Las pistas falsas de Podemos
Pablo Iglesias ha justificado sin inmutarse su decisi¨®n de colaborar con el r¨¦gimen teocr¨¢tico de Ir¨¢n
Llevaba tiempo queriendo escribir sobre lo inquietante que resulta el hecho de que alguien que ha dicho en p¨²blico las barbaridades que ha llegado a decir Pablo Iglesias siga teniendo a estas alturas opciones reales de ser vicepresidente del Gobierno. Es verdad que Podemos obtuvo m¨¢s de tres millones de votos en las elecciones generales, pero me inclino a pensar que muchos de sus votantes desconocen algunas de las perversidades que en poco tiempo ha soltado el secretario general del partido morado.
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Mucho se ha hablado en los medios sobre la financiaci¨®n ilegal de Podemos a cargo de reg¨ªmenes autoritarios como Venezuela o Ir¨¢n, pero lo cierto es que hasta ahora nadie ha podido demostrar ante un juez la existencia de esa financiaci¨®n irregular. De ah¨ª que siempre me haya parecido contraproducente insistir en la naturaleza il¨ªcita de los fondos transferidos desde Caracas o Teher¨¢n a los fundadores de Podemos. Sin embargo, hay episodios de esa relaci¨®n financiera, reconocidos p¨²blicamente por el propio Iglesias, que s¨ª me parecen relevantes y que a mi juicio deber¨ªan descalificarlo, por no decir que lo inhabilitan para ocupar un puesto de responsabilidad en el Gobierno de Espa?a o de cualquier otro pa¨ªs democr¨¢tico digno de tal nombre.
Me refiero por ejemplo a lo que dijo Iglesias hace, como quien dice, cuatro d¨ªas, concretamente el 1 de marzo del 2013, poco antes de la presentaci¨®n oficial de Podemos en enero del 2014. Basta con buscar en Google o en YouTube ¡°Pablo Iglesias habla de su relaci¨®n con Ir¨¢n¡± para encontrar un v¨ªdeo de aquel d¨ªa en el que Iglesias -que solo unos meses despu¨¦s se iba a convertir en secretario general de Podemos- justifica sin inmutarse su decisi¨®n de colaborar con el r¨¦gimen teocr¨¢tico de Ir¨¢n, a trav¨¦s del canal estatal de televisi¨®n iran¨ª Hispan TV, con el objetivo de desestabilizar su propio pa¨ªs, Espa?a. No se trata de ning¨²n montaje ensamblado por ninguna caverna medi¨¢tica para hundir a Podemos, sino de su l¨ªder en estado puro. Iglesias habla del tren precintado que los alemanes le pusieron a Lenin para volver a Rusia durante la Primera Guerra Mundial: ¡°A los alemanes les interesaba poner un tren a Lenin para que desestabilizara Rusia. A los iran¨ªes les interesa que se difunda en Am¨¦rica Latina y en Espa?a un discurso de izquierdas porque afecta a sus adversarios. ?Lo aprovechamos o no lo aprovechamos?¡±.
Queda claro que para Iglesias el fin justifica los medios, pero resulta abominable o¨ªr a alguien que aspira a ser presidente, o al menos vicepresidente, de tu naci¨®n reconocer sin ning¨²n pudor que ha colaborado con un r¨¦gimen teocr¨¢tico que lapida a mujeres y homosexuales, con el ¨²nico objetivo de desestabilizar desde dentro nuestro pa¨ªs. A m¨ª me parece perfectamente leg¨ªtimo que a alguien le pueda resultar insoportable el Gobierno del PP o el del PSOE, pero lo que no me parece justificable es que decida por ello aprovecharse de la pretensi¨®n de un r¨¦gimen totalitario de debilitar nuestro sistema democr¨¢tico para tratar de echarlo abajo. Como no le gusta quien gobierna en este momento, en lugar de aceptar las reglas del juego democr¨¢tico Iglesias manifiesta su determinaci¨®n de cortar por lo sano, sin consideraci¨®n alguna por el pluralismo pol¨ªtico, y aunar esfuerzos con Ir¨¢n y Venezuela contra su adversario com¨²n, que no es otro que la Espa?a constitucional con independencia de que gobierne el PP o el PSOE. La generalizaci¨®n a izquierda y derecha del razonamiento de Iglesias implicar¨ªa la liquidaci¨®n de nuestro Estado democr¨¢tico de Derecho. Con raz¨®n Felipe Gonz¨¢lez habla de ¡°revolucionarios liquidacionistas¡±.
Me parece inconcebible que alguien que para alcanzar el poder est¨¢ dispuesto a liquidar nuestro marco de convivencia est¨¦ donde est¨¢ Iglesias
Estoy convencido de que, si Rajoy, S¨¢nchez, Rivera o el l¨ªder de cualquier otro partido convencional hubieran dicho algo siquiera la mitad de grave que esto que con tan tanta naturalidad explic¨® Iglesias, ahora mismo estar¨ªan defenestrados de la vida p¨²blica, y con raz¨®n. En cambio Iglesias ah¨ª sigue, exigiendo con suficiencia la vicepresidencia del Gobierno, la mitad de los ministerios y el control del CNI, RTVE, etc¨¦tera.
Dec¨ªa al comienzo de este art¨ªculo que llevaba tiempo queriendo escribir sobre Iglesias y sus opciones de ser vicepresidente del Gobierno. Me sigue pareciendo inconcebible que alguien que para alcanzar el poder est¨¢ dispuesto a liquidar nuestro marco de convivencia est¨¦ donde est¨¢ Iglesias, pero lo que por fin me lleva a escribir al respecto es el episodio que viv¨ª el jueves pasado en el programa Espejo P¨²blico de Antena 3, donde coincid¨ª con el ide¨®logo de Podemos Juan Carlos Monedero. Ese episodio ilustra a la perfecci¨®n el ¨¦xito de Podemos a la hora de minimizar ante la opini¨®n p¨²blica sus relaciones con satrap¨ªas varias. No en vano, a pesar de lo f¨¢cil que resulta acceder al v¨ªdeo en el que Iglesias explica sus relaciones con el r¨¦gimen iran¨ª, por alguna raz¨®n mucha gente sigue creyendo a pie juntillas que esas relaciones son un invento de la ¡°casta¡± pol¨ªtica, econ¨®mica y period¨ªstica del pa¨ªs para desprestigiar a Podemos.
Es probable que esa raz¨®n se encuentre en la habilidad de los l¨ªderes de Podemos, principalmente Monedero y el propio Iglesias, para ¡°ganar¡± debates en televisi¨®n, que sigue siendo con mucho el medio hegem¨®nico a pesar de las redes sociales. Siguiendo a Schopenhauer, lo importante para ellos no es tener raz¨®n sino llevar raz¨®n, en la medida en que uno puede tener raz¨®n objetiva en una contienda dial¨¦ctica y sin embargo carecer de ella a juicio de los telespectadores, incluso en ocasiones a su propio juicio.
Dec¨ªa el te¨®rico del pesimismo profundo que ¡°la verdad objetiva de una proposici¨®n y su validez en la aprobaci¨®n de los que discuten y sus oyentes son dos cosas distintas¡±. Monedero lo tiene muy claro y por eso el otro d¨ªa, cuando le pregunt¨¦ espec¨ªficamente por el v¨ªdeo de Iglesias y no por lo que hayan dicho los jueces sobre la supuesta financiaci¨®n irregular de Podemos, en lugar de responderme me pregunt¨®: ¡°?Sabes c¨®mo se llama el presidente de Portugal?¡±. La treta le sali¨® bien porque en ese momento no fui capaz de recordar el nombre de Rebelo de Sousa, que el d¨ªa anterior hab¨ªa tomado posesi¨®n de su cargo. En lugar de esquivar su pregunta, por unos segundos pequ¨¦ de candoroso tratando de recordar el nombre del presidente luso, porque ingenuamente cre¨ª que Monedero me lo preguntaba con fines dial¨¦cticos para orientar su respuesta, pero en seguida me di cuenta de que no, de que no era m¨¢s que una falacia de pista falsa con la que Monedero pretend¨ªa parapetarse para no responder a mi pregunta. Cuando reaccion¨¦ ya era tarde: Monedero se sent¨ªa ya ganador del debate y no dejaba de insistir en que mi ignorancia sobre el vecino Portugal me descalificaba para hablar de pa¨ªses lejanos como Venezuela o Ir¨¢n. Es curioso c¨®mo Monedero, Iglesias y compa?¨ªa pretenden ahora presentar cualquier pregunta que se les haga sobre Venezuela, Cuba o Ir¨¢n como una fijaci¨®n arbitraria del preguntador, como si la cosa no fuera con ellos.
Sea como fuere Monedero me puso en evidencia, no tanto por no ser capaz de recordar el nombre de Rebelo de Sousa como por no haber estado a la altura de su habilidad, directamente proporcional a su demag¨®gico cinismo. La pr¨®xima vez, sin duda, estar¨¦ m¨¢s preparado. Para entonces seguir¨¢ estando sobre la mesa mi pregunta sobre la conformidad con la moral o con la raz¨®n de que alguien que dice lo que ha dicho Iglesias est¨¦ en disposici¨®n de ser vicepresidente del Gobierno de Espa?a. Ojal¨¢ encuentre respuesta antes de que sea demasiado tarde.
Ignacio Mart¨ªn Blanco es polit¨®logo y periodista
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