Mil¨¢n, d¨ªa 1: No es raro, es normal
La Semana de la Moda de la ciudad italiana demuestra que hasta el 'western' y lo gal¨¢ctico pueden ser comerciales
Anoche, Donatella Versace sali¨® de su casa en Via Ges¨´ y se instal¨® en la antigua feria de Mil¨¢n para decirnos, con la ayuda de cuatro altavoces enormes, que en seis meses nos vestiremos con pantalones plateados y jersey de mohair azul beb¨¦. Tambi¨¦n con cazadoras de aviador y trajes bien cortados, pero eso no sirve para expresar c¨®mo, lo que hace diez meses habr¨ªa sido totalmente imposible, tiene la capacidad de convertirse en algo normal en la l¨®gica de la moda.
Por ejemplo, el desfile de Roberto Cavalli. Un a?o despu¨¦s de que Gucci presentara aquella colecci¨®n llena de androginia nost¨¢lgica y enjoyada, Cavalli inaugur¨® la semana con otra... andr¨®gina, nost¨¢lgica y enjoyada. No igual, claro: la primera colecci¨®n de Peter Dundas para Cavalli era m¨¢s rock and roll, m¨¢s maximalista y, curiosamente, m¨¢s f¨¢cil de digerir. Adem¨¢s, Dundas ya era conocido por su gusto por el glamour setent¨®n. Pero est¨¢ claro que hay un antes y un despu¨¦s del momento Gucci.
Ralph Lauren es humano
Lo de rebelarse a trav¨¦s del adorno es algo que Prada hace desde hace a?os en su ropa para mujer, pero los hombres nunca nos lo hab¨ªamos tomado con tanta naturalidad como ahora. O como Stefano Pilati, que ya en la declaraci¨®n de intenciones que dej¨® en cada asiento de su desfile para Ermenegildo Zegna Couture lo pon¨ªa negro sobre blanco: "Esto es alta costura para hombres". Sin vestidos de encaje ni escotes palabra de honor, pero con jers¨¦is con piedras bordadas (en distintos niveles de discreci¨®n), abrigos y chaquetas de texturas sofisticadas y los cortes amplios que ya son marca de la casa, esta vez con un aire a g¨¢nster a?os treinta, y con sombrero.
Trat¨¢ndose de un dise?ador que suele preferir concentrarse en la forma y la proporci¨®n, el convencimiento con el que Pilati se ha entregado al ornamento dice mucho de la voluntad de la moda de hombre por mantener la efervescencia creativa que lleva demostrando desde hace un par de a?os. Incluso Ralph Lauren, ese incansable guardi¨¢n de la tradici¨®n, ha colado un par de espectaculares piezas de peleter¨ªa la pr¨®xima temporada.
Dentro, eso s¨ª, de una colecci¨®n sin tacha que pasa del conjunto de trajes marr¨®n tierra a la ropa de sport en verde caza, gira la rotonda en el esqu¨ª vintage y llega a su destino en lujosas variaciones sobre el esmoquin y el frac. Formados en tableau vivant en el patio de su palazzo milan¨¦s, es como si el estelar casting de Lauren (Lucky B. Smith, River Viiperi, Oriol Elcacho) mirara de soslayo, con una mezcla de curiosidad y animadversi¨®n, a la ruidosa animaci¨®n de los desfiles que ocurren en el resto de la ciudad.
Ni feos ni malos
El cartel que advert¨ªa de que los modelos iban a grabar un v¨ªdeo en el que, posiblemente, estar¨ªa implicado el p¨²blico, s¨ª que promet¨ªa animaci¨®n en el show Dolce & Gabbana. Cada seis meses, los dise?adores toman un tema como trampol¨ªn y este a?o es el spaghetti western. Armados con tablets con las que se grababan a s¨ª mismos y a su alrededor, y ataviados con sastrer¨ªa, pijamas, vaqueros y sudaderas bordadas o estampadas (con caballos, vaqueros, angelotes o flores de petit-point), los modelos representaron la escena fashion-vaquera al ritmo de la banda sonora de El feo, el bueno y el malo, de Sergio Leone.
Solo que el director italiano ¨²nicamente habr¨ªa imaginado su canci¨®n como excusa para lanzar a un modelo con un maxipantal¨®n de borrego bajo los efectos del peyote. Es casi c¨®smico que el desfile de Dolce & Gabbana sea justo a medio d¨ªa y fuera del calendario oficial, porque lo que hacen tiene tanto que ver con el resto de los dise?adores como la torre Mapfre con la Torre del Oro. 31 a?os en el negocio les avalan.
Marni representa el lado intelectual del individualismo italiano, por mucho que mantenerte independiente hoy en d¨ªa signifique vender tu compa?¨ªa a un socio capitalista (Diesel, en este caso) que sufrague la aventura. Con s¨®lo dos desfiles en su haber (antes hac¨ªa presentaciones), ya es imprescindible en el calendario: toca las tendencias que tocan (camisas ablusadas, patchwork, amplios pantalones de pinzas) y al mismo tiempo se mantiene fiel a esa paleta de color tan dif¨ªcil de copiar y a la dejadez elegante sobre la que va construyendo su castillito de fans
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.