Pintura para acabar con los tab¨²s
Una empresa social de Ruanda fomenta la cohesi¨®n a trav¨¦s del arte en espacios p¨²blicos
Para los residentes de Kigali, ciudad en camino de convertirse en centro de excelencia urbana, el espacio p¨²blico es lugar para la terapia colectiva. En paradas de autob¨²s, intersecciones, escuelas, centros deportivos y juveniles, bibliotecas, casas particulares, en escaparates e interiores de peque?as y grandes empresas, portones, cercas, aeropuertos, hoteles o hasta en el espacio de coworking m¨¢s importante de Ruanda ¡ªImpact Hub¡ª, una joven empresa est¨¢ poniendo el arte al servicio de la sociedad.
Aunque tanto Ruanda como su capital han experimentado un desarrollo ejemplar desde el genocidio de 1994, entre el 45 y el 63% de su poblaci¨®n sigue sumida en la pobreza y son muchos los desaf¨ªos a los que los ruandeses se enfrentan a diario. Entre su poblaci¨®n existen fronteras que otrora se creyeron infranqueables y sin embargo, la sociedad civil ha encontrado en la expresi¨®n art¨ªstica un b¨¢lsamo y un aliado.
Kurema, Kureba, Kwiga (Crear, Ver, Aprender) es una empresa social nacida en 2014 con la intenci¨®n de que el color y la creatividad sean veh¨ªculos para reforzar lo comunitario y construir un futuro mejor. Los j¨®venes artistas que hay detr¨¢s de estas iniciativas saben que el arte en los espacios p¨²blicos puede configurar un elemento identitario com¨²n, capaz de trascender los muros, aceras y edificios en los que se plasma para convertirse en la bisagra entre esos espacios y las personas que los habitan.
¡°Buscamos un cambio social a trav¨¦s del arte¡±, explica la norteamericana Judith Kaine, fundadora y directora de Kurema. Kureba. Kwiga.¡°Queremos fomentar una comunidad m¨¢s colorida y feliz¡±, se?ala la joven sobre un pa¨ªs que ocupa el puesto n¨²mero 108 de 151 en el ?ndice de Felicidad del Planeta. Y as¨ª se transforma el paisaje urbano de Ruanda, mientras se acorta la brecha entre la clase media y el sector m¨¢s humilde de la poblaci¨®n, a trav¨¦s de un escenario de participaci¨®n donde sanar heridas comunes, aprender los unos de los otros y crear un futuro para todos.
Judith Kaine estudi¨® Fotograf¨ªa en la universidad, pero se especializ¨® en Salud P¨²blica y Relaciones Internacionales en ?frica y el Caribe. Esto hace que las intervenciones art¨ªsticas de su empresa sean especialmente sensibles a temas sanitarios. ¡°Nuestro primer a?o de trabajo estuvo dedicado a combatir el estigma y la discriminaci¨®n hacia las personas con VIH. Ruanda ha tenido muchos ¨¦xitos cl¨ªnicos en la lucha contra el virus, pero la repulsa social sigue presentando grandes desaf¨ªos. La falta de di¨¢logo sobre la cuesti¨®n perpet¨²a el estigma, y ¨¦ste a su vez, perpet¨²a la propagaci¨®n de la enfermedad¡±, cuenta la activista. Kaine destaca la dificultad que supuso iniciar un proyecto dirigido a combatir un tema tab¨² en un pa¨ªs tan conservador como Ruanda.
¡°Cuando nos propusimos el proyecto no hab¨ªa pr¨¢cticamente ning¨²n mural, grafiti o otra forma de arte callejero. Por eso, fue importante alinearse con los intereses del Gobierno para asegurar que nuestro trabajo fuera bien recibido¡±. A trav¨¦s de grandes murales e intervenciones p¨²blicas, frases como Tener VIH no me impide prosperar, La vida es cara: prot¨¦gete del VIH, u Objetivo final: una generaci¨®n libre de VIH ¡ªque se pint¨® en el estadio nacional¡ª consiguieron llegar a los ruandeses mediante colores que tra¨ªan consigo mensajes muy poderosos.
Despu¨¦s de un a?o de proyectos enfocados exclusivamente hacia el estigma del VIH, en Kurema, Kureba, Kwiga comenzaron a abordar otras cuestiones sociales como la educaci¨®n, la permanencia en la escuela, el acceso al agua o los derechos del colectivo LGTBI. ¡°En 2015 creamos un gran mural para la compa?¨ªa Sulfo, concretamente para su producto de agua del Nilo, con la idea de que beber agua limpia es bueno para la salud. Fue una oportunidad para fomentar la inversi¨®n privada en el sector art¨ªstico y concienciar a la poblaci¨®n. As¨ª, demostramos que hay muchas formas de trabajar para el cambio social¡±, cuenta Kaine. ¡°Para este a?o planeamos nuevos proyectos sobre migraciones forzosas, refugiados, equidad en salud, igualdad de g¨¦nero, empoderamiento de las ni?as y mucho m¨¢s¡±, desvela.
Trasladar el arte ¡ªal que por lo general no tienen acceso la mayor¨ªa de los ruandeses¡ª a espacios p¨²blicos permite generar nuevas din¨¢micas sociales e instalar nuevos debates pero, adem¨¢s, hace que disminuya la distancia entre el artista y el mundo que le rodea. Aquel sale de su mundo de expatriados, turistas y museos y, rescatado de su elitismo, vuelve al servicio de la comunidad para ser percibido como un oficio m¨¢s. ¡°Tratamos de ofrecer salarios dignos a los artistas y contribuimos as¨ª a generar ingresos para la peque?a comunidad de creadores ruandeses que hasta hoy no hab¨ªan tenido oportunidad de vivir de sus cualidades¡±, cuenta la directora de una empresa cuyo sello art¨ªstico ya es un distintivo de la identidad de Kigali.
Detr¨¢s de Kurema, Kureba, Kwiga hay cambios reales en varios niveles. No solamente se est¨¢ generando un impacto positivo a la sociedad: Se est¨¢n embelleciendo la ciudad de Kigali y otras zonas urbanizadas de Ruanda. Se ha mejorado la percepci¨®n del artista como educador. Se inspira a los j¨®venes y se potencia un sector, el creativo, que viv¨ªa a la sombra de gigantes como el sector servicios o el tecnol¨®gico. Y como bien dice su directora: ¡°Se transforman edificios e infraestructuras al mismo tiempo que se transforma a los diferentes grupos de inter¨¦s que habitan tras sus muros¡±.
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