Dos Constituciones
Los Tratados europeos marcan los l¨ªmites en los que debe operar la pol¨ªtica econ¨®mica
Es un supuesto de partida de casi todo an¨¢lisis sobre esta legislatura que la reforma constitucional estar¨¢ en la agenda pol¨ªtica. Pero tan autom¨¢ticamente como aparece el consenso en torno a la necesidad de esa reforma, se evapora a la hora de detallar lo que emerger¨ªa de ese proceso. No es que esta incertidumbre importe mucho: m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites marcados por una serie de principios generales, es normal que en una negociaci¨®n constitucional el resultado final no se vislumbre al principio de la negociaci¨®n.
Lo que sorprende de los actores pol¨ªticos de este pa¨ªs es la facilidad con la que olvidan que Espa?a no tiene una Constituci¨®n, sino dos: una primera, la Constituci¨®n pol¨ªtica ratificada en 1978; y otra segunda, la constituci¨®n econ¨®mica que conforman los Tratados europeos a los que Espa?a se ha ido sumando desde su adhesi¨®n en 1986 a las (entonces) Comunidades Europeas. Mientras que la primera define las reglas del juego pol¨ªtico y la estructura de poder territorial de nuestra democracia, la segunda marca los l¨ªmites en los que debe operar la pol¨ªtica econ¨®mica. Cuestiones como la fiscalidad, los tipos de inter¨¦s, el tipo de cambio, la inflaci¨®n, el techo de d¨¦ficit p¨²blico o el sistema de las pensiones est¨¢n hoy fuera del rango de acci¨®n de la acci¨®n aut¨®noma de Gobierno y Parlamento.
Que la primera la podamos modificar entre nosotros, pero la segunda no introduce un matiz importante. Al igual que los padres constituyentes de 1978 redactaron la Constituci¨®n con la mirada puesta en el futuro, pero observando por el retrovisor las estructuras legales y de poder del r¨¦gimen franquista, cuando los pr¨®ximos constituyentes (?que esta vez, por fin, tambi¨¦n ser¨¢n madres?) comiencen la negociaci¨®n ver¨¢n en los m¨¢rgenes de la carretera, y bien grande, esa compleja estructura de gobernanza que llamamos Uni¨®n Europea. Si durante la Transici¨®n los constituyentes escudri?aban la carretera para evitar que el Ej¨¦rcito invadiera su carril provocando una colisi¨®n frontal, en una econom¨ªa abierta como la nuestra, los pol¨ªticos de hoy es a los mercados financieros a quien intentan esquivar. Ganar el futuro sin salirse la carretera ni chocar frontalmente con nadie. Ese es el desaf¨ªo. ?Sabremos hacerlo? @jitorreblanca
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