservar agua y que se drena bien, lo que quiere decir que las plantas sembradas en ella ser¨¢n fuertes, saludables, productivas y m¨¢s capaces de resistir a la temida roya.

¡°Estamos justo en las laderas del volc¨¢n Santo Tom¨¢s,¡± dice Juan. ¡°La tierra es vulnerable tanto a la erosi¨®n como a la sequ¨ªa. Nuestros abuelos nos dicen que hace cincuenta a?os la tierra aqu¨ª era muy f¨¦rtil. Y por esto ellos pod¨ªan recoger grandes cosechas. Pero ahora la producci¨®n no es tan buena como sol¨ªa serlo.¡±

Reponer la tierra en las plantaciones de caf¨¦ con humus de lombriz no es la ¨²nica arma de los caficultores en su lucha contra el cambio clim¨¢tico. Han llevado a cabo proyectos de reforestaci¨®n, para que sus cafetos puedan crecer bajo una cubierta frondosa, y han diversificado sus cultivos con otras plantas como max¨¢n (cuyas hojas se usan en gran parte para envolver tamales) y banano, que son m¨¢s capaces de adaptarse a las cambiantes condiciones locales.

Juan y sus compa?eros caficultores son realistas sobre el futuro. Las lombrices por s¨ª solas no resolver¨¢n el cambio clim¨¢tico, pero pueden ayudar a contrarrestarlo. ¡°Cuando las plantas no tienen acceso a nutrientes en la tierra, se vuelven como ni?os mal alimentados,¡± explica ¨¦l. ¡°Pero cuando las plantas pueden obtener lo que necesitan y est¨¢n saludables, pueden resistir a la roya.¡±