?Por qu¨¦ estamos obsesionados con la nostalgia?
Nos inundan los libros sobre miscel¨¢nea ochentera y noventera. ?Cualquier tiempo pasado fue mejor?
Imagino que no es la primera vez que les da un parraque en la secci¨®n de libros de sus grandes almacenes preferidos -tengan en cuenta que siempre es mejor desmayarse en un centro comercial que en una librer¨ªa de barrio, por lo del servicio m¨¦dico inmediato, ya saben-. Novelas escritas por rostros televisivos de dudosas capacidades para la literatura, centenares de libros de cocina con formatos casi indescriptibles, imitaciones poco convincentes de los ¨¦xitos de temporada y todas las publicaciones de 'ese autor' al que nadie traga pero que queda muy bien en las fotograf¨ªas de instagram. Con semejante panorama es normal que el gran p¨²blico prefiera entrar en la casa de Guadalix de la Sierra antes de bucear entre los millones de publicaciones anuales para encontrar el libro perfecto. Son los gajes del lector novato. Ay, pobres...
Mi bestia negra actual -y supongo que cada d¨ªa la de m¨¢s gente- son los libros de nostalgia. Publicaciones que buscan la l¨¢grima f¨¢cil record¨¢ndonos qu¨¦ buenos fueron los tiempos pasados y qu¨¦ aburridos estamos ahora. Libros repletos de im¨¢genes sacadas del ba¨²l de los recuerdos de internet con la intenci¨®n de tocarnos la fibra sensible y arrancarnos un '?esto lo ten¨ªa yo!' de los labios. Estanter¨ªas repletas de productos equivalentes e intercambiables que han conseguido que los j¨®venes de treinta a?os sufran la misma nostalgia que los veteranos de la guerra cuando rememoran sus a?os en la mili. Y todo con un lapso de tiempo de apenas veinte a?os. Estar¨¢n conmigo que esto se nos ha ido completamente de las manos. Si ya echamos de menos lo que podemos recordar a la perfecci¨®n, ?qu¨¦ ocurrir¨¢ cuando de verdad nos azote el paso de los a?os?
El ¨¦xito de las primeras publicaciones del gremio con su memorabilia de la E.G.B., ese extinto plan educativo que suena a viejo pese a que no lo es tanto, hizo que toda editorial con ganas de ganar dinero -es decir, toda editorial- quisiese sacar su propia versi¨®n del fen¨®meno. ?Espa?a quiere despertar ese melanc¨®lico corazoncito? Pues tendr¨¢n su merecido. Que si los 80, que si los 90, que si la SuperPop, que si el producto patrio, que si los ¨ªdolos americanos, todo vale con tal de convertirse en el regalo estrella de la temporada. Detr¨¢s, un buen pu?ado de pobres escritores interrogando a sus allegados para ver qu¨¦ les gustaba hace veinte a?os y qu¨¦ echan de menos en la actualidad. Qu¨¦ mal pagado est¨¢ el arte de la escritura. Se lo digo yo y deber¨ªan hacerme caso. Pero, ?a qu¨¦ viene tanta obsesi¨®n con el pasado? ?Ser¨¢ que ya nos hemos desencantado del futuro?
El ritmo vertiginoso de la actualidad, donde las novedades duran cinco segundos y los acontecimientos se olvidan en menos de veinticuatro horas, hace que sea l¨®gico que echemos mano de lo que de verdad recordamos. Los tiempos en los que esper¨¢bamos m¨¢s de dos a?os para poder ver una pel¨ªcula en la televisi¨®n, cuando un disco de un artista rodaba por las emisoras durante cinco a?os, cuando la informaci¨®n costaba esfuerzo y los datos se reten¨ªan. Nos sentimos descolocados ante las novedades tecnol¨®gicas que nos acosan a diario -?qui¨¦n sabe utilizar Snapchat?-, notamos el peso del tiempo en la nuca. Ya no somos esos jovencitos de antes pero tampoco hemos llegado a ser los viejos de ahora. La melancol¨ªa nos reconforta. Nos hace sentir adolescentes eternamente. Nos devuelve a ¨¦pocas donde no exist¨ªan las facturas ni los impuestos. Es la droga que necesitamos. Es nuestro propio '?Qu¨¦ tiempo tan feliz!'.
Pero ha llegado el momento de decir basta. Ni las librer¨ªas pueden soportar un solo libro m¨¢s sobre los 90, ni nuestra salud mental deber¨ªa permitirlo. ?Acaso no hemos sentido verg¨¹enza suficiente con los telediarios abriendo su espacio con la chorrada de Marty McFly llegando al futuro en 2015? El chascarrillo de gamer se ha convertido en noticia mainstream y la culpa es nuestra. Dejemos de perder el tiempo con lo que ya hemos vivido y esforc¨¦monos en comprender c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª. ?Y si esto no es m¨¢s que un plan orquestado por una fuerza superior que quiere distraernos con cosas que no son importantes? ?Y si no es m¨¢s que una maniobra para que pensemos que antes est¨¢bamos mejor y volvamos al redil? No s¨¦ ustedes, pero yo estoy harto ya de tanto bobada. Inviertan su dinero en literatura, s¨ª, pero h¨¢ganlo bien. Regalen una novela. Su nostalgia no lo agradecer¨¢, pero su inteligencia s¨ª.
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