Ser padres es solo una opci¨®n
Cada vez m¨¢s mujeres y hombres deciden en las sociedades occidentales no tener descendencia, una elecci¨®n que suscita controvertidos debates. Y si bien las presiones sociales y familiares no cejan, hay se?ales de que algunos tab¨²es empiezan a caer
¡°Durante mis a?os f¨¦rtiles, he tenido todo el tiempo del mundo para tener hijos. Tuve dos relaciones estables, una de ellas desemboc¨® en un matrimonio que a¨²n contin¨²a. Mi salud era perfecta. Podr¨ªa hab¨¦rmelo permitido desde el punto de vista econ¨®mico. Simplemente, nunca los he querido. Son desordenados; me habr¨ªan puesto la casa patas arriba. Son desagradecidos. Me habr¨ªan robado buena parte del tiempo que necesito para escribir libros¡±, explica la estadounidense Lionel Shriver. Esta confesi¨®n de la autora de Tenemos que hablar de Kevin (2003) ¡ªla exitosa y perturbadora novela sobre una madre cuyo hijo adolescente perpetra una matanza en un instituto, que fue adaptada al cine¡ª es uno los 16 ensayos (13 escritos por mujeres y 3 por hombres) recopilados el a?o pasado por Meghan Daum en Selfish, Shallow and Self-absorbed (Ego¨ªsta, superficial y ensimismado). Este libro, de amplia resonancia en el mundo anglosaj¨®n, es una elocuente muestra de c¨®mo se est¨¢n empezando a romper, poco a poco, los tab¨²es en torno a la libre elecci¨®n de no procrear, una tendencia en auge en Occidente y que suele suscitar grandes controversias. Quienes no tienen hijos empiezan a explicarse y reclaman un mismo estatus de normalidad.
Es obvio que a¨²n existe una inercia social y cultural que suele traducirse en presiones para tener descendencia, sobre todo alcanzada una determinada edad. Pero al menos se plantea m¨¢s abiertamente la opci¨®n de no tenerla, no solo en la prensa ¡ªel debate ocup¨® incluso una portada de Time en 2013¡ª, el cine y la literatura, sino tambi¨¦n en conversaciones cotidianas, en las que opinan mujeres y hombres.
En Selfish..., los 16 escritores exponen las muchas circunstancias que les han llevado a no desear descendencia, desde eludir la dedicaci¨®n que conlleva la crianza, hasta motivaciones pol¨ªticas (como combatir la sobrepoblaci¨®n mundial) o traumas personales heredados de infancias dif¨ªciles. ¡°Quer¨ªa que explicaran sus razones de forma reflexiva. Lo que defendemos es que la paternidad, cuando se hace bien, es un trabajo dif¨ªcil e importante; y deber¨ªa ser solo para la gente que lo desea¡±, explica Daum desde Los ?ngeles.
En Espa?a, se calcula que entre las nacidas en los setenta, un 25% no tendr¨¢ descendencia
Este art¨ªculo no pretende emitir un veredicto sobre si tener descendencia es mejor que no tenerla, desde el punto de vista personal o socioecon¨®mico. Pero lo cierto es que como demuestran las estad¨ªsticas cada vez m¨¢s personas optan por una vida sin hijos (algo que en ingl¨¦s ya tiene su propia demominaci¨®n: childfree). La natalidad en Occidente empez¨® a caer en los setenta. En Espa?a, por ejemplo, el n¨²mero de nacimientos por cada 1.000 habitantes era de 18,7 en 1976 y ahora se sit¨²a en 9, de los m¨¢s bajos de Europa. Se tienen menos hijos por razones econ¨®micas y por problemas de infertilidad, pero tambi¨¦n por libre elecci¨®n. ¡°La revoluci¨®n que supuso la p¨ªldora anticonceptiva permiti¨® retrasar la maternidad. Esto unido a la opulencia creciente en las sociedades occidentales y el avance de la igualdad de oportunidades, han dado a las mujeres una elecci¨®n genuina sobre su estilo de vida¡±, explica la soci¨®loga Catherine Hakim, profesora de la London School of Economics y una de las voces m¨¢s respetadas en el estudio de la ca¨ªda de la natalidad. Tener hijos es una decisi¨®n muy personal... con repercusiones amplias. Pese a que algunos childfree argumentan que el mundo est¨¢ superpoblado, uno de los problemas m¨¢s acuciantes de las sociedades desarrolladas es el envejecimiento de la poblaci¨®n, que pasa factura al Estado del bienestar, ¨¢vido de trabajadores j¨®venes que paguen las pensiones.
Pero muchos deciden no tener hijos. En Espa?a, se calcula que entre las mujeres nacidas en los setenta, no tendr¨¢ hijos un 25%, en Francia el 20%, en Finlandia el 29%, y en Alemania el 33,6%. En EE UU un 18% de mujeres de 40 a 44 a?os, no han sido madres, frente al 10% en 1976, seg¨²n el Pew Research Center. ?Qu¨¦ porcentaje evita el embarazo por decisi¨®n propia? Las estimaciones de Hakim, basadas en abundantes trabajos de campo, apuntan a ¡°una peque?a y visible minor¨ªa de cerca del 5%-10% del total¡±. Estas mujeres est¨¢n convencidas de que no quieren hijos. ¡°En el caso de los hombres los porcentajes son un poco m¨¢s altos. Pero son menos los que se escandalizan si ellos no quieren ser padres¡±, opina Hakim.
Cuando un adulto tiene descendencia (caso, por cierto, de la autora de este art¨ªculo), es raro que le pregunten por qu¨¦. Cuando no la tiene, se arriesga a someterse a todo tipo de interrogatorios. ¡°Decidir no procrear genera ansiedades para las personas en solitario y en pareja, para las familias y las sociedades, y sin duda genera preguntitas insolentes¡±, dice la escritora chilena Lina Meruane, autora de Contra los hijos (Tumbona; M¨¦xico, 2015). Y a esa clase de insolencias tuvo que enfrentarse con disgusto la actriz espa?ola Maribel Verd¨² durante la promoci¨®n de su pel¨ªcula Sin hijos (2015), en la que encarn¨® el papel de una mujer que no quiere ser madre.
El mundo est¨¢ superpoblado pero uno de los retos de Europa es el envejecimiento de la poblaci¨®n
Es tan l¨ªcita la opci¨®n de querer guardarse para s¨ª los motivos por los que no se tiene descendencia como exponerlos al juicio de miles de lectores. El caso de la psicoterapeuta Jeanne Safer es un buen ejemplo del cambio que ha habido en el debate p¨²blico sobre la maternidad. Hace 26 a?os, consciente de que se adentraba en territorios pantanosos, prefiri¨® esconderse tras un seud¨®nimo cuando escribi¨® en una revista sobre ¡°su decisi¨®n consciente¡± de no perpetuar sus genes. Safer es una de las autoras de Selfish... y, esta vez s¨ª, firma con su nombre. ¡°La verg¨¹enza ¡ªpor ser ego¨ªsta, no femenina, o ser incapaz de criar a un ni?o¡ª es una de las emociones m¨¢s duras a las que se enfrentan las mujeres que discrepan sobre lo de tener hijos¡±, confiesa. En uno de los ensayos m¨¢s divertidos, mordaces y provocadores del mismo libro, el escritor brit¨¢nico Geoff Dyer sentencia: ¡°De todos los argumentos que se dan para tener hijos, la idea de que dan significado a la vida es el que me genera m¨¢s hostilidad (¡). Yo me siento totalmente satisfecho con la idea de una vida completamente carente de sentido y falta de prop¨®sito¡±.
Aunque la chilena Meruane sent¨ªa que no ten¨ªa por qu¨¦ dar explicaciones de su nulo inter¨¦s por ser madre, escribi¨® un ensayo en el que critica, adem¨¢s, que los hijos se han convertido en ¡°la figura dominante del hogar¡±. Afirmaciones como esta alimentan otro debate, sobre nuevos y viejos tipos de crianza, tanto o m¨¢s controvertido que el de no querer hijos. ¡°Muchas mujeres me han agradecido que escribiera sobre este asunto. Una amiga incluso me dijo que la hab¨ªa ayudado a decidirse a ser madre¡±, cuenta.
?Qu¨¦ lleva a hombres y mujeres a no querer procrearse? El estudio Childlessness in Europe (2015) concluye que las razones m¨¢s habituales son motivos profesionales, la transmisi¨®n de una enfermedad hereditaria, una mala relaci¨®n con sus progenitores, y causas econ¨®micas. Tradicionalmente en Europa, como explica una de las participantes en este proyecto, Anna Rotkirch, de la Federaci¨®n de la Familia de Finlandia, no tener hijos ha estado relacionado, en el caso de los hombres, con un nivel socioecon¨®mico bajo y la falta de pareja; en el de las mujeres era m¨¢s com¨²n entre aquellas con estudios superiores que tem¨ªan que la maternidad frenase su carrera. ¡°Ahora en muchos pa¨ªses europeos la precariedad laboral empieza a ser un motivo de peso tanto en hombres como mujeres¡±.
El debate puede que no termine jam¨¢s. Sigue pesando un fuerte prejuicio de anormalidad sobre quienes optan por no tener hijos. En Reino Unido, la sinceridad de Holly Brockwell gener¨® una tormenta de indignaci¨®n cuando, el pasado noviembre, explic¨® en la BBC por qu¨¦ a los 29 a?os quer¨ªa ser esterilizada. Hubo algunos mensajes de apoyo, pero en general sufri¨® un aut¨¦ntico linchamiento en Internet. Y aunque aquello fue una reacci¨®n extrema, es una muestra de los enfrentamientos que a veces se dan entre padres y no padres, disputas en las que se presenta a los primeros como seres que se creen con m¨¢s derechos por tener hijos ¡ªy son incapaces de controlar los gritos de sus v¨¢stagos en un restaurante¡ª; y a los segundos como fr¨ªvolos que piensan en sus vacaciones, en salir por la noche y progresar en su carrera.
Sigue pesando un fuerte prejuicio de anormalidad sobre quienes optan por no tener hijos
?Qui¨¦nes son m¨¢s felices? Hay investigaciones para todos los gustos. La encuesta Enduring Love, de la brit¨¢nica Open University, lleva a?os analizando la calidad de vida en pareja, y concluye que quienes no tienen hijos dicen ser m¨¢s felices en su relaci¨®n e invierten m¨¢s tiempo en la pareja. En esta l¨ªnea, el a?o pasado se public¨® un estudio de la Universidad de Londres que analiz¨® a 14.000 parejas en Australia y Alemania; las madres indicaron una fuerte subida de estr¨¦s tras el nacimiento de un hijo (tres veces m¨¢s que el padre) y el nivel fue creciendo hasta cuatro a?os despu¨¦s, cuando finaliz¨® la investigaci¨®n. Por ¨²ltimo, otra encuesta realizada entre 2.000 padres primerizos en Alemania en 2015 indicaba que la llegada de un hijo restaba una porci¨®n de felicidad similar a un divorcio.
No todos lo ven tan claro. Un estudio realizado en 86 pa¨ªses por un equipo del Instituto Max Planck de Rostock (Alemania) y la Universidad Western Ontario (Canad¨¢) sugiere que la maternidad es una inversi¨®n a medio-largo plazo: el bienestar asociado a los hijos es mayor a m¨¢s poder adquisitivo, mayor apoyo social y m¨¢s edad. Los menores de 30 a?os asociaron tener hijos con una menor felicidad, mientras que entre los 30 y los 39 a?os ese incremento fue neutral y a partir de los 40 fue positivo.
En conclusi¨®n, sigan su instinto.
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