La dudosa sombra del ¡®Made in China¡¯
El sector de la moda del pa¨ªs asi¨¢tico lucha para derribar el estereotipo de que sus productos son copiados o de mala calidad
![Uniqlo en China.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/KHEFNQDWA5MNEPUXZDBDSQ5CYY.jpg?auth=648005d03dec803e4b85d46a558329d9bcb3b11f38d4471347fbde78773c594b&width=414)
No es f¨¢cil deshacerse de los estereotipos y los que trabajan en el sector de la moda en China lo saben bien. A?os despu¨¦s de que el gigante asi¨¢tico se haya convertido en el mayor productor y exportador de textil del planeta, un creciente n¨²mero de marcas y dise?adores locales buscan consolidarse en el pa¨ªs y hacerse un hueco en el mercado internacional de la moda. Pero su esfuerzo choca con un clich¨¦ extendido dentro y fuera del gigante asi¨¢tico: las prendas fabricadas en China son baratas, de mala calidad o simplemente son copias de lo que dise?an las m¨¢s famosas ense?as occidentales.
China cuenta con grandes cadenas de moda r¨¢pida, como Heilan o Meters/bonwe; marcas medianas que han crecido considerablemente en los ¨²ltimos a?os, como Zuczug o Icicle; y proyectos que despegan gracias al tir¨®n del comercio electr¨®nico en China, como Front Row Shop. Sin embargo, en los centros comerciales de las grandes ciudades del pa¨ªs las tiendas que siguen llev¨¢ndose gran parte del pastel son Uniqlo, Zara o H&M.
"Es duro luchar contra este prejuicio", admite Zhou Bin, director general de Front Row Shop. La firma, que lanza nuevas colecciones cada dos semanas, presume de estar al d¨ªa de las ¨²ltimas tendencias de las pasarelas y de ofrecer estas prendas exclusivas a un precio m¨¢s competitivo de lo que es habitual. "Un precio m¨¢s bajo no significa necesariamente que la calidad del producto sea peor, sino que refleja c¨®mo uno gestiona la producci¨®n", defiende Zhou. En su caso, adem¨¢s, el hecho de ser una tienda virtual les permite minimizar costes como alquileres, intermediarios o promoci¨®n. "Lo mejor que podemos hacer es vender buenos productos para ganar la confianza de nuestros clientes", explica.
![Página web de HLA.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7GML47A7XP3LEQ5673PZOYRQN4.jpg?auth=680a137504a8ab9fe2fbfd82a49eb25bbac4bb799f68679fe22598ae25cec8e6&width=414)
Pero para que el 'Made in China' comience a ser percibido como algo con m¨¢s clase, los primeros que tienen que cre¨¦rselo son los propios chinos. Una de las m¨¢s reconocidas expertas en moda del gigante asi¨¢tico, Hung Huang, editora de la revista iLook Magazine, asegura que esto est¨¢ empezando a suceder, especialmente entre los j¨®venes. "Muchos han viajado fuera del pa¨ªs y ya no necesitan reafirmar su estatus a trav¨¦s de su vestimenta. Ahora est¨¢n buscando algo que sea m¨¢s local, m¨¢s relevante para ellos, que puedan asociar a su entorno y cultura", asegura.
Hay otras variables estructurales, como el hecho de que la industria textil en China ha experimentado de notables mejoras en los ¨²ltimos a?os; y coyunturales, como el resurgir de un sentimiento nacionalista impulsado por el presidente Xi Jinping, que tambi¨¦n ayudan a las marcas locales. La primera dama china, Peng Liyuan, tiene preferencia por las prendas hechas en China y contribuye a este lavado de imagen luci¨¦ndolas mientras acompa?a a su marido en sus viajes de Estado. Sus dise?os favoritos son de Exception, una marca de alta gama con sede en Cant¨®n, que ha visto disparada su popularidad desde que Peng viste sus ropas y lleva sus complementos.
El presidente de la empresa que produce las prendas de Exception, Mao Jihong, asume que la mala fama de la confecci¨®n china no es en vano. "Nuestro buen trabajo en ropa se perdi¨® durante las primeras tres d¨¦cadas de reforma y apertura. Todo el mundo trabaja en marcas de gama baja porque estamos siguiendo los requisitos de calidad y est¨¦tica establecidos por los occidentales", dijo en una entrevista al peri¨®dico hongkon¨¦s South China Morning Post. Las falsificaciones tampoco ayudan: poco despu¨¦s de que la primera dama china diera a conocer su predilecci¨®n por la marca, decenas de peque?os productores empezaron a vender imitaciones a trav¨¦s de Internet. El gigante del comercio electr¨®nico chino, Alibaba, se esfuerza para que sus plataformas est¨¦n libres de copias, pero a¨²n est¨¢ lejos de lograrlo.
Con el aparente empuj¨®n del mercado local, ?est¨¢n las marcas chinas m¨¢s cerca de hacerse un hueco en el global? Hung considera que a¨²n les queda un largo camino. "Una vez se hayan establecido en China y tengan una buena reputaci¨®n, ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil. Al fin y al cabo lo que necesitan para cruzar la frontera es capital, y este no llegar¨¢ si los inversores piensan que no tienen la experiencia y credibilidad suficiente en su propio pa¨ªs". Otro de los factores que retrasa su expansi¨®n internacional es que simplemente no es una prioridad porque en China queda a¨²n mucha parte del pastel por repartir. Seg¨²n un informe de la consultora PwC, en 2018 el gigante asi¨¢tico representar¨¢ un tercio de la demanda de ropa en Asia, una regi¨®n en la que la industria de la moda crece a tasas anuales de alrededor del 10%.
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