Sobre pactos y versiones
Quejas por dos editoriales de enero. Un funcionario municipal refuta las acusaciones que se le hacen en un reportaje de EPS
EL PA?S ha dedicado varios editoriales a analizar eventuales pactos de Gobierno, inevitables a la vista de los resultados del 20-D. Dos de ellos, los titulados Rajoy no puede, S¨¢nchez no debe, y El PSOE no es la CUP, publicados el 22 y el 31 de enero, respectivamente, han provocado protestas de los lectores.
Javier F. Maroto escribe en relaci¨®n con el segundo editorial: ¡°Me asombra este estilo, que no es que describa la situaci¨®n interna del PSOE, es que se permite tomar posici¨®n como si el peri¨®dico fuera una federaci¨®n socialista m¨¢s¡±. Tambi¨¦n plantea cr¨ªticas Domingo Ochoa, quien recuerda en su correo que S¨¢nchez fue elegido democr¨¢ticamente por la militancia, y entre sus atribuciones est¨¢ la de convocar dicha consulta.
M¨¢s numerosas han sido las reacciones al editorial del viernes 22 de enero, en el que se advert¨ªa al l¨ªder socialista de los riesgos de una coalici¨®n con Podemos y el PNV. Varios lectores lo han interpretado como un ataque al l¨ªder del PSOE. Por ejemplo, Fernando Aguilar Lozano, que escribe: ¡°?Pobre Pedro S¨¢nchez!, la cantidad de enemigos que tiene y entre ellos, ustedes los m¨¢s ac¨¦rrimos. ?Qu¨¦ les ha hecho para que le nieguen su legitimidad para intentar formar Gobierno? ?Por qu¨¦ le dicen que ¡®no debe¡¯?¡±. Es el caso tambi¨¦n de Jos¨¦ Lores, que apunta: ¡°Les recuerdo que [S¨¢nchez] ha sido elegido de forma totalmente democr¨¢tica y solo puede ser revocado de la misma forma, ni por presiones de algunos barones por muy poderosos que sean, ni por comentarios de viejas glorias del partido¡±.
La direcci¨®n considera que no puede entrar en un debate sobre los editoriales, ya que se explican por s¨ª mismos y son expresi¨®n de la l¨ªnea editorial que se asienta en los principios fijados en el Libro de Estilo, y en lo que el director ¡ªcomo responsable de la misma¡ª decide.
Cuando preparaba este art¨ªculo, me lleg¨® un mensaje de Francisco Javier Ezquiaga, secretario del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet, en el que se quejaba de no haber recibido respuesta a una carta de rectificaci¨®n. El motivo de la misma eran unas declaraciones incluidas en el reportaje La huella de la corrupci¨®n en Espa?a, que se public¨® con gran despliegue en El Pa¨ªs Semanal del 17 de enero. Lo firmaba Jos¨¦ Luis Barber¨ªa. El texto comenzaba con una frase entrecomillada de Maite Carol, antigua interventora del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet, que contribuy¨® a destapar, hace seis a?os, la trama de corrupci¨®n urban¨ªstica conocida como caso Pretoria. Carol describ¨ªa lo ocurrido en la reuni¨®n en la que intentaron obligarle a firmar un informe urban¨ªstico. ¡°Era el mismo que yo hab¨ªa redactado pero sin los p¨¢rrafos en los que desaprobaba expresamente la operaci¨®n urban¨ªstica. El alcalde les daba ¨®rdenes por tel¨¦fono: ¡®Que no se levante hasta que no haya firmado¡¯. Ante mi negativa, el secretario del Ayuntamiento me agarr¨® de la mu?eca, me coloc¨® un bol¨ªgrafo en la mano y trat¨® de obligarme a firmar¡±.
- Hubiera sido preferible incluir las dos versiones contrapuestas
En su carta de rectificaci¨®n, el secretario de dicho Ayuntamiento dice respecto a las afirmaciones de Carol: ¡°Nada m¨¢s falso. En la reuni¨®n a la que parece referirse la se?ora Maite Carol, el ¨²nico informe que hab¨ªa era el informe que ella misma hab¨ªa redactado, del que no se hab¨ªa suprimido p¨¢rrafo ninguno. Y ?por supuesto que no le agarr¨¦ la mu?eca, ni trat¨¦ de obligarla a firmar nada!¡±.
Jos¨¦ Luis Barber¨ªa explica: ¡°Tengo la duda de si no deber¨ªa haber tratado de hablar con el secretario de ese Ayuntamiento. La escena que se describe en el reportaje de boca de Maite Carol no deja de ser un apunte ilustrativo en un texto de 11 p¨¢ginas confeccionado con decenas de testimonios y personas aludidas, pero tiene un fondo comprometedor y cab¨ªa contar con que el afectado quisiera refutarlo. En mi descargo, dir¨¦ que la versi¨®n de Maite Carol consta tambi¨¦n en un acta judicial, ha sido corroborada por otra persona y parece avalada por los informes de los investigadores y por el comentario: ¡®No ha firmado, la puta esa ha salido llorando, hay que echarla¡¯ grabado por los guardias civiles que ten¨ªan intervenido el tel¨¦fono del alcalde¡±.
Las explicaciones son convincentes, pero hubiera sido mejor recoger ambas versiones.
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