La furia del hombre paciente
El enfado de Susana D¨ªaz y de otros barones estall¨® en el Comit¨¦ Federal. El principal objetivo es ya desalojar a Pedro S¨¢nchez del partido, del Gobierno, de la oposici¨®n y de donde haga falta
La estructura del PSOE parece decidida a acudir a unas nuevas elecciones y con un nuevo candidato/a a presidente del Gobierno. Un sector andaluz pretende incluso que se retrase todo lo posible la investidura de Mariano Rajoy para ganar tiempo y poder celebrar antes el congreso de partido. La reci¨¦n elegida nueva secretaria general dar¨ªa su apoyo condicionado a Rajoy durante dos a?os. El actual secretario general y reciente candidato, Pedro S¨¢nchez, intenta evitar los dos escenarios por todos los medios, pero cuenta con pocas fuerzas, entre ellas unos diputados que ven con asombro que pueden tomar posesi¨®n del acta y verse sin esca?o y expulsados de las listas dos meses despu¨¦s.
Es todo tan extra?o que la situaci¨®n solo encuentra explicaci¨®n en rencores y desaf¨ªos. Para quienes siguieron con inter¨¦s al PSOE durante d¨¦cadas, solo cabe recurrir a libros de historia que expliquen anteriores periodos de confusi¨®n. Para quienes le votaron el 20-D, probablemente solo quepa enojo y rabia. Como afirma Patxi L¨®pez ¡°el PSOE est¨¢ dando un espect¨¢culo lamentable¡±.
El relato socialista comienza, dicen algunos, hace a?o y medio, cuando Susana D¨ªaz y un grupo de barones apoy¨® a Pedro S¨¢nchez como secretario general del partido, con la condici¨®n de que no se considerara candidato a la presidencia del Gobierno en las elecciones que tendr¨ªa que convocar Mariano Rajoy en poco m¨¢s de un a?o. Seg¨²n ese relato, S¨¢nchez ignor¨® ese acuerdo y en solo mes y medio tom¨® la iniciativa y anunci¨® que se presentaba a la nominaci¨®n como candidato presidencial socialista. A partir de ah¨ª, el enfrentamiento fue total.
El relativo mal resultado electoral del PSOE pareci¨® dar nuevos argumentos a los detractores de S¨¢nchez, dispuestos en el mejor de los casos a dejarle como jefe de la oposici¨®n (dado que ninguno de los barones, empezando por Susana D¨ªaz, es diputado en Cortes) mientras se organizaba la elecci¨®n de un nuevo candidato y se provocaban nuevas elecciones. Una vez m¨¢s, Pedro S¨¢nchez tom¨® la iniciativa: no aceptar¨ªa ser jefe de la oposici¨®n absteni¨¦ndose frente a un Gobierno Rajoy e intentar¨ªa negociar con Podemos para alcanzar, ¨¦l mismo, la presidencia del Gobierno. Si lo lograba, tendr¨ªa garantizada su supervivencia pol¨ªtica y la direcci¨®n del PSOE.
El enfado de Susana D¨ªaz y de otros barones estall¨® en el comit¨¦ Federal. El principal objetivo es ya desalojar a Pedro S¨¢nchez del partido, del Gobierno, de la oposici¨®n y de donde haga falta. Algunos barones han enfriado su posici¨®n, a la vista de la furia y del encono personal con el que D¨ªaz plantea ese relevo, pero aun as¨ª son bastantes los que trabajan en esa direcci¨®n. Para este sector del PSOE, lo primero es barrer a S¨¢nchez y a su equipo, nombrar a otro secretario general, a otro/a candidato a presidente de Gobierno, ahora o dentro de un tiempo, y a otros diputados que integren el futuro grupo parlamentario. Y a partir de ah¨ª, ya se ver¨¢.
Seguramente es cierto que todo lo que ocurre en el PSOE viene de lejos, de un deterioro largo y acentuado. Seguramente, nada de esto se explica sin conocer los resultados de Podemos y sin saber que el partido de Pablo Iglesias, que ayud¨® a investir a los presidentes socialistas de Asturias y de Extremadura, acaba de echar por tierra sus presupuestos auton¨®micos y que plantea negociaciones inflexibles, como son siempre las que se desarrollan entre grupos pr¨®ximos ideol¨®gicamente. Nada de eso evita, sin embargo, el asombro por el feroz enfrentamiento interno y por la p¨¦rdida del sentido de la realidad de unos dirigentes que creen que, de un mes para otro, pueden cambiar de propuestas. En lugar de revolcarse en su furia, podr¨ªan recordar el dicho del poeta latino ¡°Cu¨ªdate t¨² de la furia del hombre paciente¡± (el elector)
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