La patria del ¡®Gruy¨¨re¡¯
Suiza atesora la marca protegida de una de las variedades de queso m¨¢s c¨¦lebres del planeta
Unos 28 millones de francos suizos (25 millones de euros) se esconden en un pol¨ªgono industrial a las afueras de la ciudad de Bulle, en el cant¨®n de Friburgo. A la estancia se accede tras acreditarse, cubrirse con una vestimenta especial y pasar un control de seguridad. Hace fr¨ªo en su interior, un espacio di¨¢fano con altas estanter¨ªas divididas en hileras. No se ve por ning¨²n lado el brillo del dinero o los fajos de billetes. Solo huele a queso. ¡°En estos estantes hay millones de euros¡±, insiste el anfitri¨®n, G¨¦rald Roux; ese es el valor de las casi 80.000 ruedas de gruy¨¨re que atesora la c¨¢mara. ¡°Cada una pesa en torno a los 35 kilos y el kilo se cotiza a unos 15 euros¡±, cuenta Roux, maestro afinador, responsable del proceso de curaci¨®n de la denominaci¨®n de origen (AOP en sus siglas en franc¨¦s: appellation d¡¯origine prot¨¦g¨¦e). Con 450 variedades, Suiza produce 185.300 toneladas de queso al a?o. La mayor parte (63%) se usa para consumo interno, mientras que el 37% se exporta principalmente a Europa. A pesar de esas enormes cifras, el proceso para elaborar este producto sigue vinculado a la tradici¨®n y, como no pod¨ªa ser de otra manera, a las vacas suizas.
"El aut¨¦ntico gruy¨¨re no tiene orificios", matizan los lugare?os del pueblo que da nombre al queso
Hasta el a?o 2010, Par¨ªs y Ginebra se disputaban la propiedad intelectual ¨Cy la denominaci¨®n de origen¨C del queso gruy¨¨re. Finalmente fue Suiza el pa¨ªs que se qued¨® con la marca protegida. ¡°El aut¨¦ntico gruy¨¨re no posee orificios¡±, matizan continuamente a los pies de los Alpes, en Gruy¨¨re, el pueblo que da nombre a la variedad y que se encuentra en el mismo cant¨®n que Bulle. ¡°La historia del gruy¨¨re es antigua, lo que hace casi imposible conocer sus or¨ªgenes¡±, cuentan fuentes de la denominaci¨®n de origen. Una leyenda dice que el emperador romano Antonino P¨ªo muri¨® por un empacho de este alimento. Corr¨ªa el a?o 161. Y aunque los primeros registros sobre este queso datan del a?o 1115, esta zona ya era conocida en tiempos de los c¨¦sares por sus vacas, su leche y el variado sabor de sus quesos.
Otra variante de queso suizo, redondo, intenso y de un sabor muy particular, es el t¨ºte de moine, que comenz¨® a producirse en 1192 en el pueblo de Bellelay, en el cant¨®n de Berna. ¡°Unos monjes que llegaron de Francia se instalaron aqu¨ª y comenzaron a controlar la explotaci¨®n¡±, dice Olivier Isler, director del organismo regulador de este queso. No en vano su nombre, t¨ºte de moine, significa cabeza de monje: cuentan que los cl¨¦rigos met¨ªan el diente al manjar y, para que nadie lo notara, en lugar de cortar un pedazo ¨Cque evidenciar¨ªa el hurto¨C, raspaban la cara superior de las piezas, de tal manera que el queso se acababa pareciendo a la tonsura de los monjes. ¡°En esa ¨¦poca, este queso se utilizaba no solo como alimento, sino tambi¨¦n como regalo o fuente de ingresos¡±, explica el director. Ahora, solo 270 granjas producen la leche que se puede llevar a nueve queser¨ªas de la regi¨®n. Y se rebana con una girolle, una especie de rascador inventado en 1982 y que va cortando finas lonchas en forma de rosa.
El t¨ºte de moine, como el gruy¨¨re, requiere un proceso de curaci¨®n (afinado) de entre 5 y 12 meses y debe afinarse como m¨ªnimo durante dos meses y medio sobre una madera de abeto rojo de California. Solo dos establecimientos realizan esta labor. ¡°Est¨¢ todo muy controlado¡±, cuenta Isler. Desde los noventa, la producci¨®n de este exclusivo manjar se ha duplicado: genera una actividad econ¨®mica de unos 55 millones de euros y se exporta una de cada dos piezas que se elaboran en esta peque?a regi¨®n.
Son las seis de la ma?ana y ?Vincent Gapany, vestido de blanco y rodeado de enormes cubetas con leche caliente, recibe a los ganaderos de la zona. En su fromagerie (queser¨ªa) comienza todo el proceso de producci¨®n del queso suizo. ?l est¨¢ especializado en gruy¨¨re. Los vaqueros pueden vender una cantidad limitada de leche que es etiquetada y analizada. ¡°Debe cumplir patrones de excelencia muy rigurosos¡±, explica Gapany.Cada d¨ªa elabora entre 12 y 15 ruedas de gruy¨¨re que luego vende al afinador, responsable del proceso de curaci¨®n. Dependiendo de la variedad, el queso se pasa, de media, entre 3 y 12 meses en una c¨¢mara refrigerada y se lava con agua con sal. ¡°De ah¨ª que no tengan lactosa. A los dos meses de afinado ya est¨¢ toda digerida¡±, aclara Gapany. ¡°Como el resto de variedades curadas de Suiza¡±. Una noticia genial para los al¨¦rgicos al az¨²car que contiene la leche.
¡°Nosotros compramos el queso y lo cuidamos durante el tiempo que lo tenemos a nuestro cargo. Si hay alguna alteraci¨®n y se estropea una remesa, la p¨¦rdida es enorme. Como cuando se arruina la cosecha¡±, explica el afinador Gerald Roux. Ahora mismo tiene a su cargo esas 80.000 ruedas de gruy¨¨re valoradas en m¨¢s de 25 millones de euros. ¡°El cuarto mes se realiza una cata¡±, cuenta Roux. Vienen queseros, un representante de la denominaci¨®n de origen y un afinador. Introducen una sonda alargada y punzante y extraen una muestra para controlar su calidad. ¡°Miden cuatro valores: apertura, consistencia, gusto e imagen exterior¡±, explica el maestro. ¡°Y punt¨²an; el m¨¢ximo son 5 puntos por posici¨®n¡±, a?ade. A los cinco meses ya se puede vender como gruy¨¨re joven (a unos 12 euros el kilo). Si aguanta m¨¢s, se puede obtener uno viejo (18 euros el kilo). ¡°Pero no te puedes pasar¡±, avisa el afinador: ¡°Se trata de un producto vivo. Natural, pero caduco. No puedes adelantarte o retrasarte. Si no, pierdes dinero¡±. Y en Suiza no es de buen gusto que esto ocurra. El queso que no seduce al paladar, tampoco.
El origen del queso
Los seres humanos llevan miles de a?os haciendo queso. Algunos historiadores datan su origen entre los a?os 8000 ¨Cfecha en la que se empiezan a domesticar las ovejas¨C y 3000 antes de Cristo. Al parecer, todo fue un accidente. Un comerciante decidi¨® transportar leche de una comunidad ganadera a otra que carec¨ªa del preciado l¨ªquido. A falta de cubos, decidi¨® usar un envase hecho con tripas de vaca. Al llegar a su destino, la leche no era tan l¨ªquida como antes; las enzimas (concretamente la rennina) y bacterias presentes en los restos del est¨®mago del animal hab¨ªan comenzado a digerir la leche. ¡°Esto es debido al cuajo [reservorio de enzimas cuya funci¨®n es separar la case¨ªna de su fase l¨ªquida: agua, prote¨ªnas del lactosuero y carbohidratos], presente en el est¨®mago de la vaca. Tambi¨¦n se produce por las altas temperaturas a las que pudo someterse la leche durante el viaje¡±, cuenta Olivier Isler, director del organismo Interprofession T¨ºte de Moine.
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