Registrar los ¡®lobbies¡¯

Los buenos principios deben ser recibidos con satisfacci¨®n, pero en realidad lo que cuenta son los buenos finales. La decisi¨®n de la Comisi¨®n Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) de regular el Registro de Grupos de inter¨¦s (conocidos en el mundo pol¨ªtico-corporativo como lobbies)responde exactamente a esta distinci¨®n. Por una parte, es bueno que la Comisi¨®n tome nota de que existen grupos de presi¨®n y de inter¨¦s que pretenden influir, en su beneficio o en el de sus clientes, en las decisiones de los Gobiernos o instituciones; por otra parte, resulta que la norma de la Comisi¨®n es t¨ªmida y manifiestamente mejorable. Existen ejemplos suficientes para decir que la CNMC se ha quedado corta.

Todas las empresas e intereses econ¨®micos tienen derecho a considerar que la legislaci¨®n puede ser mejorada y modificada para aumentar los rendimientos esperados. Es una pretensi¨®n natural que, como tantas otras, debe ser ordenada de forma que se minimicen los efectos indeseados de las presiones a los poderes p¨²blicos. Lo que la CNMC propone es un registro de lobbies de car¨¢cter voluntario, p¨²blico y gratuito. Sobre la nula regulaci¨®n anterior es un avance, pero en relaci¨®n con la complejidad entre los poderes p¨²blicos y los intereses privados, un registro voluntario es insuficiente. Un modelo conocido es el europeo; en Bruselas, para tener derecho a reunirse con miembros del Parlamento es obligado el registro; las reuniones son p¨²blicas y, de hecho, se conoce cu¨¢ntas mantiene cada parlamentario.

La idea de Bruselas es completar un registro obligatorio, incluyendo quiz¨¢ a los abogados y otros cuerpos profesionales ahora exentos, en 2017. Si este es el modelo que, en la pr¨¢ctica, se desarrolla en Espa?a, coherente adem¨¢s con la transparencia exigida a los grupos de presi¨®n en el entorno europeo, podremos decir que la regulaci¨®n espa?ola cumple con su cometido; si se queda en un registro voluntario, sin expectativa de evoluci¨®n, la normativa tendr¨¢ escasa utilidad.