Ciudades como laboratorio de innovaci¨®n ciudadana
Por Esau Acosta, Mauro Gil-Fournier y Miguel Jaecnike. Co-impulsores del Vivero de Iniciativas ciudadanas
Citaba Antonio Lafuente una definici¨®n del t¨¦rmino ¡°innovaci¨®n social¡± de Laia Sanchez para que dicho concepto no se transformara en un comod¨ªn ret¨®rico, tal como ha sucedido con la palabra sostenibilidad, que ha sido tan mal usada. Describ¨ªa Laia que la innovaci¨®n ¡°es el derecho a cambiar lo que no funciona y adem¨¢s haci¨¦ndolo nosotras mismas¡±. Todo esto ocurr¨ªa en el recientemente concluido Laboratorio Iberoamericano de Innovaci¨®n Ciudadana de R¨ªo de Janeiro (#labicBr) organizado por la Secretar¨ªa de Estados Iberoamericanos (SEGIB) dentro del programa que lleva el mismo nombre que el encuentro impulsado por Pablo Pascale y su equipo.
Fuimos invitados a participar en estos encuentros que se han posicionado como el primer espacio, lanzado por un organismo internacional, de trabajo conjunto entre ciudadanos, gobiernos e iniciativas privadas basadas en una din¨¢mica colaborativa y abierta. Un proceso middle-out (camino intermedio entre la dial¨¦ctica top-down y botton-up). En ellos se potencia la transformaci¨®n social, la gobernanza democr¨¢tica y el desarrollo social, cultural y econ¨®mico entendiendo a los ciudadanos como sujetos activos.
Es importante destacar que este proceso se realice en el contexto iberoamericano. Pensamos que Iberoam¨¦rica es una fuente inagotable de pr¨¢cticas ciudadanas que superan con creces los famosos think tanks anglosajones, ya que hablamos de casos concretos de proyectos ciudadanos que est¨¢n construy¨¦ndose desde comunidades activas, llegando a ofrecer mejoras y plantear infraestructuras de participaci¨®n haciendo uso de la informaci¨®n, el conocimiento disponible y la toma de decisiones.
Iberoam¨¦rica es un gran repositorio de pr¨¢cticas (Do Tank) de trabajo colaborativo desde donde se est¨¢ tejiendo una red de innovaci¨®n que sit¨²e el problema del desarrollo de nuestras ciudades y territorios hacia un ¨®ptica m¨¢s colaborativa. Coment¨¢bamos con Ra¨²l Oliv¨¢n, director de Zaragoza Activa y participante en el encuentro, que las ciudades son ¨¢mbitos de abundancia y que en este contexto la l¨®gica capitalista de la lucha competitiva ante unos recursos escasos tendr¨ªa que dejar paso a una l¨®gica m¨¢s colaborativa para redistribuir dicha abundancia. Es por ello que se hace necesario consolidar estas redes de iniciativas ciudadanas, y pr¨¢cticas y nuestra propuesta es generar un mapa de dicha innovaci¨®n para poder potenciar los puntos de contacto entre las mismas y conocer toda esta abundancia que ya poseen nuestras ciudades (ver Los Madriles y la plataforma todav¨ªa en construcci¨®n CIVICS)
En este contexto estos laboratorios ciudadanos trazan una metodolog¨ªa que incluso bien podr¨ªamos usar en los grandes debates de transformaci¨®n que sufren nuestras ciudades (ver los procesos de transformaci¨®n que tiene Madrid sobre la mesa: Plaza de Espa?a, Chamart¨ªn, Campamento, etc). Durante los meses previos al encuentro mediadores locales trabajan con las comunidades y vecinos de la zona para detectar y formular las cuestiones que deben ponerse sobre la mesa. Detectadas dichas premisas se realiza una convocatoria internacional para que equipos multidisciplinares desarrollen proyectos sobre estas cuestiones. Despu¨¦s de un proceso de selecci¨®n de aquellas mejor formuladas y preparadas se realiza otra convocatoria para que quien lo desee pueda formar parte de los enunciados seleccionados. Una vez realizada dicha convocatoria y selecci¨®n se trabaja durante 15-20 d¨ªas de forma intensa para desarrollar prototipos-respuesta a las problem¨¢ticas planteadas. En todo el proceso, la comunidad local participa en la cadena completa del desarrollo del proyecto, fomentando sentimiento de pertenencia, apropiaci¨®n, transferencia de conocimientos entre los participantes y generando un empoderamiento que dif¨ªcilmente pueden superar las metodolog¨ªas cl¨¢sicas de resoluci¨®n de problem¨¢ticas entre expertos exclusivamente.
?Imaginan que, lejos de la l¨®gica competitiva y de p¨¦rdida de recursos de los actuales concursos arquitect¨®nicos y urbanos, tuvi¨¦ramos la ocasi¨®n de aprender de estas metodolog¨ªas que tan buen resultado est¨¢n dando? ?Se imaginan que si en un concurso urbano de 500 posibles ideas y donde solo se ejecuta una, los promotores de las 499 restantes pudieran participar de forma colaborativa?
El debate ya est¨¢ sobre la mesa.
Esta propuesta metodol¨®gica ya se pone en pr¨¢ctica en Madrid en lugares como el Medialab Prado, y otros laboratorios internacionales cuya participaci¨®n y asesor¨ªa al programa de Innovaci¨®n de la SEGIB est¨¢ resultando otra forma de colaboraci¨®n entre instituciones. Sin embargo lo aprendido en Brasil durante el encuentro pone en cuesti¨®n una consideraci¨®n. Debemos intentar construir estos laboratorios como extituciones (procesos de fuera a dentro) y no como instituciones (de dentro a fuera).
Recordemos que estas pr¨¢cticas ciudadanas han nacido en su mayor¨ªa a pesar de las instituciones y en el intento de acelerarlas y sistematizarlas no debemos perder ese car¨¢cter en red, deslocalizado y emergente. Es por ello que la propuesta de la SEGIB de realizar laboratorios durante unas semanas en diferentes pa¨ªses y sus comunidades refuerza un aspecto interesante. El laboratorio debe ir all¨ª donde est¨¦n las comunidades y no al rev¨¦s. Casi como laboratorios semilla, espacios ef¨ªmeros que activan y conectan comunidades poniendo en marcha una red de conocimiento, ADN de proyectos compartidos y toda la innovaci¨®n disponible.
Fotos: Laboratorio Iberoamericano de Innovaci¨®n Ciudadana, (c) Ciudadan¨ªa 2.0 SEGIB
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.