El diputado en guerra contra un s¨ªmbolo gastron¨®mico
Derecha e izquierda promueven la ¡®alheira¡¯, un embutido cancer¨ªgeno seg¨²n la OMS
Hac¨ªa 20 a?os que no entraba en el Parlamento portugu¨¦s un partido con diputado ¨²nico. El fen¨®meno sobrevino en las ¨²ltimas legislativas con el PAN (Personas, Animales, Naturaleza). Su ¨²nico representante, Andr¨¦ Silva ¡ªcon esca?o en el centro del hemiciclo¡ª, tiene derecho a estar en tres comisiones y a hablar durante 90 segundos. Aun as¨ª, se hace notar siempre.
Unas veces vota con la derecha, otras con la izquierda, y en otras se queda solo. Fue en el debate parlamentario sobre las ayudas p¨²blicas a la producci¨®n y consumo de la alheira, un embutido t¨ªpico de la regi¨®n transmontana, s¨ªmbolo de la gastronom¨ªa m¨¢s aut¨¦ntica del pa¨ªs. Por una vez, todo el arco parlamentario vot¨® a favor del consumo de la alheira, menos el diputado del PAN (los dos diputados de Los Verdes tambi¨¦n son favorables al chorizo).
En su inc¨®modo minuto y medio, Silva argument¨® que cada cual es muy libre de comer lo que quiera, pero que otra cosa diferente es que el Estado premie con beneficios fiscales un alimento de factor 1 en riesgo cancer¨ªgeno, seg¨²n el informe de octubre de la OMS (ah¨ª van todos los embutidos, del fuet a la morcilla, y al mism¨ªsimo pernil).
Silva entr¨® en la Asamblea con un programa que promueve la consideraci¨®n de los animales como ¡°personas jur¨ªdicas¡±, la p¨ªldora para las palomas y el fin de la ejecuci¨®n de perros en los centros de acogida, entre otras muchas ideas. Hasta el momento, de sus 13 iniciativas parlamentarias solo ha salido adelante la petici¨®n para que los comedores escolares incluyan siempre un men¨² vegetariano y para que se proh¨ªban refrescos y snacks en las m¨¢quinas expendedoras de los centros educativos.
Las intervenciones del solitario Andr¨¦ Silva nadie las aplaude ¡ªhacerlo a s¨ª mismo quedar¨ªa feo¡ª y en los tres meses de legislatura, segundo a segundo, se ha convertido en una figura del nuevo Parlamento, aunque cualquier d¨ªa de estos, en su encomiable esfuerzo de s¨ªntesis, nos sorprender¨¢ con algo como: ¡°Para empezar quiero acabar diciendo¡¡±.
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