Pol¨ªtica y educaci¨®n

Desde la campa?a electoral hasta los fallidos actos de investidura en el Congreso, me he acordado del profesorado de secundaria y, especialmente, de los tutores. Lo visto en la pol¨ªtica posiblemente haya servido a m¨¢s de un alumno para justificar las faltas propias que el profesor quer¨ªa corregir. Hasta aqu¨ª, todo l¨®gico. El problema se agudiza al pensar que esos mismos pol¨ªticos son los que pretenden crear las leyes educativas del pa¨ªs.

En educaci¨®n, hace a?os, trabajamos sobre conceptos como empat¨ªa, trabajo cooperativo, asertividad, mediaci¨®n, interculturalidad, respeto, planes de convivencia, etc¨¦tera. Dicho esto, ?qu¨¦ se puede esperar de una sociedad donde los referentes se?eros no sirven de ejemplo?

Est¨¢ bien que un pa¨ªs sea muy exigente a la hora de seleccionar los profesionales de la salud y la educaci¨®n, pero ?no se deber¨ªa exigir lo mismo o m¨¢s a los ciudadanos que quieran servir a la sociedad desde la pol¨ªtica? Volvamos a La clave, de Jos¨¦ Luis Balb¨ªn, y abandonemos urgentemente Gran hermano. No nos merecemos esto. La democracia y la educaci¨®n persiguen lo mismo, ¨¢reas de encuentro, en lugar de negaci¨®n y humillaci¨®n del otro.¡ª Enrique Satu¨¦ Oliv¨¢n.