?Qui¨¦n invita? Errores imperdonables en una comida de negocios
Los almuerzos de trabajo son reuniones disfrazadas de ocio. Estas son las claves para llegar vivo al caf¨¦
Vivimos unas semanas donde muchas cosas se deciden entre cubiertos y manteles. Entre otras, el pr¨®ximo gobierno de este pa¨ªs. Uno de los lugares predilectos para la negociaci¨®n es el restaurante. Aqu¨ª van algunas pistas para llegar vivo al caf¨¦
1. ELIJA EL RESTAURANTE
Madrid. Anta?o los grandes acuerdos capitalinos se sellaban en locales tradicionales como Casa Lucio o Sacha. ¡°Hoy, el perfil del ejecutivo es distinto, as¨ª que la comida tambi¨¦n lo es¡±, explica Iv¨¢n Morales, cofundador de Taberna Arz¨¢bal, que ha conquistado al sector con sus tapas finas. Otros, como Ten Con Ten, lo han logrado con ambiente de bistr¨® (pero del barrio de Salamanca) para ver y ser visto.
Otras capitales. En Barcelona, aunque La Camarga sigue siendo un referente (siempre que la mesa est¨¦ lejos de potenciales escondites de micr¨®fonos), suben Neri y El Petit Comit¨¦, del chef Nando Jubany, escogido por Mark Zuckerberg para reunirse con Piqu¨¦ y Shakira. En Bilbao se alternan negocios y producto de temporada en Nerua, el restaurante del Museo Guggenheim.
Discreci¨®n. Muchos locales ofrecen reservados: en los de El Cielo de Urrechu, en Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid), se ha cerrado m¨¢s de un fichaje de futbolista. Si quiere discreci¨®n total, el madrile?o A Japanese Kirikata es peque?o y est¨¢ en un s¨®tano.
2. EL MEN?
?Qu¨¦ comer? Olv¨ªdese de las comidas copiosas. Esto no es una bacanal, por mucho que no pague usted. ¡°La gente pide menos y bebe menos si despu¨¦s tiene que volver al trabajo¡±, explica Iv¨¢n Morales.
¡°Si es usted el invitado, no pida lo m¨¢s caro porque no ha ido all¨ª a ponerse las botas¡±, se?ala Josefina Escudero, experta en diplomacia ejecutiva. La opci¨®n perfecta son unos pocos entrantes para compartir y un segundo plato. ?Es usted goloso? El postre no suele ser una opci¨®n. Mejor vaya directamente al caf¨¦.
?Puedo beber alcohol? Lo sentimos, lo mejor es el agua. ¡°Imag¨ªnese que cuenta lo que no debe¡±, advierte la experta en protocolo. Si pide vino, mejor por copas, y ¨²ltimamente, de Ribera del Duero.
Duraci¨®n. Hora y media, y la pasar¨¢ hablando de trabajo. ¡°Antes, la sobremesa se alargaba con copas, caf¨¦s y tabaco, y la negociaci¨®n se dejaba para entonces. Esa sobremesa ya no existe, o es m¨¢s breve. Se negocia durante la comida¡±, cuenta Jes¨²s del Saz, ma?tre de El Cielo de Urrechu.
3. UNOS DATOS DEL OTRO LADO
?Hay trato de favor? Cualquier restaurante ser¨¢ igual de profesional con usted en una comida familiar que en una reuni¨®n de negocios. Pero todo buen ma?tre toma ciertas precauciones. ¡°Analizamos previamente el nombre de las reservas y su cargo, incluso aunque no lo indiquen. As¨ª podemos intuir si alguien viene con coche oficial, con escolta o si nuestro portero tiene que estar preparado¡±, explica Iv¨¢n Morales. Tratar a alguien por su nombre y hacerle sentir reconocido es casi obligatorio. ¡°Se puede dar la circunstancia de que dos empresarios se citen aqu¨ª pero no se conozcan, as¨ª que en cierto modo nosotros somos los encargados de presentarlos¡±, dice Jes¨²s del Saz.
O¨ªr, ver y callar. ¡°Discretos somos siempre, pero si el cliente se calla cada vez que te aproximas a la mesa a recoger el pan o cambiar de cubiertos, est¨¢ claro que hay que acercarse con menos frecuencia¡±, explica Morales. ¡°Cualquier cosa que se diga en la comida puede tener una gran importancia, as¨ª que no est¨¢ de m¨¢s advertir a los camareros para no interferir en absolutamente nada¡±, concluye.
4. DURANTE LA COMIDA
Buenas maneras. Sea puntual y educado: ¡°Un restaurante es como una segunda oficina¡±, sentencia Josefina Escudero. Si usted es el anfitri¨®n debe llegar antes y, si se retrasa, aseg¨²rese de que reciben a su invitado en su nombre. Mantenga siempre los modales: nada de poner los codos sobre la mesa, de excederse en confianza con su interlocutor o de quitarse la chaqueta. En esto ¨²ltimo, Escudero es tajante: ¡°No tiene justificaci¨®n. No suele hacer calor en la sala. Adem¨¢s, la americana no est¨¢ ah¨ª para fastidiar. Queda bien y disimula imperfecciones, como si sudamos demasiado¡±.
?Y la conversaci¨®n? Comience hablando de algo trivial y, tras una breve charla, aborde el orden del d¨ªa. Un tema infalible para romper el hielo es la propia elecci¨®n del restaurante: nadie puede sentirse ni ofendido ni inc¨®modo. Est¨¢ vetado hablar de pol¨ªtica, sexo, religi¨®n o dinero. No sea caballeroso, sino profesional. Igual que no hace falta que la sirvan primero en la mesa, no var¨ªe su saludo si se re¨²ne con una mujer. ¡°Dele la mano¡±, se?ala Escudero. ?Dos besos? S¨®lo si hay confianza.
5. LA CUENTA
?Qui¨¦n invita? El anfitri¨®n, siempre. Hay excepciones, como algunos j¨®venes emprendedores, que pueden omitir el protocolo y pagar a medias. Incluso hacer la reuni¨®n por Skype (sin comer ante la c¨¢mara, claro). A la hora de pagar, dos opciones: tarjeta de cr¨¦dito o, si hay mucha confianza con el restaurante, basta con dejar la tarjeta de visita para que lo apunten a la cuenta de la empresa. ¡°Con efectivo no paga casi nadie y ya no se sacan billetes grandes. El color morado s¨®lo lo vemos en la ropa¡±, ironiza Morales.
Sin aspavientos. ¡°Nunca se abona la cuenta en secreto ni se discute por ver qui¨¦n paga. Eso es algo que tenemos que cortar de ra¨ªz, porque en el resto del mundo no pasa¡±, asevera Escudero. ?Y si, a pesar de todo, ocurre? Que pague el ¨²ltimo que fue invitado. Tema zanjado.
Cuando ¨ªbamos sobrados... La crisis lo ha cambiado todo. Mientras hace a?os pod¨ªan correr cigalas y faisanes a costa de la empresa, ya no es lo habitual. ¡°Ahora la cuenta se revisa m¨¢s que antes¡±, se?ala Morales. Hay excesos, claro, pero s¨®lo si tienen sentido. ?Acaso no ha intentado impresionar a una cita con los mejores platos de un restaurante? ¡°El nivel de agasajo a un cliente debe ir en proporci¨®n al negocio¡±, destaca el restaurador de Taberna Arz¨¢bal. Que agasajar le funcione, ya sea en la cita o en el negocio, ya es otro asunto.
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