El hermoso viaje
El poeta C. P. Cavafis sigue habl¨¢ndole a cualquier lector con esa sabidur¨ªa tan pr¨®xima propia del deseo de vivirlo todo intensamente
Hay un poema de Cavafis en el que un anciano protesta?contra su suerte. Se le est¨¢ yendo la vida, qu¨¦ breve le?ha resultado, y se irrita con la Prudencia que tanto se?rio de ¨¦l cuando le dec¨ªa: ¡°Ma?ana. A¨²n tienes mucho?tiempo¡±. Sabe ya que las horas se le han ido volando y se?va enfadando con su ¡°necia cordura¡± hasta que, de tanto?cavilar, cae dormido sobre la mesa de un caf¨¦. As¨ª son las?cosas: un parpadeo, la tremenda derrota y luego, al fin,?un rato de descanso. Cavafis, ese alejandrino que viene?de tan lejos, sigue habl¨¢ndole a cualquier lector con?esa sabidur¨ªa tan pr¨®xima que viene del deseo de vivirlo?todo intensamente y de la certeza de que todo se acaba y?de que se acaba muy r¨¢pido. ¡°La obra de los dioses la interrumpimos?nosotros, / torpes y apresuradas criaturas?del instante¡±, dice en otros versos.
La vida intensa de los versos
Constantino Petrou Cavafis (Alejandr¨ªa, 1863-1933) no public¨® gran cosa durante su vida:?poemas sueltos en revistas, folletos donde reuni¨® algunos de sus preferidos, hojas sueltas?que preparaba ¨¦l mismo y que regalaba a sus amigos. Dos a?os despu¨¦s de su muerte se?publicaron por primera vez sus 154 poemas llamados can¨®nicos, que junto a los 78 in¨¦ditos?que aparecieron en 1968 y tres composiciones en prosa componen esta nueva traducci¨®n?de Juan Manuel Mac¨ªas de su Poes¨ªa completa (Pre-Textos).
El escritor brit¨¢nico E. M. Forster, que fue uno de sus?grandes amigos, lo describi¨® una vez como ¡°un gentleman?griego, tocado con un sombrero de paja, en pie y?absolutamente inm¨®vil, en una posici¨®n ligeramente?oblicua en relaci¨®n al universo¡±. Le gustaban los dulces,?fue aficionado a algunos juegos ¨Cel bacar¨¢, la ruleta¨C y?a hacer quinielas de todo tipo, muy reservado, brillante
conversador. Era homosexual y sus poemas celebran encuentros?fugaces y furtivos. Gracias a esa desordenada?sensualidad de su juventud, escribe, ¡°se formaron los?afanes de mi poes¨ªa, / se iba trazando el territorio de mi?arte¡±. Proced¨ªa de una buena familia, pero no tuvo m¨¢s?remedio que ponerse a trabajar. Gracias a su buen dominio?de los idiomas, encontr¨® un puesto en la Secci¨®n?Tercera de Riegos del Ministerio de Obras P¨²blicas, en el?que estuvo 30 a?os.
Quiz¨¢ all¨ª, como el escultor de Tiana de uno de sus?poemas, pensaba tambi¨¦n en c¨®mo darle forma a los?caballos de Poseid¨®n: ¡°Han de ser de tal modo ligeros /?como para mostrar claro que sus cuerpos, sus pies / no?pisan la tierra, s¨®lo corren por las aguas¡±. Qui¨¦n sabe si?para hacer ese ¡°hermoso viaje¡±: hacia ?taca, y sabiendo?que ¡°si no es por ella no habr¨ªas emprendido el camino¡±.
elpaissemanal@elpais.es
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