En La Habana con los Obama, Pocholo y Jos¨¦ Andr¨¦s
El turismo de la ciudad se ve alterado por la visita del presidente de EE UU y su familia
![El presidente Barack Obama y su esposa Michelle, por las calles de La Habana.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/56RK3SGAQXUJBZ4RDQ5EEMQT64.jpg?auth=0c652ad0ba09ba56f43a53a0edd09ce8982f20b40399920ca8cdf00aabe8fa56&width=414)
La ma?ana empez¨® al alba. La culpa fue del jet lag, y de los alegres hu¨¦spedes del hotel Ambos Mundos. Dormir al lado de la habitaci¨®n de Hemingway no es lo ideal si lo que se necesita es una noche que compense el asiento en clase turista. Y eso que la llegada hab¨ªa sido muy tranquila: a trav¨¦s de una vieja Habana empedrada y silenciosa, como prepar¨¢ndose para lo que le esperaba con los Obama en Cuba.
El d¨ªa promet¨ªa ser inolvidable : los escasos hu¨¦spedes que no hab¨ªan escapado hacia Cienfuegos o Trinidad, huyendo de la previsible quema, nos congregamos delante del plasma del lobby, a la espera de un discurso hist¨®rico. Era como el bar de Cheers, pero sin Norm y con m¨¢s negritos, como dice la canci¨®n que hermana C¨¢diz y La Habana.
![Jos¨¦ Andr¨¦s, durante su visita a La Habana.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/3QP6QDAREYSAHA6KE2542OH3EA.jpg?auth=aa64764f19486e98b4efad61c2925f7d97b71e996578b7c2bea04d381e2e4e02&width=414)
Obama, 88 a?os despu¨¦s de que el ¨²ltimo presidente norteamericano hubiera puesto los pies en el pa¨ªs, se dirig¨ªa a Cuba desde Cuba, y desde all¨ª, al mundo. Y La Habana se paraliz¨®. No tanto por sus palabras como por la iniciativa de Michelle: hacer turismo en La Habana vieja con su madre, con Malia, con Sasha... como todos los que est¨¢bamos all¨ª por Semana Santa, los Rolling a puntito y el mundo entero de los tour operadores.
Terminado el discurso para la Historia, la primera dama segu¨ªa con sus visitas, y los turistas, sin poder salir del hotel. Prohibido el paso; prohibido salir del hotel no fuera el s¨¦quito de la first lady a pasar por all¨ª. De golpe y porrazo salimos del lugar en el que todo el mundo sabe tu nombre al asfixiante y bu?ueliano sal¨®n del ¨¢ngel exterminador. Por no mencionar el momento viejaelvisillo (o c¨®mo turistas y empleados, hermanados en el cotilleo, atisb¨¢bamos entre las lamas de las persianas cualquier indicio de Michelle).
Mientras la situaci¨®n tornaba a un nuevo momento cinematogr¨¢fico televisivo inspirado en Bienvenido Mister Marshall, decepcionados, conseguimos escapar hacia el Floridita. A ver si los daiquiris figuraban en el recorrido de Michelle, y a pesar de la hora, muy temprana incluso para quienes nos mantenemos en cualquier huso en horario espa?ol.
![Obama, con Ra¨²l Castro, durante un partido de b¨¦isbol en La Habana.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SKRBJHWV2UGSSX5NXIWGRBKAF4.jpg?auth=7c7df0f478db50599300288c9c5aa29e04b39f9adbc89806cc8dd33cf8fb0535&width=414)
De Michelle ni rastro, pero justo a la entrada junto a un grupo de espa?oles, estaba Pocholo Mart¨ªnez- Bord¨ªu. Siempre anima encontrar compatriotas fuera de casa.
Al segundo daiquiri conseguimos sentarnos en el ¨²nico taburete libre situado (maldici¨®n) junto a la estatua de Hemingway. Los norteamericanos se lanzaban en masa a fotografiarse junto al inmortal escritor... pero, !no! con quien se hac¨ªan fotos como si no hubiera un ma?ana era con el cocinero Jos¨¦ Andr¨¦s, la gran estrella de la cocina espa?ola en Estados Unidos, de gira con Barack y con Michelle.
Tras una agradable charla recordando viejos tiempos, tres se?oras norteamericanas que pidieron foto y dos daiquiris m¨¢s abandonamos el local rumbo hacia el malec¨®n.
Parados en el sem¨¢foro otra vez. Una hilera eterna de veh¨ªculos negros con luces rojas y azules en el techo atraves¨® hacia la salida : "todo se lo han tra¨ªdo de Estados Unidos" nos explic¨® nuestro taxista. "Hasta los cocineros". Qu¨¦ grande, Jos¨¦ Andr¨¦s."Hasta la gasolina de los carros. !Y la bestia!" ?La bestia? ?Eso qu¨¦ es? "La bestia es el carro blindado de Obama; no s¨®lo resiste balas, si no misiles. Y ¨¦l debe estar en el b¨¦isbol" apunt¨®, consultando el reloj. "As¨ª que este no es Obama..." La comitiva pas¨® antes de que diera tiempo ni a desbloquear el m¨®vil, cuando el taxista peg¨® un grito: "Es Michelle".
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