Conversatorios en Puerto Rico
El espa?ol de Am¨¦rica, que tantos vocablos hermosos ha creado, se sale aqu¨ª del carril para formar una palabra at¨ªpica
El VII Congreso de la Lengua, celebrado en Puerto Rico, se llen¨® de ¡°conversatorios¡±, anunciados con tal palabra en los programas oficiales. Conversatorios entre escritores, entre fil¨®logos, entre cervantistas... Un conversatorio aqu¨ª y otro all¨¢, continuamente.
La edici¨®n del Diccionario de 2014 acogi¨® ese sustantivo (en la funci¨®n que comentamos) como propio de Colombia y de Per¨², pero ha arraigado tambi¨¦n en otros pa¨ªses.
El vocablo se forma, como es obvio, a partir de ¡°conversar¡± y con la adici¨®n del sufijo -torio. Sin embargo, la nueva palabra rompe con lo que cualquier hablante percibe de inmediato al escuchar un sustantivo (ojo: un sustantivo) creado en espa?ol del mismo modo: que nos estamos refiriendo a un lugar. Y m¨¢s exactamente, a un lugar donde se ejecuta la acci¨®n mencionada por la ra¨ªz. Porque tenemos en la memoria productiva de nuestro idioma el valor locativo de -torio, que forma palabras como ¡°consultorio¡±, ¡°dormitorio¡±, ¡°purgatorio¡±, ¡°sanatorio¡±, ¡°velatorio¡±, ¡°escritorio¡±, ¡°paritorio¡±... Es decir, los lugares donde se consulta, se duerme, se purga, se sana, se vela, se escribe o se pare.
A veces, la acci¨®n y la etimolog¨ªa no son tan reconocibles a simple vista, porque se pierden en las lejanas ra¨ªces de lat¨ªn o proceden de una palabra ya formada en aquella lengua (¡°mingitorio¡±, ¡°crematorio¡±, ¡°ambulatorio¡±, ¡°directorio¡±, ¡°locutorio¡±, ¡°refectorio¡±...).
Pero en ese repertorio (del lat¨ªn repertorium) no encontraremos sustantivos que reflejen acciones, sino lugares, espacios o soportes; ya sean reales o imaginarios. Quiz¨¢s por eso suene extra?o ¡°conversatorio¡±. Al o¨ªr esa palabra, nuestra mente ling¨¹¨ªstica puede entender que se menciona el lugar donde se produce una conversaci¨®n: igual que ¡°auditorio¡± no es la acci¨®n de o¨ªr, sino el lugar donde se oye; y del mismo modo que a la acci¨®n de o¨ªr le corresponde ¡°audici¨®n¡± en analog¨ªa con ¡°conversaci¨®n¡±.
As¨ª pues, el vocablo creado en Am¨¦rica distrae de su misi¨®n habitual una de las piezas del mecano con las que normalmente formamos palabras en espa?ol, y la encaja a cap¨®n en un lugar para el que no estaba dise?ada. ¡°Conversatorio¡±, eso s¨ª, afina m¨¢s que ¡°conversaci¨®n¡± porque su significado se restringe a aquella charla que se produce con cierta formalidad y ante un p¨²blico; pero en ese trabajo ya hab¨ªan acumulado muchos quinquenios entre nosotros expresiones como ¡°coloquio¡± o ¡°mesa redonda¡±.
El espa?ol de Am¨¦rica, que tantos vocablos hermosos ha creado con los recursos comunes del idioma, se sale aqu¨ª del carril para formar una palabra at¨ªpica. El tiempo dir¨¢ si estamos ante una simple ruptura de la norma (es decir, de lo que hemos hecho normal los hablantes) o ante una nueva v¨ªa encaminada a formar tambi¨¦n palabras que representen una acci¨®n. Habr¨ªa que organizar un buen conversatorio para debatirlo.
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