La dispersi¨®n fiscal favorece la ¡®fuga de empresas¡¯
El desorden tributario se corrige imponiendo topes m¨¢ximos y m¨ªnimos en Patrimonio y Sucesiones
No es posible medir la realidad con total exactitud; es algo que los economistas y estad¨ªsticos deber¨ªan aprender de la teor¨ªa cu¨¢ntica. Pongamos por caso la presunta fuga de empresas de la Catalu?a azotada por el castigo del prus¨¦s o desconexi¨®n (en Espa?a siempre hemos sido pr¨®digos en eufemismos). Seg¨²n algunas consultoras (Axesor), durante el mandato de Artur Mas (entre 2011 y hasta mediados de 2015), pont¨ªfice m¨¢ximo de la secesi¨®n, habr¨ªan abandonado Catalu?a unas 3.800 empresas, y se habr¨ªan instalado una 2.500. La fuga de empresas ser¨ªa pues de unas 1.300, de variado tama?o e importancia. La Generalitat rechaza esas cuentas por razones diversas, algunas de las cuales son l¨®gicas. Por ejemplo, no es lo mismo una deslocalizaci¨®n que una fuga. Ahora bien, semejante imprecisi¨®n constituye un acicate para solicitar al Instituto Nacional de Estad¨ªstica y a las autoridades catalanas un estudio completo y complejo sobre la salida de empresas de Catalu?a (y de otras zonas econ¨®micas) que incluya un cuadro detallado de motivaciones. As¨ª sabremos si la independencia tiene coste directo e inmediato.
Porque en la migraci¨®n societaria influyen otros factores que oscurecen una medici¨®n clara de la realidad. Primero y m¨¢s grave, la extraordinaria distorsi¨®n fiscal causada por la mara?a tributaria auton¨®mica. En Espa?a, seg¨²n el Panorama de fiscalidad auton¨®mica del Consejo General de Economistas, hay desigualdad profunda en IRPF, Patrimonio y Sucesiones. Ejemplos: en Catalu?a y Extremadura es donde pagan m¨¢s las rentas medias por IRPF; por Sucesiones, Canarias mantiene un gravamen simb¨®lico (134 euros por una herencia de 800.000 euros), mientras que en Andaluc¨ªa la misma herencia pagar¨ªa 164.000 euros.
Tanta dispersi¨®n es un efecto, en principio deseado, del sistema de financiaci¨®n auton¨®mica. Los Gobiernos aut¨®nomos, en ejercicio de su autonom¨ªa financiera, deben usar sus competencias en materia tributaria para compensar la rentabilidad pol¨ªtica del Gobierno que gasta con el coste de quien tiene que acudir a sus electores para recaudar. Pero junto al efecto deseable de unir gasto y tributos, existe otro injustificado de competencia fiscal a la baja. La deslocalizaci¨®n de recursos por razones exclusivamente fiscales no tiene por qu¨¦ ser econ¨®micamente eficiente; de hecho, acaba recortando los servicios de las comunidades afectadas. ?Soluci¨®n? Imponer en Patrimonio y en Sucesiones unos l¨ªmites m¨ªnimos y m¨¢ximos de obligatorio cumplimiento para las comunidades; o bien devolver estos impuestos al Gobierno central.
Demos un paso mas ?La fiscalidad explica por completo la fuga de empresas de Catalu?a? Pues no. La incertidumbre pol¨ªtica desgasta la confianza empresarial; los efectos de esa incertidumbre, hay que insistir en ello, tienen que ser cuidadosamente medidos y explicados. Catalu?a ha cambiado al conseller Mas Colell, casi premio Nobel de Econom¨ªa, por Oriol Junqueras. Los nombres lo dicen casi todo y que cada cual extraiga las consecuencias oportunas.
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