"Es incre¨ªble el morbo que damos como pareja"
El regreso de Najwajean nos permite asistir de nuevo a los roces que alimentan la creatividad de uno de los grupos m¨¢s interesantes del panorama espa?ol
Al principio, Najwa Nimri se iba a traer para esta foto un objeto, digamos, m¨¢s ¨ªntimo. Mucho m¨¢s ¨ªntimo. Llam¨¦mosle un buen compa?ero. "Pero, nah, al ? nal no, eso nunca viaja conmigo. Por desgracia lo descubr¨ª muy tarde", cuenta para justi?car su elecci¨®n ?nal de un cenicero. Una bola de cristal verde veteado que ha sobrevivido a su falta de apego hacia los objetos y a la que acabar¨¢ dando uso disimuladamente durante la entrevista, a pesar de encontrarnos en unas instalaciones cerradas. "Me ha costado mucho elegir algo porque lo ¨²nico que conservo es un abrigo de piel de mi abuela. Ese s¨ª ha ido conmigo desde peque?a. El abrigo y este cenicero, que nunca se ha perdido en ninguna mudanza. Hay gente muy fetichista; yo no lo soy en absoluto".
Carlos Jean tuvo claro que traer¨ªa un piano de juguete que le compr¨® a su hijo y que ha acabado usando ¨¦l. "Lo t¨ªpico del primer hijo que te emocionas compr¨¢ndole juguetes que al ?nal usan tres veces. Yo, en cambio, lo he usado para tres discos ya, un anuncio¡", enumera. "O sea, que lo compraste para ti", apostilla Najwa. Najwajean ser¨¢ el plato fuerte del Ron Barcel¨® Desalia, el festival que se celebra el 20 de febrero en Punta Cana para 5.000 afortunados.
A falta de otras fechas en directo por con?rmar, centramos la conversaci¨®n en sus personalidades contrapuestas. El productor musical y la actriz-cantante-musa indie arrastran tantas leyendas por separado como para que tambi¨¦n se trasladen a su grupo. Y el caso es que su pareja funciona. Si musicalmente lo prueba su nuevo disco, Bonzo, publicado siete a?os despu¨¦s de Till it breaks, en persona mantienen viva la tensi¨®n de sus escenas de matrimonio en una conversaci¨®n salpicada de "pero", "y punto" o "yo lo que quiero decir es¡". Como cuando al "la cultura no tiene que ser entretenida" de Najwa sigue un "pero puede ser entretenimiento" de Carlos. O como cuando ella pregunta "?has usado alguna vez el step o la bicicleta est¨¢tica que tienes en casa?", y no le convence la respuesta de "s¨ª, el step lo uso", que zanja con un "no te creo". "Es incre¨ªble el morbo que damos como pareja. Lo que m¨¢s le llama la atenci¨®n a la gente sobre nosotros es la pelea-no pelea permanente. Algo que jam¨¢s hemos visto como tema pero que a lo mejor tendr¨ªamos que haber explotado, hacernos unos cuores o algo", concede Najwa. "La noticia de que nos separamos se ha usado tantas veces...", le da la raz¨®n Carlos.
Dejemos el umbral de su relaci¨®n en no felicitarse la Navidad por WhatsApp, pero s¨ª irse a Formigal juntos a esquiar en familia. Seg¨²n Najwa: "T¨², Carlos, eres m¨¢s de quedar para tomar unas cervezas, pero yo eso no lo he hecho en la vida. Nunca me veo en un bar a mediod¨ªa tom¨¢ndome algo y hablando". Como presentador de una secci¨®n en El Hormiguero de Pablo Motos uno y protagonista del drama carcelario Vis a vis (Antena 3) la otra, ambos est¨¢n pasando por un momento tan mainstream medi¨¢ticamente hablando como alejado de la Espa?a de las posibilidades en la que irrumpieron en los noventa. En palabras de Najwa: "Najwajean fue una mina de oro y no lo aprovechamos. Entonces te pagaban por todo. Si no dabas un concierto daba igual porque te iban a pagar por hacer una locuci¨®n para un anuncio. Ahora somos 20 a?os mayores, trabajamos el doble y cobramos la mitad. Se te quitan muchas tonter¨ªas as¨ª". Carlos matiza: "No te puedes quedar en el ¡®es que antes¡¡¯. Nuestra sociedad nos ha convertido en productivos, pero nuestra sociedad somos nosotros. No es que hayan llegado unos robots gigantes y hayan dicho ¡®me cargo la venta de discos¡¯ o ¡®me cargo la radio".
Lo que para el productor no ha cambiado pr¨¢cticamente "desde la guerra" es la percepci¨®n de la electr¨®nica en Espa?a, que sigue instalada en el hombre contra la m¨¢quina. "Hace mucho que ha salido del club y las tres de la ma?ana. Yo pincho todos los a?os en Logro?o a las 12 del mediod¨ªa y veo a padres con carritos. El problema es esa negaci¨®n del m¨²sico que teme perder su peque?o corralito por culpa del ordenador. Ah¨ª fuera todo el mundo est¨¢ roneando con la electr¨®nica. Aqu¨ª es 'no, nosotros vamos a grabar como lo hac¨ªan los Beatles'". "Me pueden matar por decir esto, pero a m¨ª lo que me interesa es cantar encima de algo virulento, y ah¨ª la respuesta la tiene la electr¨®nica. Y si busco algo violento es porque creo que es lo que recibido del mundo¡±, concluye su compa?era
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