Contra la corrupci¨®n, ciudadan¨ªa
Si queremos que esto funcione, exij¨¢mosles a los pol¨ªticos leyes eficaces basadas en el consenso y Administraciones que rindan cuentas
Los estudios y la experiencia demuestran que, cuando una sociedad alcanza elevados niveles de corrupci¨®n, fraude y clientelismo, se expande una sombra de cinismo y desprecio por la legalidad que hace imposible el desarrollo y el buen funcionamiento de las instituciones. La creencia en la deshonestidad de los dem¨¢s incentiva el ego¨ªsmo y la desconfianza propios, justificando la comisi¨®n de actos fraudulentos e il¨ªcitos en el conjunto de la comunidad. Roto el tejido social, recomponerlo se convierte en una labor tan dif¨ªcil como construir un barco en plena mar.
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Justo era temer que la degradaci¨®n moral que parec¨ªa darse entre amplios sectores de nuestras ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas arrastrara a importantes capas de funcionarios, empresarios y trabajadores. Pero no ha sido as¨ª. Miles y miles de funcionarios han continuado trabajando seria y rigurosamente, dando sus clases, atendiendo a sus pacientes, combatiendo el crimen, m¨¢s a¨²n, han salido a la calle a defender los servicios p¨²blicos, han hecho horas extra para ayudar a sus alumnos sin recursos, a los inmigrantes sin papeles, a las familias sin techo. Y, sobre todo, millones de espa?oles se han hartado de las injusticias flagrantes y de los abusos de poder, han firmado manifiestos, se han afiliado a partidos para luchar desde dentro del sistema pol¨ªtico contra una estructura que se alejaba de la representaci¨®n de sus intereses. En Espa?a la sociedad civil se ha reinventado. Atr¨¢s queda el viejo modelo del asociacionismo vinculado al presupuesto p¨²blico. Hoy los ciudadanos nos organizamos desde la indignaci¨®n o desde la esperanza, con visi¨®n pol¨ªtica o tras una causa concreta, pero sin dejarnos capturar por los intereses gubernamentales.
Como modestos miembros de esa sociedad civil, tenemos que felicitarnos por el arranque de la actividad en el Congreso, en cuya primera sesi¨®n se aprob¨® de forma casi un¨¢nime, la creaci¨®n de una comisi¨®n para la auditor¨ªa de la calidad democr¨¢tica, la lucha contra la corrupci¨®n y las reformas institucionales y legales promovida por Podemos, PSOE, IU y Compromis. Sus se?or¨ªas se mandatan a traducir en propuestas normativas buena parte de las reivindicaciones que la sociedad viene expresando, como malestar con el funcionamiento de nuestra democracia. Transparencia institucional, imparcialidad e independencia de los ¨®rganos constitucionales y organismos reguladores, mejora en la representaci¨®n pol¨ªtica y en la democracia interna de los partidos, revisi¨®n pormenorizada de la legislaci¨®n anticorrupci¨®n estudiando la constituci¨®n de un organismo con competencias en el ¨¢mbito de la prevenci¨®n, o una nueva actualizaci¨®n del r¨¦gimen de incompatibilidades y conflicto de intereses entre nuestros cargos p¨²blicos y funcionarios y su posterior actividad privada, son algunos de compromisos, fuertemente exigidos por la sociedad civil, que hoy son mandato parlamentario.
D¨ªas atr¨¢s organizaciones como Transparencia Internacional, Hay Derecho y +Democracia hab¨ªan exigido a los grupos parlamentarios valent¨ªa a la hora de afrontar, desde el mismo inicio de la Legislatura, en el propio debate de investidura compromisos concretos en estos temas. En las propias mesas de negociaci¨®n para un acuerdo de legislatura que permitiera la formaci¨®n de Gobierno, muchas de estas medidas han sido objeto de amplio debate, y nos congratula ver c¨®mo el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos contempla muchas de ellas.
En la primera sesi¨®n del nuevo Congreso se aprob¨® una comisi¨®n para la auditor¨ªa de la calidad democr¨¢tica
La crisis econ¨®mica y su gesti¨®n, sus consecuencia sociales, pero tambi¨¦n pol¨ªticas, nos enfrentan a exigencias nuevas. Nos hemos dado cuenta de que la nuestra es una democracia con una calidad muy mejorable, pero nadie, a diferencia de muchos de los pa¨ªses de nuestro entorno, duda de que la democracia sea la soluci¨®n.
Los partidos deben cambiar, las instituciones deben rendir cuentas, la corrupci¨®n hay que prevenirla, hacerla m¨¢s dif¨ªcil, casi inviable y condenarla con m¨¢s rapidez cuando se identifica. Los parlamentarios deben trabajar en medidas concretas, las organizaciones de la sociedad civil deben desconfiar y presionar, y ser¨ªa bueno que las organizaciones empresariales y los sindicatos abandonen el c¨®modo discurso general y empiecen a cambiar tambi¨¦n. Las organizaciones empresariales no pueden mirar para otro lado. El coraz¨®n mismo de la crisis fue econ¨®mico y empresarial, no hay pol¨ªtico corrupto sin empresario corruptor. Los sindicatos est¨¢n tan en el centro de la crisis de desafecci¨®n pol¨ªtica como los partidos pol¨ªticos y nos han fallado de la misma manera.
La polic¨ªa, los fiscales y los jueces han entendido bien su misi¨®n. Han aprendido a combatir la corrupci¨®n y el fraude, no siempre con el apoyo o las leyes necesarias, pero siendo conscientes de la inmensa presi¨®n social que reca¨ªa sobre ellos. Con la creaci¨®n de la Comisi¨®n, las Cortes dan muestra de entender que las siguientes legislaturas no lo ser¨¢n al uso y que deben responder sobre temas complejos, que requieren de m¨¢s capacidad de consenso que de mando.
Si queremos que esto funcione, a los pol¨ªticos exij¨¢mosle lo suyo, leyes eficaces basadas en el consenso y Administraciones que rindan cuentas. Adem¨¢s, a nosotros exij¨¢monos tambi¨¦n lo nuestro. No hay democracia sin ciudadan¨ªa. No lo har¨¢n bien los parlamentarios sin presi¨®n, sin exigencia social, siempre dif¨ªcil y contradictoria, ut¨®pica en unos casos, interesada en otros. Nuestra democracia sigue reclamando liderazgo al tiempo que espera menos de los l¨ªderes, signo de madurez que debe ir acompa?ado de m¨¢s exigencia a todos, y tambi¨¦n de mayor implicaci¨®n de todos.
Bienvenida la primera Comisi¨®n parlamentaria sobre la calidad de nuestra democracia. Ahora falta todo lo dem¨¢s.
Manuel Villoria es el director del Observatorio de Buena Gobernanza de la Universidad Rey Juan Carlos.
Firman tambi¨¦n este art¨ªculo Reyes Montiel, Javier Cremades, Emilia S¨¢nchez, Jos¨¦ Antonio G¨®mez-Y¨¢nez y Francisco Polo, en nombre de la asociaci¨®n +Democracia.
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