Una ni?a

Si es usted persona entrada en a?os o tiene padres en semejante situaci¨®n, pero, sobre todo, si su madre o abuela van alcanzando los 80, es posible que conozca o le suene el nombre de Elena Fort¨²n. Fue una de las mujeres m¨¢s destacadas de la Segunda Rep¨²blica y ha sido del todo olvidada. Gan¨® notoriedad gracias a unos cuentos infantiles protagonizados por una ni?a llamada Celia que se convirti¨® en ¨ªdolo de la poblaci¨®n femenina.

La vida de Fort¨²n fue bastante agobiada, en parte por su relaci¨®n con Matilde Ras en una ¨¦poca poco educada. Eso no le impidi¨® llevarse bien con su marido (Madrid era Bloomsbury), de quien tuvo dos hijos. Los tres murieron de mala manera, pero lo que la derrib¨® a ella fue la revoluci¨®n. Acaba de publicarse una novela, la ¨²ltima de Celia, que nunca antes pudo ver la luz, excepto en una rareza bibli¨®fila de 1987. Su t¨ªtulo, Celia en la revoluci¨®n, pone un final trist¨ªsimo a aquella muchacha sensible, lista, ingenua y amable a la que la revoluci¨®n comunista tortur¨® y la revoluci¨®n fascista expuls¨® al exilio.

?Y c¨®mo ha tardado 70 a?os en publicarse un documento tan interesante sobre la Guerra Civil? Pues porque Elena Fort¨²n, como explica Andr¨¦s Trapiello en su pr¨®logo, aunque leal a la Rep¨²blica, no era ni comunista ni fascista y eso entonces te costaba la vida. Todav¨ªa hoy est¨¢ bastante penado, aunque los actuales fratricidas adopten nombres majos.

El libro es un documento conmovedor porque asistimos al horror desde los ojos de una ni?a y sabemos que todo lo que cuenta es verdad. Hambre, fusilamientos, enfermedad, asesinatos, fr¨ªo, persecuci¨®n, latrocinio, todos los caballos del Apocalipsis cabalgaron sobre aquella dulce criatura hasta aplastarla. Es honroso devolverle algo de dignidad.