En T¨²nez, un porro ya no llevar¨¢ a la c¨¢rcel

El Consejo de Ministros de T¨²nez ha aprobado el borrador de una ley que suaviza de forma sustancial las penas por el consumo o posesi¨®n de peque?as cantidades de droga, una vieja reivindicaci¨®n de la sociedad civil tunecina, a¨²n en transici¨®n de un Estado policial a una robusta democracia. Actualmente, el castigo m¨ªnimo por la posesi¨®n de un cigarrillo de cannabis, conocido como zatlaen el dialecto local, es de un a?o de c¨¢rcel. Seg¨²n un informe de la ONG Human Rights Watch (HRW), a finales del 2015 hab¨ªa 7.451 personas encarceladas en el pa¨ªs por delitos relacionados con el consumo o tr¨¢fico de estupefacientes, cerca de un 30% del total. De ellos, aproximadamente un 70% fueron condenados por posesi¨®n de peque?as cantidades de cannabis.

A partir de ahora, los jueces aplicar¨¢n multas y penas alternativas a la c¨¢rcel, solo permitida en casos de m¨²ltiple reincidencia. ¡°La nueva legislaci¨®n no trata el consumo de drogas como un problema penal, sino social, y ofrece a las personas con adicci¨®n v¨ªas para el tratamiento. Es un paso adelante muy importante y podr¨ªa convertirse en un modelo para toda la regi¨®n¡±, explica Amna Guellali, responsable de HRW en T¨²nez. Un informe presentado la semana pasada por HRW recoge la pesadilla que representa la aplicaci¨®n de la actual norma. Muchos de los condenados sufren malos tratos por parte de la polic¨ªa. A menudo, el cumplimiento de la pena se realiza en celdas compartidas con peligrosos criminales. Debido a la masificaci¨®n de los centros penitenciarios, no existen camas suficientes para todos y se deben realizar turnos para dormir. Cumplida la condena, el estigma de haber sido un reo dificulta la consecuci¨®n de un empleo en un pa¨ªs con una tasa de paro juvenil cercana al 50%.

¡°La ley presenta alg¨²n defecto, por ejemplo, todav¨ªa recoge la obligatoriedad de someterse a tests de orina sin necesidad de un permiso judicial. Adem¨¢s, castiga la incitaci¨®n al consumo de drogas, que podr¨ªa aplicarse contra las personas que hacen campa?a por su legalizaci¨®n¡±, explica Mahmud Yakub, un abogado de la Red en Busca de la Justicia en T¨²nez.