Todo el poder al alcalde
En la actual coyuntura de declive de los partidos estatales, los responsables de los municipios ser¨¢n los abanderados del ¡®proceso destituyente¡¯ hasta la culminaci¨®n en la independencia nacional. La CUP lo tiene claro: los alcaldes ¡®ampl¨ªan la base social¡¯
Quienes hab¨ªan apostado por la CUP como sujeto colectivo de una revoluci¨®n de nuevo tipo, una ruptura democr¨¢tica en lo pol¨ªtico y anticapitalista en lo econ¨®mico-social, se han debido de llevar un buen chasco: las asambleas de la CUP celebradas en Barcelona est¨¢n lejos de ser los soviets reunidos en Petrogrado. Cierto es que ning¨²n Lenin tuvo la osad¨ªa de presentar para su aprobaci¨®n nada que se pareciera ni de lejos a las Tesis de Abril, pero al menos las asambleas se hab¨ªan comportado hasta el ¨²ltimo minuto como lo que de ellas esperaban quienes las auparon al nivel de sujeto de la revoluci¨®n pendiente. Parec¨ªa como si resonara en sus repetidas votaciones una versi¨®n actualizada de las consignas de 1917: ninguna concesi¨®n es tolerable; ning¨²n compromiso con el gobierno provisional; jam¨¢s al lado de los socialchovinistas; contra la participaci¨®n en el gobierno de la burgues¨ªa corrupta; hay que desenmascarar a ese gobierno en lugar de sostenerlo...
Eso es lo que se esperaba de las asambleas de una organizaci¨®n pol¨ªtica que se ha marcado como meta lo que Antonio Ba?os rebautiz¨® como ¡°la rebeli¨®n catalana¡±, o sea, revoluci¨®n anticapitalista m¨¢s independencia de la naci¨®n. Pero justo en el momento en que, solo con un leve empuj¨®n, el enemigo de clase hubiera sucumbido abriendo la puerta a nuevas elecciones que habr¨ªan ofrecido la mejor ocasi¨®n para presentarse otra vez ante sus gentes, explicarles todo lo ocurrido y reanudar crecidos el combate por la conquista de la mayor¨ªa, en ese mismo momento les ha temblado el pulso y han obligado a las masas a retroceder.
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El resultado: en lugar de rematar a un partido herido de muerte, el partido de la corrupci¨®n sist¨¦mica, el que hab¨ªa servido durante treinta a?os como d¨®cil instrumento de un clan mafioso, han acudido sol¨ªcitos a su salvaci¨®n, d¨¢ndose golpes de pecho por el mucho tiempo que han empleado en socorrerlo y prometiendo que nunca m¨¢s volver¨¢ a suceder. Y como prueba de que el arrepentimiento va en serio les han entregado dos rehenes, han enviado a dos culpables a las tinieblas exteriores y no se han levantado de la mesa cuando un representante de la burgues¨ªa corrupta les dijo que la cabeza de un israel¨ª bien vale las de diez palestinos. No solo no se levantaron sino que, como muestra de su peque?oburguesa seriedad negociadora, llevan a gala no revelar el nombre de quien exigi¨® diez cabezas de la CUP por la ¨²nica que les ofrec¨ªan de Convergencia.
?Por qu¨¦ lo han hecho? ?C¨®mo es posible que revolucionarios sin m¨¢cula hayan acudido a salvar a un enfermo terminal insufl¨¢ndole nueva vida? ?D¨®nde ha quedado la rebeli¨®n catalana como revoluci¨®n antiolig¨¢rquica que sus dirigentes proclamaban hace no m¨¢s de dos semanas, cuando uno de los grandes motivos para la independencia era la desaparici¨®n del enemigo de clase encarnado pol¨ªticamente en la exCiU? ?C¨®mo ha podido la c¨²pula de la CUP firmar ese papel de autocr¨ªtica m¨¢s propio de una banda de peque?oburgueses extraviados que de una dirigencia revolucionaria? ?Ad¨®nde va la CUP, mendigando y aceptando ahora una peque?a raci¨®n de la tarta que los partidos de la oligarqu¨ªa pretend¨ªan zamparse entera?
La revoluci¨®n asamblearia ha sido un fiasco; en el ¨²ltimo minuto salv¨® al partido corrupto
Solo ellos lo saben, pero lo seguro es que acudir¨¢n ma?ana a las masas para explicarles que ellos, c¨²pula de la CUP, lo ¨²nico que han hecho ha sido interpretar un mandato recibido en las asambleas, un mandato confuso, ya que se hab¨ªa expresado milagrosamente como un empate y que, en el cambalache al que han tenido que llegar con el partido de la oligarqu¨ªa, se han cobrado la cabeza del m¨¢ximo dirigente y han puesto en su lugar a un alcalde, dando as¨ª un formidable impulso a lo que ya se ven¨ªa anunciando desde las elecciones municipales: que en Espa?a, o en el Estado espa?ol para ser m¨¢s precisos, la posici¨®n con m¨¢s futuro es el de alcalde o alcaldesa. Con la elecci¨®n de un alcalde para la presidencia de la Generalitat, la vieja consigna leninista, todo el poder a los soviets, se modifica con gran ventaja por la nueva consigna de la unidad popular: todo el poder al alcalde.
El alcalde, ha dicho Anna Gabriel, como resumen del voto de la CUP, ejerce ¡°un liderazgo que permite ampliar la base social¡±. Temiendo perder parte de esa base despu¨¦s del ejercicio sin par de democracia asamblearia representando durante tres meses, la CUP ampliar¨¢ gracias a su voto a un alcalde, que es de Convergencia pero al que no ha manchado ni una mota de la corrupci¨®n de Convergencia, su apoyo social a la larga marcha hacia la independencia nacional. El anticapitalismo, como siempre, puede esperar.
Y este es el quid de la cuesti¨®n; esto es lo que convierte un acto de entrega al enemigo de clase en un impulso a la rebeli¨®n catalana, descargada de su pesado lastre anticapitalista. No es ninguna broma: ha sonado la hora de los alcaldes, de los antiguos porque no forman parte de las oligarqu¨ªas partidarias ni han tenido nada que ver ¡ªo eso aparentan¡ª con la corrupci¨®n de esos partidos en los que han militado durante d¨¦cadas; de los nuevos, porque han liderado movilizaciones populares y siempre se han mantenido cerca del pueblo; proceden de sus entra?as y representan como ning¨²n otro cargo p¨²blico el poder popular. Por eso, en la actual coyuntura de desagregaci¨®n y declive de los partidos de ¨¢mbito estatal y de auge y expansi¨®n de movimientos y agrupaciones de ¨¢mbito local, alcaldes y alcaldesas ser¨¢n los abanderados del proceso destituyente, un proceso que, importado de tierras situadas allende los mares, germina en las alcald¨ªas para saltar luego a instancias superiores de gobierno, desde donde se transformar¨¢ en proceso constituyente hasta su culminaci¨®n en la independencia nacional o en la constituci¨®n de un Estado plurinacional.
Aparece una nueva teor¨ªa pol¨ªtica: los partidos son sustituidos por ¡®frentes electorales¡¯
Para fundamentar esta ubicaci¨®n del poder destituyente en los Ayuntamientos, una nueva teor¨ªa sobre los partidos y la representaci¨®n pol¨ªtica est¨¢ ahora en trance de ver la luz. La alcaldesa de Madrid ha explicado en reciente entrevista que es preciso ¡°dar un salto y fraccionar la idea de partido¡± para sustituirlos por ¡°frentes electorales¡± que agreguen las demandas de diversas plataformas, ocupadas cada una de ellas ¡°de lo suyo¡± ¡ªempleo, sanidad, urbanismo, etc.¡ª y de esta manera ganar elecciones bajo la forma de ¡°partido coyuntural¡±: un artefacto para conquistar el poder que luego se fracciona en plataformas de apoyo. Y en esas estamos: tras el fiasco de todo el poder a las asambleas, ya aparece en el horizonte la nueva consigna deconstituyente: todo el poder a los Ayuntamientos. Y de ah¨ª, al cielo.
Santos Juli¨¢ es historiador.
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