Esto es Nauru. Todos est¨¢n tristes
Una generaci¨®n de ni?os est¨¢ en riesgo de sufrir trastornos mentales si Australia los deporta a la isla
Los 37 beb¨¦s y 54 ni?os solicitantes de asilo que est¨¢n en riesgo de ser trasladados desde Australia a la isla de Nauru podr¨ªan sufrir trastornos mentales significativos e irreversibles si finalmente son devueltos a ella. Y cuanto m¨¢s tiempo permanezcan detenidos, m¨¢s posibilidades tendr¨¢n de padecer esos trastornos. Un informe de Australian Human Rights Commission publicado a principios de febrero revela que los ni?os que hab¨ªan estado en centros de detenci¨®n en Nauru ya muestran los s¨ªntomas caracter¨ªsticos de los traumas emocionales.
En la actualidad, la palabra trauma se utiliza de forma excesiva para describir situaciones de estr¨¦s y adversidad. Desde el punto de vista psicol¨®gico, las experiencias traum¨¢ticas representan una amenaza para la integridad psicol¨®gica y f¨ªsica de las personas y sobrepasan su capacidad de adaptaci¨®n y superaci¨®n.os seres humanos tienen una enorme capacidad para adaptarse y superarse ante el estr¨¦s. Este proceso neurol¨®gico y psicol¨®gico constituye lo que hoy d¨ªa se conoce como resiliencia.
Sin embargo, son numerosos los acontecimientos traum¨¢ticos que una persona puede soportar sin que estos produzcan a largo plazo problemas sobre su salud mental, la conducta y el conocimiento. La ¨²nica diferencia es que ¨²nicamente el buen cuidado de la salud mental puede reparar el da?o causado.
El trauma de Nauru
En octubre de 2015, los delegados de Australian Human Rights Commission visitaron en compa?¨ªa de dos pediatras el centro de detenci¨®n Wickham Point en Darwin para evaluar el bienestar de los ni?os y sus familias.
La mayor¨ªa de los ni?os entrevistados por los pediatras en Wickham Point hab¨ªan vivido varios meses en Nauru. Cuando les preguntaron si ten¨ªan miedo de ser devueltos a la isla, un ni?o de nueve a?os respondi¨®: ¡°Tengo miedo por la noche, a las 10 tengo, cuando vienen a mi habitaci¨®n y abren la puerta para hacer el recuento. Creo que alguien me va a llevar¡±.
Los pediatras afirmaron que estos ni?os eran los m¨¢s traumatizados que hab¨ªan visto jam¨¢s. 19 de los 20 ni?os que completaron el cuestionario de evaluaci¨®n de traumas en la infancia ten¨ªan un riesgo alto de desarrollar alg¨²n tipo de trastorno de estr¨¦s postraum¨¢tico. Algunos sufr¨ªan pesadillas, incontinencia urinaria nocturna, rememoraci¨®n del trauma (flashback) y s¨ªntomas f¨ªsicos de la ansiedad como palpitaciones cardiacas, v¨®mitos y n¨¢useas.
En otro cuestionario y a modo de comprobar su resiliencia, se les pregunt¨® acerca de su esperanza en el futuro. El resultado fue que m¨¢s del 95% de los ni?os y adolescentes ten¨ªa muy poca esperanza en el futuro y alrededor del 90% obtuvo la puntuaci¨®n m¨¢s alta posible respecto a la desesperaci¨®n. Eran pocos los psiquiatras pedi¨¢tricos y psic¨®logos con formaci¨®n adecuada que pod¨ªan atender adecuadamente a estos ni?os.
?C¨®mo afectan los traumas al cerebro?
En los primeros tres a?os de vida el cerebro es particularmente vulnerable al estr¨¦s. Durante este periodo de r¨¢pido crecimiento y organizaci¨®n cerebral, un aumento de las hormonas relacionadas con el estr¨¦s puede afectar al desarrollo de las redes neuronales emergentes.
Los estudios en animales y humanos muestran que las hormonas del estr¨¦s como el cortisol y la adrenalina est¨¢n implicadas en los cambios cerebrales y, a largo plazo, en la vulnerabilidad al estr¨¦s. La cuesti¨®n del umbral ¡ªese punto a partir del cual el estr¨¦s comienza a ser da?ino¡ª, sigue abierta.
Existen tambi¨¦n constantes interrogantes sobre cu¨¢nta recuperaci¨®n se puede presentar con el tiempo y qu¨¦ tipo de actuaciones pueden ser eficaces. Apenas hay pruebas para guiar el desarrollo de programas de tratamiento.
Los ni?os se ven afectados por la falta de seguridad y la amenaza de sufrir agresiones.
Las secuelas que presentan en el tiempo los ni?os traumatizados suelen ser graves, con problemas que afectan a la salud emocional y la funci¨®n cognitiva. Adem¨¢s, se ha descubierto que ciertos sucesos traum¨¢ticos severos y prolongados durante la infancia producen cambios en la actividad cerebral que persisten en la adolescencia y la edad adulta.
Los resultados de un trauma son una dificultad constante a la hora de controlar el estr¨¦s, el recuerdo de experiencias traum¨¢ticas tempranas, problemas con el estado de ¨¢nimo y la ansiedad. Estas alteraciones pueden ser la causa de enfermedades debilitantes que afectan a las relaciones personales, el rendimiento laboral y la forma de educar a los hijos.
Una de las enfermedades menos comprendida y m¨¢s estigmatizada, la denominada trastorno l¨ªmite de la personalidad o trastorno borderline, se vuelve mucho m¨¢s comprensible si se entienden sus or¨ªgenes traum¨¢ticos y las respuestas a esos traumas.
La pol¨ªtica migratoria debe proteger a los j¨®venes cerebros
Proteger a los ni?os durante el periodo cr¨ªtico del desarrollo temprano debe ser una prioridad para los sistemas de protecci¨®n infantil y salud mental. Por tanto, tambi¨¦n debe serlo para las leyes australianas sobre migraci¨®n.
Los ni?os que junto a sus padres permanecen detenidos en un centro de solicitantes de asilo est¨¢n expuestos a m¨²ltiples riesgos y experiencias traum¨¢ticas. Los padres se sienten a menudo deprimidos y desesperados, tolerando una situaci¨®n de detenci¨®n aparentemente irresoluble e indefinida. Los ni?os se ven afectados por la falta de seguridad y la amenaza de sufrir agresiones. Adem¨¢s est¨¢n expuestos a padecer alteraciones del comportamiento, agresiones sexuales e incluso presentar comportamientos suicidas.
¡°Cuando pienso en los casos de violaci¨®n que est¨¢n sucediendo en Nauru, creo que a m¨ª me va a pasar lo mismo. Echo de menos a mis amigos. Llegamos en el mismo barco pero yo estoy aqu¨ª y ellos est¨¢n libres. A veces pienso que si me hago da?o a mi misma saldremos de aqu¨ª¡±, dijo una ni?a de 15 a?os a los pediatras.
A los ni?os solicitantes de asilo de Nauru les atormentan esas experiencias, tal y como les sucede a los menores provenientes de un pa¨ªs en guerra. Los padres se sienten muy culpables por tener a sus hijos en esas condiciones, en lugares donde disponen de poco en t¨¦rminos de ayuda o tratamientos para la inevitable depresi¨®n y ansiedad.
Debemos condenar las pol¨ªticas nacionales que no protegen a la infancia y a las personas m¨¢s vulnerables y que no act¨²an directamente para promover la salud mental y evitar las enfermedades mentales. Deportar a esos beb¨¦s y ni?os a Nauru puede ser considerado como un abuso contra los menores, contra una generaci¨®n de ni?os que presentan un riesgo mayor de padecer trastornos emocionales.
Louise Newman es Directora del Centro de Salud Mental para mujeres del Royal Women¡¯s Hospital y Profesora de Psiquiatr¨ªa de la Universidad de Melbourne.
Este art¨ªculo ha sido publicado originalmente en The Conversation el 4 de febrero de 2016 bajo una licencia Creative Commons Attribution NoDerivatives
Traducci¨®n de Virginia Solans
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