Claustrofobia
Si solo se les autoriza a marchar de abajo arriba, y no de derecha a izquierda, es porque ya sabemos hacia d¨®nde ir¨ªan
Un ascensor en el que han coincidido nuestros l¨ªderes, eso es ahora mismo Espa?a. Pese a que el espacio es muy peque?o y tiene el ox¨ªgeno limitado, no se detiene en ning¨²n sitio porque todos quieren que se detenga en el suyo. Lo que han logrado es que suba y baje a lo loco, como el estado de ¨¢nimo de un neur¨®tico grave. Las paredes del ascensor son de cristal, de modo que los contribuyentes vemos desde la calle lo que ocurre en su interior. Nosotros viajamos tambi¨¦n metaf¨®ricamente dentro de ¨¦l, pero tampoco estamos dispuestos a bajarnos, no s¨¦, en el sexto y subir andando hasta el s¨¦ptimo. ?Qu¨¦ sacrificio! No es miedo a traicionarnos, que nos hemos traicionado mil veces a lo largo de la historia, sino mero sentido de la supervivencia. Somos expertos en sobrevivir muriendo.
Significa que solo podr¨ªa salvarnos un ocupante del ascensor con claustrofobia y al que no le importara d¨®nde se abrieran las puertas con tal de escapar. Rajoy no ceder¨¢, est¨¢ a gusto porque de lo que ¨¦l padece es de agorafobia. Se ahoga en los espacios abiertos, de ah¨ª el mote de Presidente Plasma. No contemos con ello, en fin. Pedro S¨¢nchez es alto, lo que le permite respirar en una zona a la que no llegan las cabezas de los otros. Rivera se mover¨ªa, pero tiene miedo a arrugarse la camisa o a que las c¨¢maras capten el perfil que no le favorece. Queda Podemos, pero sin Podemos el ascensor se cuelga entre piso y piso porque los ascensores vienen siendo muy realistas, lo que les impide ir en direcci¨®n contraria a la de la historia. De hecho, si solo se les autoriza a marchar de abajo arriba, y no de derecha a izquierda, es porque ya sabemos hacia d¨®nde ir¨ªan. Y Garz¨®n, con un mill¨®n de votos, fuera del ascensor. Pero con el agua al cuello.
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