La quinua se aleja de los Andes
La demanda internacional ha multiplicado la cotizaci¨®n de los granos andinos, abriendo nuevos marcos de producci¨®n
Los primeros espa?oles que llegaron al altiplano andino encontraron la quinua, la ca?ihua y la kiwicha, y lanzaron una cruzada contra ellas. Promulgaron la erradicaci¨®n de los cultivos y penaron el consumo. Algunas teor¨ªas tratan de explicarlo en el uso de estos tres productos en las ceremonias religiosas de las comunidades quechuas y aymaras que poblaban la regi¨®n. Tambi¨¦n se habla de medidas tendentes a mermar una dieta que aportaba vitalidad y energ¨ªa a los habitantes de las tierras sometidas. Bien pudiera ser. Hoy sabemos que la quinua contiene el doble de prote¨ªnas que cualquier otro grano, aportando adem¨¢s altas cantidades de ¨¢cido linoleico, y que la kiwicha es el ¨²nico grano en el mundo que contiene todos los amino¨¢cidos imprescindibles para la vida. En otros lugares se la conoce como amaranto y su origen se sit¨²a, hace m¨¢s de 4.000 a?os, en plena cordillera andina.
Por entonces, la quinua ni siquiera se llamaba as¨ª y mucho menos quinoa. Los aymaras le dec¨ªan jupha y los quechuas kinuwa o kinua, de donde llega el nombre actual. Lo de quinoa lleg¨® mucho m¨¢s tarde convertido en un anglicismo que acab¨® imponi¨¦ndose en casi todo el mundo ¡ªen Lima hay incluso un restaurante con esa marca¡ª, pero su nombre en castellano es quinua, as¨ª escrito, sin tilde y con u.
Hasta la segunda mitad del siglo XX, el consumo y la producci¨®n de quinua se concentraba en el altiplano andino, concret¨¢ndose fundamentalmente en Bolivia, donde la quinua real est¨¢ protegida por una denominaci¨®n de origen desde 2014, y en Per¨², mientras en Chile se desarrollaba el cultivo a nivel del mar en algunas comarcas de Concepci¨®n y Valdivia. Las propiedades alimenticias de la quinua impulsaron la apertura de los mercados internacionales y un paulatino aumento de la cotizaci¨®n del grano. La demanda fue derivando lentamente de las zonas tradicionales de consumo a los mercados europeos y norteamericanos, mientras los precios se multiplicaban a un ritmo m¨¢s r¨¢pido del que pod¨ªan satisfacer los productores tradicionales.
El altiplano impone condiciones muy duras. En el caso de la quinua, la altura y el estado de la tierra exigen ritmos especialmente morosos, basados en un sistema de cultivos rotatorios, imprescindible para compensar la fatiga del terreno. Primero se siembra papa ¡ªsobre todo una variedad llamada chu?o negro¡ª, un a?o despu¨¦s se planta la quinua y tras la recolecci¨®n llega el turno de una cosecha de reposo, que puede ser de alfalfa o de alguna legumin¨¢cea, y se deja el terreno en barbecho durante tres o cuatro a?os antes de volver a empezar. La tierra impone condiciones particularmente duras, los ciclos son morosos y las producciones cortas.
La demanda internacional ha multiplicado la cotizaci¨®n de los granos andinos, abriendo nuevos marcos de producci¨®n. Per¨² respondi¨® a las nuevas exigencias del mercado impulsando los cultivos a nivel de mar en las costas del Pac¨ªfico y en algunas zonas de la regi¨®n amaz¨®nica. Las ventajas son claras: la fertilidad de la tierra y la posibilidad de implantar sistemas de riego propician cosechas anuales y multiplican las producciones. El producto obtenido tambi¨¦n es diferente. Nunca alcanzar¨¢ el sabor y las prestaciones de los cultivos tradicionales.
Apoyada en las nuevas producciones, Per¨² asalt¨® el liderazgo del mercado mundial de la quinua, superando a Bolivia y pasando a encabezar tanto la lista de los pa¨ªses productores como el de los exportadores.
No es un fen¨®meno aislado. El cultivo de la quinua ha saltado ya muy lejos de las zonas de origen, concentradas en torno a la cordillera andina ¡ªPer¨², Bolivia, Argentina, Chile, Colombia y Ecuador¡ª, para extenderse a Europa, donde crece en Francia, Gran Breta?a, Italia, Suecia, Dinamarca y Holanda. Ninguno de ellos alcanza el volumen de los cultivos en los Estados Unidos, cuyas plantaciones en Colorado y Nevada le reportan el tercer lugar en el r¨¢nking mundial. La quinua tambi¨¦n crece en torno al lago Ontario, en Canad¨¢.
Mientras la producci¨®n se aleja poco a poco de las zonas tradicionales empiezan a sonar las alarmas. En el altiplano peruano se piden denominaciones de origen que protejan las producciones andinas y permitan diferenciarlas de las crecidas lejos de ellas.
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