Penas justas

En su intervenci¨®n en el debate de TVE del pasado martes, la candidata de Ciudadanos por Madrid, Marta Rivera, defendi¨® la necesidad de revisar la ley integral contra la violencia de g¨¦nero para eliminar el agravamiento de determinadas penas en casos de amenazas o agresiones de un hombre a su pareja. De esta intervenci¨®n hay que interpretar que el partido de Albert Rivera se sit¨²a fuera del consenso en una cuesti¨®n tan sensible como la violencia machista. Aunque el l¨ªder de Ciudadanos matiz¨® despu¨¦s las declaraciones de su candidata y abog¨® por tratar esa violencia ¡°como una cuesti¨®n de Estado¡±, lo cierto es que su programa propone claramente ¡°igualar las penas con independencia del sexo del agresor¡± y concreta de forma expl¨ªcita que la ley ¡°debe ser modificada para acabar con la asimetr¨ªa penal por cuesti¨®n de sexo¡±.

La citada asimetr¨ªa fue introducida en la ley integral promovida por el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero, aprobada en diciembre de 2004 por unanimidad de todas las fuerzas pol¨ªticas. El legislador entendi¨® entonces que las mujeres v¨ªctimas de malos tratos continuados requer¨ªan de una tutela penal reforzada. Hasta ese momento era frecuente que las denuncias por amenazas o agresiones leves acabaran en una simple multa, como cualquier otra amenaza o agresi¨®n fuera de la pareja. La raz¨®n de este trato diferenciado obedece a la idea de que la violencia machista se dirige contra las mujeres por el hecho de serlo y como consecuencia de unos patrones culturales que determinan relaciones de desigualdad dentro de la pareja. Se entiende que esa relaci¨®n no es por una mera discriminaci¨®n de tipo personal, sino estructural. De este modo, los casos de amenazas y lesiones leves, castigados en otros supuestos con penas de tres meses a un a?o de prisi¨®n, pasaron a ser de seis meses a un a?o en el caso de un hombre que ¡°maltrata, golpea o menoscaba psicol¨®gicamente a su pareja o expareja sin causarle lesi¨®n que requiera tratamiento¡±. Igualmente se agrava la pena por lesiones que requieren asistencia m¨¦dica.

Esta agravante tiene su raz¨®n de ser; que Ciudadanos la cuestione indica que no comparte las premisas del consenso sobre la lucha contra la violencia de g¨¦nero o que ha elaborado este apartado de su programa sin la suficiente profundidad. Ambas posibilidades son igualmente negativas para un partido que en otros aspectos ha dado muestras de esp¨ªritu renovador. M¨¢xime cuando esta es una cuesti¨®n que ha merecido incluso la aprobaci¨®n del Tribunal Constitucional.

En una sentencia emitida en 2008 tras un recurso presentado por un juzgado de San Sebasti¨¢n, el alto tribunal declar¨® que no existe discriminaci¨®n y aval¨® el plus de gravedad con el argumento de que la agresi¨®n supone un da?o mayor a la v¨ªctima si esta se produce en un contexto de relaci¨®n machista, lo que adem¨¢s le da un gran poder intimidatorio. Con estos antecedentes, de llevarse a cabo el giro que propone Ciudadanos probablemente propiciar¨ªa un retroceso en los resultados de la lucha contra esa violencia. Rivera ha incurrido adem¨¢s en el recurso habitual de alegar ¡°malentendidos¡± y en el error de querer superar el debate suscitado y escapar de la pol¨¦mica con maniobras de distracci¨®n.