El impacto de la ¡®pesca fantasma¡¯ en los fondos marinos (II)
Las redes y los aparejos perdidos o abandonados contin¨²an pescando durante tiempo, en algunos casos incluso durante a?os
Muchas especies de peces comerciales viven por debajo de los 200 metros, e incluso los 500 o 1000 metros de profundidad. Su pesca se realiza mediante los llamados palangres de fondo. Esta modalidad de pesca es selectiva y limpia, puesto que se capturan principalmente las especies que son el objetivo. Los expertos y cient¨ªficos consideran que ¨¦sta es un tipo de pesca menos da?ina que otras modalidades de fondo.
El palangre consta de una l¨ªnea principal de la que salen derivaciones cortas en las que se hallan los anzuelos, cada uno con su correspondiente cebo. En el caso del palangre de fondo, la l¨ªnea reposa sobre el lecho marino y puede tener muchos kil¨®metros de longitud y llevar varios miles de anzuelos. Esta modalidad de pesca se utiliza para capturar la merluza o el rape, por ejemplo.
Actualmente estas l¨ªneas son monofilamentos de pol¨ªmeros sint¨¦ticos como el nailon, el polipropileno o el fluorocarbono. Estos materiales pl¨¢sticos les confieren la elasticidad, la resistencia, el coeficiente de torsi¨®n adecuado y una duraci¨®n muy superior a las que antiguamente ten¨ªan los aparejos de pesca hechos con fibras naturales. Durante las operaciones habituales de pesca ocasionalmente estas l¨ªneas pueden romperse y se quedan vagando libremente en el mar o bien se depositan sobre el fondo. La p¨¦rdida de los palangres puede deberse al mal tiempo, a la falta de pericia del pescador, al vandalismo e incluso a la pesca ilegal.
La p¨¦rdida de los palangres puede deberse al mal tiempo, a la falta de pericia del pescador, al vandalismo e incluso a la pesca ilegal
Generalmente las redes y los aparejos perdidos o abandonados contin¨²an pescando durante tiempo, en algunos casos incluso durante a?os. Evidentemente son unas capturas que nadie podr¨¢ aprovechar y que tienen un fuerte impacto en el medio. Es lo que se denomina ¡°pesca fantasma¡±.
El impacto de la pesca fantasma que realizan los palangres abandonados es relativamente bajo. Los anzuelos continuar¨¢n pescando mientras tengan un cebo para atraer a peces. El cebo inicial puesto por los pescadores puede capturar a peces que a su vez atraer¨¢n a otros animales. El anzuelo ir¨¢ pescando hasta que desaparezca cualquier resto de alimento.
De todas maneras, al cabo de poco tiempo, estos filamentos quedan recubiertos de sedimentos y de peque?os invertebrados que se adhieren a ellos, con lo que los peces los detectan m¨¢s f¨¢cilmente y los evitan. El problema de las l¨ªneas de pl¨¢stico viene determinado por el hecho de que, con el tiempo se enganchan a las rocas y a los organismos bent¨®nicos. Si es a poca profundidad siempre queda la esperanza de que alg¨²n buceador las desenrede, las saque del agua y las tire a un contenedor de reciclaje de residuos. Afortunadamente cada vez son m¨¢s los submarinistas que lo hacen y los que participan en las campa?as de limpiezas de fondos marinos.
El problema se complica en el caso de las comunidades bent¨®nicas marinas profundas puesto que hasta ahora estas l¨ªneas de pesca perdidas son muy dif¨ªciles de recuperar y eliminar. Esta situaci¨®n queda oculta a los ojos de los ciudadanos.
En las zonas donde se pesca habitualmente el paisaje es desolador, puesto que las rocas est¨¢n recubiertas por una mara?a de hilos de pl¨¢stico que tardar¨¢n siglos en descomponerse
En el caso de las colonias de corales de aguas fr¨ªas, como ¨¦stas del v¨ªdeo halladas entre 200 y 300 metros de profundidad en la pared Sur del ca?¨®n del Cabo de Creus, las l¨ªneas se enganchan a las ramas de los corales blancos y a otros madreporarios. Con los movimientos del agua producidos por las corrientes marinas, en ocasiones muy fuertes, estos hilos se van moviendo y acaban rompiendo a estos fr¨¢giles organismos. Lo que hace unos a?os era unas rocas con gran cantidad de vida alrededor de los madreporarios actualmente corren el riesgo de quedar reducidas a un lecho con fragmentos de corales muertos y con una biodiversidad empobrecida.
En las zonas donde se pesca habitualmente el paisaje es desolador, puesto que las rocas est¨¢n recubiertas por una mara?a de hilos de pl¨¢stico que tardar¨¢n siglos en descomponerse. Esta situaci¨®n puede observarse muy bien en las im¨¢genes obtenidas en las prospecciones realizadas durante las campa?as Life+ Indemares. En ellas se ven muchas l¨ªneas de pesca que se han enredado en las colonias de coral blanco a las que, tarde o temprano, acabar¨¢n rompiendo.
Para disminuir el impacto de las redes y aparejos de pesca perdidos y abandonados hasta ahora se hablaba de medidas para retirarlos del mar, mientras que actualmente ya se est¨¢n estudiando actuaciones preventivas para evitar que se produzcan estas p¨¦rdidas.
La soluci¨®n al problema es complicada, puesto que en buena medida depender¨¢ de la aparici¨®n en el mercado de l¨ªneas de pesca hechas con materiales que cumplan los requisitos de los pescadores y que a su vez sean de materiales que se degraden r¨¢pidamente y que no sean contaminantes. Hasta que esto no ocurra estos palangres abandonados contribuir¨¢n al empobrecimiento de unos mares y oc¨¦anos cada vez m¨¢s alterados.
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