Renault, sospechas infundadas
Una cosa es sancionar conductas que implican un enga?o consciente y otra muy distinta dar por sentado, sin pruebas, que todos los fabricantes cometen fraudes
El anuncio de que una Comisi¨®n T¨¦cnica Independiente estaba revisando las emisiones de veh¨ªculos Renault desat¨® el jueves un episodio de histeria en la industria francesa y en los mercados financieros. Se tem¨ªa que la orden de revisi¨®n implicara que la firma hab¨ªa actuado como Volkswagen, es decir, instalando sistemas para trucar la medici¨®n de los gases emitidos a la atm¨®sfera. La compa?¨ªa francesa lleg¨® a caer hasta el 20% en Bolsa, una p¨¦rdida considerable para sus accionistas. Al final, no hubo nada. El Ministerio franc¨¦s de Ecolog¨ªa inform¨® de que no hay fraude en los veh¨ªculos de Renault examinados, ni en otras firmas. Aunque no hay trucaje fraudulento, el ministerio revel¨® que en algunos casos no especificados se superan los l¨ªmites admitidos de CO2 y ¨®xidos de nitr¨®geno.
Editoriales anteriores
Este es uno de los da?os colaterales indeseados del caso Volkswagen: excesiva sensibilidad a cualquier suposici¨®n o rumor, que se convierte en nerviosismo primero y p¨¢nico despu¨¦s. Una cosa es investigar y sancionar conductas que implican un enga?o consciente y otra muy distinta dar por sentado, sin pruebas, que todos los fabricantes est¨¢n implicados en una especie de conjura contra las leyes ambientales y contra el cliente. No es as¨ª.
La industria automovil¨ªstica es una pieza fundamental del crecimiento europeo y por tanto hay que pedir prudencia en el tratamiento de rumores, inferencias y sobreentendidos. Al menos mientras no se aclaren las consecuencias del caso Volkswagen. Estados Unidos ha decidido presentarse como pa¨ªs agraviado y pretende que se resuelva en los tribunales de justicia; Bruselas y Alemania, sin negar las responsabilidades, se inclinan por ganar tiempo para minimizar los da?os producidos por el caso, que ya ha arruinado buena parte de las opciones del di¨¦sel como competidor en el mercado ecol¨®gico. Extender gratuitamente las sospechas en un momento tan delicado no beneficia a nadie.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.