Subvencionamos pederastas
La sanci¨®n penal debe recaer sobre el criminal; el coste econ¨®mico-administrativo, en la instituci¨®n que lo alberga o ampara
Las denuncias por pederastia en colegios barceloneses de los Maristas empiezan a apuntar proporciones muy alarmantes. Ya son una treintena y afectan al menos a siete profesores de siete colegios distintos. Sean todas ciertas o no, exageradas o suaves, y relativas a delitos prescritos o vivos, la respuesta oficial es homeop¨¢tica.
El superior de los Maristas acaba de reprochar el silencio del primer centro afectado en 2011, en torno al primer caso conocido. El Departamento de Ense?anza no se enter¨®. Fiscal¨ªa y Mossos suspendieron las pesquisas cuando la familia retir¨® las acusaciones para evitar la presi¨®n al muchacho abusado. El pleno del Parlament lanz¨® el 3 de marzo una enf¨¢tica y un¨¢nime resoluci¨®n condenatoria y admonitoria ¡ªsugiri¨® ¡°consecuencias¡±, sin siquiera concretar ¡°sanciones¡±¡ª, inst¨® a los centros a cumplir los protocolos y parlote¨® sobre la formaci¨®n de los docentes.
Por suerte el asunto ha llegado por correo al Papa. Un padre le pide que investigue, que la orden se disculpe, que los que ocultaron sean destituidos y que todas las v¨ªctimas obtengan reparaci¨®n. Escribo ¡°por suerte¡± aposta, no hace falta ser muy creyente para creer en la eficacia de Bergoglio m¨¢s que en la de Forcadell.
El Parlament, que tan amigo es de decidir artificios, pod¨ªa haber decidido instar al Congreso a alargar los periodos de prescripci¨®n de los delitos de abusos sexuales (entre 5 y 15 a?os), como preconiz¨® la diputada Gemma Lienas, pues ah¨ª est¨¢ la madre del cordero: como los abusos se envuelven en mantos de silencio, comprensiones c¨®mplices y exceso de garant¨ªas para el abusador, cuando el delito sale a la luz, hace a?os que ya no se puede castigar.
M¨¢s all¨¢ de endurecer en este aspecto la legislaci¨®n penal, urge dureza administrativa. Hasta que no se retire el concierto econ¨®mico al menos a los colegios donde la delincuencia fue ¡ªo es¡ª sist¨¦mica; hasta que no se cierre alguno de esos centros de terror infantil ¡ª?acaso no se clausuran estadios?¡ª, los ciudadanos estaremos subvencionando pederastas. ?Les complace? La sanci¨®n penal debe recaer sobre el criminal; el coste econ¨®mico-administrativo, en la instituci¨®n que lo alberga o ampara. Algunos miserables solo reaccionan cuando sus actuaciones, o silencios, les acarrean perjuicios contantes y sonantes. A por ellos.
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