Una estrategia sensata contra el ISIS
Para hacer frente al Estado Isl¨¢mico es imperativo un di¨¢logo total entre todas las potencias regionales y mundiales y en este contexto, Ir¨¢n puede ayudar de manera crucial con las medidas pol¨ªticas y militares necesarias para acabar con ¨¦l
Los atentados terroristas cometidos por el Estado Isl¨¢mico (ISIS en sus siglas en ingl¨¦s)en Par¨ªs y California han supuesto un antes y un despu¨¦s. Occidente tiene ya claro que no es posible contener al ISIS, sino que hay que derrotarlo de forma contundente. Pero hay que evitar tener una reacci¨®n desmesurada y contraproducente como la que provocaron los atentados del 11-S. La amenaza terrorista es hoy mayor que nunca. Ha llegado el momento de que las autoridades occidentales adopten estrategias nuevas y audaces, cuyo objetivo fundamental sea involucrar a todas las potencias de Oriente Pr¨®ximo.
La clave para derrotar al ISIS es tener en cuenta que se basa en una idea ¡ªel salafismo wahab¨ª, anterior a la organizaci¨®n y que, de hecho, sirve de argumento ideol¨®gico a todos los llamados grupos yihadistas, desde Boko Haram hasta Al Qaeda. Desde hace varios decenios, los wahab¨ªes, puritanos y fundamentalistas, captan millones de seguidores entre los practicantes de un islam tradicionalmente m¨¢s pluralista y tolerante en el norte de ?frica, Oriente Pr¨®ximo y otros lugares. Este no es un fen¨®meno que haya surgido de forma natural, sino que se debe a las intensas campa?as de proselitismo orquestadas por el principal Estado wahab¨ª y salafista del mundo: Arabia Saud¨ª.
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Los esfuerzos para difundir el salafismo wahab? son una piedra angular del reino saud¨ª desde los tiempos de su apoyo a los muyahidines afganos contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica e incluso desde antes, y han quedado plasmados en la gigantesca infraestructura teol¨®gica saud¨ª, que distribuye libros y edictos religiosos, asegura una presencia constante en los medios de comunicaci¨®n y dona inmensas cantidades de dinero a organizaciones religiosas y proyectos de construcci¨®n de mezquitas en todo el mundo isl¨¢mico. En los ¨²ltimos 20 a?os, los saud¨ªes han gastado al menos 87.000 millones de d¨®lares para propagar el wahabismo en otros pa¨ªses.
Est¨¢ demostrado que esta pol¨ªtica es una bomba de relojer¨ªa, para los propios saud¨ªes y para gran parte del mundo. Un memor¨¢ndum de 2009 del Departamento de Estado norteamericano, firmado por la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton, dec¨ªa: ¡°Los donantes de Arabia Saud¨ª constituyen la principal fuente de financiaci¨®n para los grupos terroristas sun¨ªes en todo el mundo... Debemos esforzarnos m¨¢s, porque Arabia Saud¨ª es una base financiera crucial para Al Qaeda, los talibanes y otros grupos terroristas¡±.
Ahora bien, si el salafismo wahab¨ª es el combustible que ha alimentado el ISIS, el fuego que lo ha convertido en lo que es hoy tiene m¨¢s que ver con otras realidades en la regi¨®n. Por ejemplo, el apoyo incondicional de Occidente ¡ªy en particular Estados Unidos¡ª a lo que muchos consideran flagrantes injusticias israel¨ªes contra los palestinos ha contribuido a la radicalizaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo. El general David Petraeus lo subray¨® en 2010 durante su testimonio ante el Senado, al afirmar que el conflicto palestino-israel¨ª ¡°fomenta el sentimiento antiamericano debido a la percepci¨®n de que Estados Unidos ejerce el favoritismo con Israel¡± y que ¡°Al Qaeda y otros grupos terroristas aprovechan esa indignaci¨®n para obtener apoyos¡±.
Las invasiones de Afganist¨¢n e Irak, han impulsado la popularidad de grupos yihadistas
El amargo resentimiento creado por las invasiones de Afganist¨¢n e Irak, junto a otros casos de intervenci¨®n extranjera en la regi¨®n, tambi¨¦n han impulsado la popularidad de grupos como el ISIS y han creado el vac¨ªo de poder que el Estado Isl¨¢mico ha sabido llenar con tanta habilidad. Adem¨¢s, las personas que se sienten atra¨ªdas por estos grupos, en su mayor¨ªa j¨®venes, proceden a menudo de unas sociedades desesperanzadas, gobernadas por aut¨®cratas que cuentan con el respaldo de Occidente y estancadas en el tipo de subdesarrollo, pobreza y desempleo que se convierte en caldo de cultivo para el extremismo.
Aunque cualquier estrategia integral y eficaz para derrotar al ISIS debe tratar de resolver todos estos aspectos, que est¨¢n en la ra¨ªz del problema, es dif¨ªcil imaginar que pueda hacerse a corto plazo. No obstante, la ¨²nica forma de asestar una derrota duradera es abordar esos factores de fondo que han permitido que surgiera un grupo as¨ª y que garantizar¨¢n la existencia de otros grupos similares mucho despu¨¦s de que el ISIS haya desaparecido.
Sin embargo, dado que parece que el ISIS ahora est¨¢ tan interesado en luchar contra el enemigo lejano como contra el enemigo cercano, eliminar la amenaza inmediata debe ser una prioridad para todas las potencias regionales y mundiales. Por consiguiente, hay que desechar cualquier idea que pudieran tener algunos en Occidente de contener al ISIS sin derrotarlo, para que sea una especie de parachoques contra la supuesta influencia iran¨ª.
Es necesaria la construcci¨®n de un sistema regional de seguridad y cooperaci¨®n
Entre los dirigentes de Teher¨¢n existe el consenso de que para los intereses estrat¨¦gicos de Ir¨¢n es bueno acabar con la amenaza del terrorismo mediante la cooperaci¨®n regional. Los l¨ªderes occidentales tambi¨¦n deben comprender que no hay forma realista de poner fin a los conflictos en Siria e Irak sin negociar con Ir¨¢n y reconocer su papel. Para hacer frente al ISIS es imperativo un di¨¢logo total entre todas las potencias regionales y mundiales.
Por su parte, Ir¨¢n puede ayudar de manera crucial con las medidas pol¨ªticas y militares necesarias para acabar con el ISIS. ¡°Si Ir¨¢n ataca al ISIS en alg¨²n lugar concreto y el ataque tiene repercusi¨®n, ser¨¢ algo positivo, pero nosotros no estamos organizando nada as¨ª¡±, dijo el secretario de Estado John Kerry el 3 de diciembre. No obstante, Estados Unidos debe ser consciente de que le interesa dejar de pensar en los objetivos expansionistas de los iran¨ªes y aliarse con ellos contra el ISIS, ya que tienen gran influencia en los principales grupos de Siria e Irak y pueden ayudar a que los dos pa¨ªses aporten los soldados necesarios en una campa?a para vencer al ISIS.
En ¨²ltima instancia, lo m¨¢s importante en la lucha contra el ISIS y para lograr una paz y una estabilidad duraderas en Oriente Pr¨®ximo es construir un sistema regional de seguridad y cooperaci¨®n que agrupe a potencias como Arabia Saud¨ª, Egipto, Irak e Ir¨¢n. En ese marco, los pa¨ªses podr¨¢n identificar sus intereses comunes y colaborar en lugar de enfrentarse unos con otros. Ir¨¢n lleva decenios proponiendo un sistema de ese tipo, y hoy es necesario que las clases pol¨ªticas m¨¢s ortodoxas de los pa¨ªses vecinos y sus aliados en Occidente conviertan esa visi¨®n en realidad.
Parece que las potencias mundiales est¨¢n d¨¢ndose cuenta, por fin, de que el caos de Oriente Pr¨®ximo tiene consecuencias directas para ellos. Ha llegado la hora de que sus dirigentes pasen de la palabra a la acci¨®n, hagan realidad sus promesas y dediquen sus recursos a lograr los cambios geopol¨ªticos necesarios para terminar con la amenaza del ISIS y dar estabilidad a la regi¨®n de una vez por todas.
Seyed Hossein Mousavian es embajador e investigador en la Universidad de Princeton. Fue portavoz de los negociadores nucleares de Ir¨¢n.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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