?Taca?o yo? El millonario due?o de Ikea compra los yogures a punto de caducar
Un documental desvela que Ingvar Kamprad, 89 a?os, viste ropa de segunda mano. Esta filosof¨ªa austera es la que ha transmitido a su empresa
El supermercado de la localidad sueca de ?lmhult es como el que puede haber en su barrio. Tama?o medio, bien organizado, un pescadero simp¨¢tico que en lugar de llamarse Paco se bautiz¨® como Lars, y unos carteles llamativos que te informan de las ofertas del d¨ªa. Hoy, el salm¨®n, a nueve euros el kilo. Pero en el de esta localidad del sur de Suecia de apenas 9.000 habitantes ocurre algo que seguramente no pasar¨¢ en su s¨²per de barrio: aqu¨ª compra a veces, y en persona, Ingvar Kamprad, el multimillonario fundador de Ikea. Kamprad, que en unos d¨ªas (el 30 de marzo) cumple 90 a?os, viv¨ªa hasta hace unos a?os en Lausana (Suiza). Pero en 2011 muri¨® su mujer y poco despu¨¦s regres¨® a casa, a?Sm?land, sur de Suecia. Muy cerca de all¨ª est¨¢ ?lmhult, donde se mantiene la sede de una empresa que ¨¦l fund¨® en 1943.
Al veterano empresario le gusta pasear por los buc¨®licos bosques que rodean??lmhult y aprovecha para saludar a alguno de los 4.000 trabajadores (casi la mitad del pueblo) que trabaja directa o indirectamente para Ikea. Y, claro, compra en el s¨²per del pueblo. Cuando llega al estante de los l¨¢cteos, Kamprad mira con sus ojos cansados la fecha de caducidad de los productos. Y compra los brick de leche y los yogures que est¨¢n a punto de desperdiciarse. "Le parece intolerable que se tiren los alimentos y las cosas que todav¨ªa pueden tener un uso", informa un concienciado trabajador del establecimiento.
Cuando llega al estante de los l¨¢cteos, Kamprad mira con sus ojos cansados la fecha de caducidad de los productos. Y compra los brick de leche y los yogures que est¨¢n a punto de caducar
Esta filosof¨ªa del fundador es la que lleva transmitiendo a sus empleados todos estos a?os. Algunos podr¨¢n pensar que es taca?er¨ªa. No lo ven as¨ª en el pueblo. ¡°No creo que sea taca?er¨ªa. Se trata de ser conscientes de los costes. Somos gente generosa, pero no queremos pagar m¨¢s de lo necesario¡±, comenta Marcus Engman, 50 a?os, Director Global de Dise?o de Ikea. Ese lado m¨¢s humano (y ahorrativo) de Kamprad es una de las facetas en las que incide el documental que en breve se estrenar¨¢ en la televisi¨®n sueca y que ha sorprendido a quienes ya han tenido la oportunidad de verlo.
Es la otra cara de este empresario cuya fortuna se estima en 64.000 millones de euros ¡ªen 2006 la revista Forbes lo situ¨® en el cuarto puesto entre los hombres m¨¢s ricos del mundo¡ª y que, sin embargo, viste de mercadillo. ¡°No creo que haya una sola prenda de las que me pongo que no haya sido comprada en un mercadillo de segunda mano. Eso significa que quiero dar buen ejemplo¡±, dijo al canal TV4 de su pa¨ªs. Tampoco es partidario de derrochar en peluquer¨ªa, sobre todo desde que, seg¨²n revel¨®, una factura de 22 euros por un rapado en Holanda le trastoc¨® el presupuesto. Desde entonces usa un mapa del mundo para elegir peluquero. ¡°Normalmente me corto el pelo cuando estoy en un pa¨ªs en desarrollo. La ¨²ltima vez fue en Vietnam¡±, explica.
No creo que haya una sola prenda de las que me pongo que no haya sido comprada en un mercadillo de segunda mano. Eso significa que quiero dar buen ejemplo", dice?Kamprad
Hasta hace muy poco, cuando le convencieron de que por su edad deb¨ªa dejar de conducir, segu¨ªa poni¨¦ndose al volante de su Volvo 240 de 1993 (robusto y duradero) y en una ocasi¨®n le negaron la entrada a una entrega de premios porque vieron que se bajaba de un autob¨²s. En avi¨®n, prefiere viajar en clase turista. Es de los que se hace sus cuadernos con folios usados que a¨²n tienen una cara en blanco (?las selvas del mundo se lo agradecen!) y ha sido visto llev¨¢ndose sobrecitos de sal y pimienta de los restaurantes.
?Actualmente ha dado un paso atr¨¢s y son sus hijos (tiene cuatro) quienes est¨¢n al frente de la empresa. No obstante, su sello en Ikea sigue vigente. Los empleados de la compa?¨ªa de venta de muebles se rigen por un c¨®digo de conducta ¡ªlo llaman la ¡°Biblia de Ikea¡±¡ª que decreta, entre otras cosas, que ¡°malgastar recursos en un pecado mortal¡± y ¡°uno de los mayores males de la humanidad¡±. Podr¨ªa decirse que Kamprad y su empresa es uno (el nombre de la compa?¨ªa contiene sus iniciales y las de su lugar de nacimiento). As¨ª que la pr¨®xima vez que contemple una asequible estanter¨ªa Billy o un plato de alb¨®ndigas a tres euros, piense que quiz¨¢ son algo m¨¢s que estrategias de mercadotecnia.
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