De mal en peor

Cada d¨ªa que pasa, la crisis de los refugiados se complica y se agrava. La incapacidad para abordar una soluci¨®n conjunta y solidaria acerca peligrosamente el momento en que el cierre progresivo de fronteras decidido de forma unilateral por diversos pa¨ªses acabe con los acuerdos de Schengen y ponga fin a la libre circulaci¨®n de personas que tanto ha contribuido al proyecto de una Europa unida. La reuni¨®n de ministros de Interior celebrada el jueves fue incapaz de ir m¨¢s all¨¢ de un llamamiento a la colaboraci¨®n y al cumplimiento de los acuerdos. El problema es que se ha entrado en una din¨¢mica en la que no se cumplen los compromisos adquiridos y, en algunos casos, ni siquiera la normativa vigente. Lejos de avanzar, la reuni¨®n sirvi¨® para constatar agravios crecientes entre pa¨ªses y una peligrosa tendencia a tomar iniciativas al margen de las instituciones comunitarias.

Ejemplos recientes han sido la decisi¨®n de Austria de convocar a nueve pa¨ªses de la ruta de los Balcanes sin contar con Grecia, que es el m¨¢s afectado; la decisi¨®n de B¨¦lgica de restablecer controles en su frontera con Francia despu¨¦s de que las autoridades de este pa¨ªs obtuvieran autorizaci¨®n judicial para desmantelar los campamentos de Calais, donde miles de refugiados esperan cruzar a Reino Unido; el anuncio de Hungr¨ªa de un refer¨¦ndum sobre la aceptaci¨®n de las cuotas de refugiados, y la decisi¨®n de Austria y de otros cuatro pa¨ªses de la ruta de los Balcanes de restringir el tr¨¢nsito de refugiados.

Ante esta situaci¨®n, el comisario de Inmigraci¨®n advirti¨® que solo quedan diez d¨ªas para evitar que el sistema se desmorone. Se refer¨ªa a la celebraci¨®n, el 7 de marzo, de la cumbre acordada por los jefes de Estado y de Gobierno con Turqu¨ªa. Pero, tal como est¨¢n las cosas, parece poco probable que esa cumbre sirva para desbloquear la situaci¨®n. Hasta ahora, los acuerdos alcanzados con Turqu¨ªa, a la que la UE ha prometido ayuda financiera para contener y atender a los millones de refugiados que se encuentran en ese pa¨ªs, apenas han dado frutos. La oleada de fugitivos sigue llegando a Grecia a raz¨®n de casi 5.000 personas diarias.

A diferencia de otros pa¨ªses, que han restablecido los controles fronterizos y han levantado vallas, Grecia no puede sellar las extensas costas por las que llegan los refugiados. De modo que el progresivo cierre de fronteras en la llamada ruta de los Balcanes amenaza con convertirla en una inmensa bolsa de migrantes sin horizonte. Cada uno se defiende con las armas que puede, y Grecia amenaza con vetar acuerdos comunitarios importantes si no se acepta un reparto obligatorio y proporcional de los refugiados que llegan.

Urge romper esta din¨¢mica en que cada pa¨ªs busca la forma de protegerse endosando el problema a otro, en una deriva individualista e insolidaria que agrava las consecuencias de la crisis humanitaria e impide la ¨²nica forma de salir del atolladero: el enfoque comunitario. El tiempo se agota.