Lo anormal dentro de lo normal
Estaban ah¨ª, tan tranquilos, en sus cosas, sin meterse con nadie, cuando atraves¨® el pasillo un par de soldados imperiales
Las dependencias pertenecen al hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid. La mujer y el hombre sentados han ido al especialista o a visitar a un pariente enfermo, quiz¨¢ esperan la llegada de un nieto o una nieta, no tenemos ni idea. El asunto es que estaban ah¨ª, tan tranquilos, en sus cosas, sin meterse con nadie, cuando atraves¨® el pasillo un par de soldados imperiales de la Legi¨®n 501 de La guerra de las galaxias. Los soldados de ficci¨®n hab¨ªan acudido para participar en un marat¨®n real de donaci¨®n de sangre que el hospital hab¨ªa puesto en marcha esos d¨ªas. No estaban all¨ª para alborotar, pues, ni para detener a un onc¨®logo, ni para que les hicieran un chequeo, sino para animar a la gente a desangrarse. Loable, sin duda. Ahora bien, yo estoy haciendo tiempo frente a la puerta del dermat¨®logo y veo pasar a dos militares con la decisi¨®n de esos dos soldados imperiales, y creo que ha habido un golpe de Estado. Cada uno es v¨ªctima de su historia.
El matrimonio de la foto, en cambio, es v¨ªctima de la historia de los otros. Dada la expresi¨®n de la mujer, quiz¨¢ no conozcan la serie de George Lucas, pero tienen la edad suficiente como para desconfiar de los uniformes, sobre todo cuando uno de los uniformados lleva en la mano un papel con una lista.
¨C?Estaremos en ella? ¨Cse pregunta.
El marido, conteniendo el p¨¢nico, intenta tranquilizar a la esposa con una explicaci¨®n razonable.
¨CEs lo anormal dentro de lo normal, querida, ya nos ha pasado en otras ocasiones.
En efecto, ?cu¨¢ntas veces, a lo largo de la vida, lo ins¨®lito coloniza lo s¨®lito?
elpaissemanal@elpais.es
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