Conjurados por la democracia

En un c¨¦ntrico hotel de Dakar, Mohamed Diaby explica c¨®mo, en Costa de Marfil, los activistas se lanzaron a los medios sociales durante el turbulento proceso electoral de 2010. A su lado, T¨¦t¨¦ Enyon desgrana la iniciativa #Article59 que tuvo lugar en Togo con el objetivo de limitar el n¨²mero de mandatos del presidente. Junto a ellos est¨¢ Ngombet Andrea, que comparte su experiencia en la movilizaci¨®n #SassouFit para evitar que el presidente de la Rep¨²blica del Congo, Daniel Sassou-Nguesso se perpet¨²e en el poder. Comparten conversaci¨®n con Check Oumar Ou¨¦draogo, uno de los usuarios m¨¢s activos de la etiqueta burkinesa #lwili. Micheline Mwendike aporta su experiencia como miembro de LUCHA, uno de los movimientos sociales que piden la democratizaci¨®n de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y Souleymane Ou¨¦draogo hace lo propio con la visi¨®n del burkin¨¦s Le Balai Citoyen. Mohamed Bangoura cuenta c¨®mo se gest¨® el dispositivo de GuineeVotes en Guinea-Conakry. Y Seydina Mouhamed Ndiaye explica el paso de Sunu2012 a SunuCause como herramienta de solidaridad directa en Senegal. El responsable de comunicaci¨®n del movimiento senegal¨¦s Y¡¯en a Marre, Fadel Barro, ejerce como maestro de ceremonias.

Parece una conspiraci¨®n de grupos de contestaci¨®n africanos pero no lo es, porque no se han escondido. Act¨²an con luz y taqu¨ªgrafo. A la vista de todos. Y se muestran en las redes con la etiqueta #Africtivistes. Es una de las sesiones de la fundaci¨®n de la primera liga de ciberactivistas africanos. Al acto, que se celebr¨® a finales de noviembre, acuden un centenar de miembros comprometidos de comunidades digitales y de movimientos sociales llegados de una treintena de pa¨ªses africanos y de la di¨¢spora.

Hablan de libertad de expresi¨®n porque muchos de ellos saben cu¨¢nto pesa la censura, las amenaza y la intimidaci¨®n, o c¨®mo son las comisar¨ªas unas veces desde el otro lado de los barrotes, otras para velar por amigos y compa?eros, saben lo que es temer por la vida de otros activistas o por, incluso por la propia. Hablan de una nueva responsabilidad ciudadana que pasa por comprometerse con la democracia y con la transparencia, por vigilar a los dirigentes y por alzar la voz de las mayor¨ªas y de las minor¨ªas. Y hablan de una revoluci¨®n insospechada, tranquila, serena, constructiva y c¨ªvica. Los ciberactivistas africanos creen que pueden ser la fuerza que construya un continente m¨¢s justo y democr¨¢tico. Hablan como punto de partida para poner las bases de un movimiento que sacuda el continente y ponga los cimientos de un futuro en manos de los ciudadanos.

La cuesti¨®n de la integridad de los ciberactivistas fue una de las piedras de toque del encuentro, precisamente porque es uno de los principales potenciales del movimiento. Africtivistes, esta ¡°liga de blogueros y de ciberactivistas africanos por la democracia¡±, ha nacido con la voluntad de ¡°generar una plataforma que pueda ayudar a activistas del continente que en sus pa¨ªses tienen dificultades para desarrollar sus iniciativas, ayudando a superar la censura y el control de gobiernos antidemocr¨¢ticos¡±, explicaba el senegal¨¦s Cheikh Fall, anfitri¨®n y uno de los impulsores del colectivo. ¡°Se trata de seguir desarrollando iniciativas que mejoren la democracia en nuestros pa¨ªses sin arriesgar la vida al hacerlo¡±, a?ad¨ªa coincidiendo en la idea con las intervenciones de otros asistentes.

Durante todo el evento, los organizadores quisieron mantener una silla vac¨ªa en el estrado, que acompa?¨® a todos los intervinientes. Esa silla vac¨ªa recordaba y representaba a los activistas que no hab¨ªan podido acudir al encuentro. Estaba reservada para los que est¨¢n desaparecidos o encarcelados, o que no hab¨ªan sido autorizados por las autoridades de sus pa¨ªses a viajar por haber alzado la voz. Precisamente, uno de los asistentes era Makaila Nguebla, bloguero chadiano expulsado en 2013 de Senegal por las presiones del gobierno de Chad y que regresaba a Dakar dos a?os y medio despu¨¦s para participar en este evento.

Makaila fue precisamente el protagonista de la primera campa?a de presi¨®n panafricana impulsada por lo que, en ese momento, era s¨®lo el germen de Africtivistes. Y reci¨¦n llegado a la capital senegalesa se afanaba en llamar a antiguos compa?eros para anunciarles su presencia, de nuevo, en la ciudad. El activista, que reside actualmente en Francia, no se cans¨® de relatar el episodio de su llega al aeropuerto dakariano, donde aseguraba que el agente de la aduana le hab¨ªa dicho: ¡°Ah, el bloguero. Ya nos hab¨ªan dicho que vendr¨ªas¡±.

Fall, por su parte, confes¨® que hab¨ªan recibido amenazas de boicot al encuentro, pero se mostr¨® confiado de uno de los principios aglutinadores de la liga de ciberactivistas: el que entiende que su fuerza reside en el n¨²mero y en la uni¨®n. ¡°A ninguno de nuestros gobiernos les interesa que cien activistas de toda ?frica se pongan a tuitear al mismo tiempo free, free, free¡±, comentaba satisfecho el activista marfile?o Cyriac Gbogou. Y es que Africtivistes pretende ser la red de seguridad para todos estos equilibristas del activismo digital. Uno de los objetivos era estrechar las relaciones entre ellos y generar los protocolos de alerta que puedan encender la movilizaci¨®n ante el peligroso silencio de alguno de ellos. ¡°Que cuando un gobierno tenga un problema con un ciberactivita, tenga un problema con toda ?frica y cuando tenga un problema con toda ?frica, tenga un problema con el mundo entero. Porque estaremos interconectados¡±, dec¨ªa Gbogou con firmeza.

Conjurados por la democracia en ?frica

Aisha Dabo, bloguera y ciberactivista senegambiana, destacaba que el encuentro hab¨ªa roto una divisi¨®n cl¨¢sica en el continente, la l¨ªnea que en muchos ¨¢mbitos separa a los procedentes de la esfera angl¨®fona y los de la franc¨®fona, aunque, es cierto, que no hab¨ªa representantes de ning¨²n pa¨ªs del ¨¢mbito lus¨®fono. Y Fall daba un paso m¨¢s en esta idea destacando la presencia de africanos llegados de todas las regiones del continente, incluido un Magreb que aparentemente no siempre se encuentra c¨®modo en el concierto continental. El periodista argelino Abdourahmane Semmar reivindicaba delante de todos los presentes la necesidad de establecer v¨ªnculos continentales superando esa barrera que en ocasiones supone el desierto del Sahara.

Como se?alaba el marfile?o Mohamed Diaby, ¡°el 90% de los presentes en la sala no se conoc¨ªan entre s¨ª¡±. En realidad, s¨ª que se conoc¨ªan, aunque s¨®lo en sus identidades digitales. Hab¨ªan compartido campa?as pero nunca la misma habitaci¨®n y la fundaci¨®n de esta plataforma panafricana les dio la oportunidad de verse las caras sin que mediase una pantalla de ordenador, de aumentar la confianza entre ellos, de compartir experiencias y estrategias y de planificar movimientos futuros.

La capacidad de influencia de este colectivo no es homog¨¦nea. Sin embargo, tampoco se puede menospreciar. Entre los m¨¢s veteranos hay asiduos convidados de todo tipo de eventos internacionales relacionados bien con la tecnolog¨ªa, bien con la gobernanza. Unos han sido reclamados por sus gobiernos en momentos clave, o por instituciones internacionales que van desde agencias de las Naciones Unidas a las redes diplom¨¢ticas de pa¨ªses del norte global; otros han sido perseguidos y represaliados por sus actividades (y en algunos casos, ambas cosas). Tanto unos como otros han demostrado ser actores con un papel que jugar.

Durante tres d¨ªas, este centenar de ciberactivistas, entre los que se encontraban algunos de los m¨¢s populares del continente, compartieron experiencias e inquietudes, pero tambi¨¦n tuvieron tiempo para reflexionar sobre su papel y sobre el futuro. La figura del bloguero, del ciberactivista, del tuitero o del periodista ciudadano es todav¨ªa vaga y confusa, y est¨¢ constantemente en entredicho. Por ello, el colectivo est¨¢ preocupado por la credibilidad, el rigor y el contraste de la informaci¨®n. Conscientes de que su fuerza radica en el n¨²mero y que la legitimidad se apoya en su capacidad para representar a otros colectivos, los mecanismos de movilizaci¨®n social son otra de sus inquietudes.

El cap¨ªtulo de la seguridad se rubric¨® con la formaci¨®n pr¨¢ctica sobre los mecanismos de defensa que pueden emplear los activistas. Adem¨¢s de las explicaciones sobre c¨®mo las autoridades controlan las redes, los asistentes que se sent¨ªan m¨¢s amenazados pudieron acceder a una formaci¨®n sobre, por ejemplo, herramientas de encriptado de mensajes. Sin embargo, lo fundamental para ellos era ser conscientes del riesgo y aprender a adoptar algunas medidas de seguridad que los m¨¢s rodados ya han incorporado a sus rutinas.

Antes incluso de terminar las jornadas, la plataforma fue puesta a prueba cuando se conoci¨® la noticia del arresto durante una manifestaci¨®n de entre 10 y 15 miembros del colectivo congole?o LUCHA, que ten¨ªa representantes en el encuentro. Inmediatamente se lanz¨® el hashtag #FreeLUCHA. Se reprodujeron las fotos de los activistas con un cartel en el que se pod¨ªa leer la etiqueta y los activistas procedentes de la RD Congo recibieron el calor y la solidaridad del resto de los asistentes puestos en pie para escenificar su apoyo a los detenidos.

Mohamed Diaby, uno de los pioneros marfile?os del ciberactivismo e impulsor de la plataforma, fue el encargado de verbalizar las conclusiones, m¨¢s all¨¢ de los contactos y los encuentros realizados. Diaby anim¨® al resto de asistentes a seguir siendo creativos: ¡°Hay que buscar la mejor manera de hacerse entender por el medio que sea y ser innovadores para conseguir que nuestra voz se escuche porque representamos las voces de muchos m¨¢s¡±. Y reconoci¨® que el a?o que ya hemos iniciado est¨¢ pre?ado de retos: ¡°Tenemos que poder hacer frente a problem¨¢ticas globales que afectan a todo el continente, pero tambi¨¦n tenemos que desarrollar acciones en relaci¨®n con las problem¨¢ticas locales¡±.

Continuando con las reflexiones del n¨²cleo duro de esta plataforma, Aisha Dabo se felicit¨® porque el encuentro de Dakar era ¡°s¨®lo el comienzo¡± de un camino m¨¢s largo, mientras que Cyriac Gbogou destac¨® que los participantes en la constituci¨®n de Africtivistes representan ¡°el ?frica noble y digna¡±. Cheikh Fall fue m¨¢s elocuente y desvel¨® las motivaciones de los impulsores de la plataforma: ¡°Ya no tenemos que ir a aprender fuera de aqu¨ª. Ahora podemos ense?ar al mundo las cosas que han iniciado j¨®venes africanos. ?frica est¨¢ cambiando. Estamos construyendo una nueva ?frica. Recibido ?frica en herencia, pero tambi¨¦n tenemos la responsabilidad de dejar a nuestros hijos un ?frica mejor de la que hemos recibido¡±.