Beb¨¦ Bescansa
Que si es una sobreactuaci¨®n para la foto. Pues claro. Pero las fotos mueven el mundo, y esos gestos a¨²n no sobran
Las que tenemos una edad hemos visto cosas que no creer¨ªais, pipiolos. Cuando una gest¨® a sus hijas, a caballo entre el siglo XX y el XXI, que mira que es dif¨ªcil parir a horcajadas entre dos milenios, se escond¨ªa el embarazo bajo burkas de camuflaje. Tu jefe pon¨ªa careto si ped¨ªas permiso para ir a clases de parto. Reclamar tus horas de lactancia era de marujas. Solicitar meses sin sueldo para criar al cachorro, un suicidio. Y estaba peor visto salir media hora antes para llevar al nene al dentista que ni aparecer por el curro por venir de un festival de house. Y eso que hablo del menos malo de los gremios para las mujeres.
Un d¨ªa, sin embargo, eso cambi¨® para siempre. Desde entonces, he visto a orgullosas pre?adas exhibir bombo a ¨ªdem y platillo. O¨ªdo a colegas orde?arse ¡ª?ic, ?ic, ?ic¡ª en el aseo entre entrevista y entrevista. Contemplado a se?oras enchufarle la teta al mam¨®n de tres a?os a pie derecho en la calle. Y escuchado, tambi¨¦n, mandar a parir de nuevo a Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa y a Susana D¨ªaz por no agotar sus bajas y dejar a sus ni?os abandonaditos con sus se?ores padres.
En eso, admit¨¢moslo, las peores somos nosotras. Ellos no osan soltar un gallo, no sea que les decapiten por machistas. Todo esto viene a cuento del aquelarre que se ha liado porque la madre de la patria Carolina Bescansa llev¨® a su beb¨¦ al Congreso habiendo guarder¨ªa y pudiendo pagar quien se lo cuide.
Le hemos ca¨ªdo encima. Que si qu¨¦ verg¨¹enza. Que si las cajeras ¡ªpobres cajeras, son como los polit¨®logos; siempre hay una de guardia para explic¨¢rnoslo todo¡ª no pueden hacer lo mismo. Que si es una sobreactuaci¨®n para la foto. Pues claro. Pero las fotos mueven el mundo, y esos gestos ya chirr¨ªan, pero a¨²n no sobran. La noticia, hoy, ser¨ªa ver a un se?or con toda la barba con el cr¨ªo a la chepa. ?Quiz¨¢ Pablo Iglesias? A este pa¨ªs no lo conoce ni la madre que lo pari¨®, que dijo Alfonso Guerra, profeta en su esca?o.
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