Milei nombra por decreto a dos jueces de la Corte Suprema

Javier Milei ha anunciado este martes que nombrar¨¢ por decreto a dos nuevos jueces de la Corte Suprema de Argentina. Eludir¨¢ as¨ª al Congreso tras un a?o de negociaciones estancadas en el Senado, donde est¨¢ en clara minor¨ªa. Ariel Lijo y Manuel Garc¨ªa Mansilla, los elegidos por el presidente, ocupar¨¢n sus cargos en comisi¨®n durante un a?o, hasta el inicio de un nuevo periodo legislativo el 1 de marzo pr¨®ximo. Si durante ese plazo el Senado insiste en rechazar a Lijo y Garc¨ªa Mansilla, el Gobierno de ultraderecha podr¨¢ firmar un nuevo decreto. El ¨²nico intento presidencial para nombrar jueces del m¨¢ximo tribunal con la sola firma del presidente fue durante el Gobierno de Mauricio Macri, en 2016. Fue tal el rechazo de aquella decisi¨®n que Macri cedi¨® a la presi¨®n y acept¨® la v¨ªa legislativa.

La Constituci¨®n argentina contempla desde su redacci¨®n en 1860 que el presidente puede ocupar cargos vacantes que requieran la aprobaci¨®n del Senado, como los jueces de la Corte Suprema, cuando el Congreso est¨¢ en receso. La norma ten¨ªa or¨ªgenes pr¨¢cticos: en aquel entonces, el periodo de sesiones ordinarias comenzaba el 1 de mayo y terminaba el 30 de septiembre. Pero desde la reforma constitucional de 1994, las C¨¢maras sesionan durante nueve meses al a?o, entre el 1 de marzo y el 30 de noviembre. La posibilidad de nombrar supremos por decreto presuponen una situaci¨®n de fuerza mayor.

El argumento oficial es que la Corte, de cinco miembros, qued¨® en diciembre con solo tres magistrados tras dos jubilaciones. El decreto ¡°tiene el objetivo de normalizar el funcionamiento del m¨¢ximo tribunal judicial de nuestro pa¨ªs, el cual no puede llevar a cabo su rol con normalidad con tan solo tres ministros¡±, dice un comunicado publicado desde la Oficina del Presidente. Luego carga contra el bloqueo parlamentario: ¡°La C¨¢mara Alta debi¨® haber prestado acuerdo a los candidatos propuestos por el Poder Ejecutivo. En ning¨²n caso el Senado tiene la potestad para rechazar el acuerdo de los candidatos propuestos por el Presidente en base a preferencias personales o pol¨ªticas de los senadores¡±.

Milei choc¨® durante todo el a?o pasado con el rechazo de la oposici¨®n a sus candidatos, sobre todo Ariel Lijo, que no tiene los mejores pergaminos para el cargo. Lijo es un juez federal en activo que acumula una monta?a de cuestionamientos sobre su idoneidad: acumula m¨¢s de 30 denuncias por mal desempe?o ante el Consejo de la Magistratura, el ¨®rgano que controla a los jueces. Tambi¨¦n fue denunciado penalmente por asociaci¨®n il¨ªcita, lavado de activos y soborno. Tampoco es un juez demasiado activo: de las 89 causas por corrupci¨®n pol¨ªtica que se tramitan en su juzgado, solo elev¨® a juicio oral 14. En los juzgados federales se lo acusa de acelerar o demorar expedientes seg¨²n la necesidad de los involucrados. Para neutralizar pergaminos tan negativos, Lijo ofrece a Milei decisiones que, se esperan, se acomodar¨¢n a la Casa Rosada. Est¨¢ apadrinado por el supremo Ricardo Lorenzetti, hoy enfrentado a Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, los otros dos jueces de la Corte que siguen activos.

El segundo candidato es un reconocido acad¨¦mico de ideas ultraconservadoras, alineado con la ¡°guerra cultural¡± que Milei libra contra todo lo que suene a progresismo. Cuando fue al Senado para defender su candidatura, le pidieron que opinase sobre el decreto de Macri de 2016. ¡°Yo no hubiera aceptado una nominaci¨®n en comisi¨®n porque m¨¢s all¨¢ de que la Constituci¨®n lo prev¨¦, evidentemente hay un gran sector de la poblaci¨®n que, con buenas razones, resiste ese tipo de decisiones que son privativas del Presidente¡±, dijo. La mayor¨ªa peronista en el Senado no quiso saber nada con Garc¨ªa Mansilla, pero, en cambio, puso precio en su momento a la candidatura de Lijo. Hoy est¨¢n vacantes cientos de cargos de jueces en todo el pa¨ªs que el Gobierno ofreci¨® como moneda de cambio, pero las cuentas no terminaron nunca de cerrar del todo. Ante el fracaso de las negociaciones, Milei decidi¨® nombrarlos por decreto.

En diciembre pasado, cuando las negociaciones en el Senado estaban estancadas, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, adelant¨® la posibilidad de un decreto presidencial para poner fin a la cuesti¨®n. Y sac¨® a relucir el argumento de que la Corte ¡°no puede funcionar¡± con solo tres jueces. ¡°Cuando uno mira el tiempo que llevan los fallos de la Corte es lamentable que tenga 15 o 20 a?os para dictar sentencia. Desde el punto de vista del quorum se podr¨¢, pero desde el punto de eficiencia procesal me cuesta creer que podamos seguir teniendo una Corte con tres miembros¡±, dijo Francos. La Corte respondi¨® a la avanzada por la v¨ªa institucional y acord¨® un reglamento de emergencia que le permite pedir el auxilio de conjueces en caso de que no alcance la mayor¨ªa para firmar los fallos. Vot¨® en contra Lorenzetti, que acus¨® a sus compa?eros de ¡°falta de moral¡± y de querer condicionar la elecci¨®n de Lijo, su apadrinado, y Garc¨ªa Mansilla. Convertido en el ariete de Milei dentro de la Corte, Lorenzetti nunca perdon¨® que en 2018 el resto de los supremos le arrebatasen la presidencia de la Corte despu¨¦s de diez a?os.

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