Sacar a la luz a las ¡®ni?as invisibles¡¯
La falta de datos sobre la situaci¨®n real de las menores en muchas partes del mundo dificulta la b¨²squeda de soluciones

Hay 100 millones de ni?as en pa¨ªses de renta baja o media-baja que no saben ni leer una sola frase. No obstante, sabemos que con cada a?o de educaci¨®n sus ingresos aumentan en m¨¢s de un 10%. Mejorar la vida de las ni?as beneficia a sus familias y a sus comunidades, y repercute fortaleciendo a todos los pa¨ªses y continentes.
Como apunta Concha L¨®pez, directora general de Plan International Espa?a, invertir en las ni?as es inteligente: ¡°Las ni?as de hoy son las mujeres del futuro, por eso invertir en su educaci¨®n no es solo una cuesti¨®n de derechos, sino lo m¨¢s inteligente para el desarrollo de las comunidades¡±.
En el ¨²ltimo a?o, el mundo acord¨® los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Pero s¨®lo podr¨¢n lograrse si liberamos el poder de las ni?as. Muchos de los objetivos que nos hemos propuesto dependen de la capacidad de las chicas para proteger su derecho a la educaci¨®n, seguridad, salud e igualdad de condiciones. Sin embargo, la sombra en la que muchas veces transcurren sus vidas amenaza con minar nuestras posibilidades de conseguir el cambio que necesitamos. Las ni?as son invisibles con demasiada frecuencia, no solamente en sus comunidades, sino tambi¨¦n en las estad¨ªsticas que orientan las pol¨ªticas.
Lo que s¨ª sabemos revela verdades preocupantes. A este ritmo, en 2020 m¨¢s de 140 millones de ni?as se casar¨¢n antes de su cumplir 18 a?os. El matrimonio infantil y el embarazo adolescente limitan el acceso de las ni?as a la educaci¨®n, reduciendo su nivel adquisitivo de por vida. Por supuesto, existen consecuencias m¨¢s inmediatas. Hoy mismo, alrededor de 830 mujeres morir¨¢n por complicaciones durante el embarazo o el parto. Casi todas ellas, en pa¨ªses en desarrollo. Es una cifra terrible, pero los n¨²meros que nos faltan me preocupan de la misma forma. Por el momento, sabemos que las ni?as de entre 15 y 19 a?os tienen el doble de posibilidades de morir a lo largo de su embarazo o en el parto que las mayores de esa edad, pero no sabemos cu¨¢ntas ni?as menores de 15 a?os se quedan embarazadas cada a?o.
El problema de los datos es a¨²n m¨¢s profundo: 230 millones de ni?os menores de 5 a?os en todo el mundo no tienen certificado de nacimiento y ven negado su derecho a una identidad legal, ya que m¨¢s de un centenar de pa¨ªses carece de sistemas de registro adecuados para los acontecimientos clave de la vida, incluidos los nacimientos y los matrimonios. Hasta que no podamos contabilizar los casos, las oportunidades de transformar la posici¨®n de las ni?as se desvanecen.
Dando voz a las ni?as se pueden superar muchos de los retos a los que se enfrentan
Y no se trata simplemente de que las cosas sencillas de contar no se cuenten. Sabemos seguro que un transporte p¨²blico asequible es crucial para la independencia de las ni?as, para su acceso a la educaci¨®n, a la salud y a otros servicios importantes. Pero mientras no podamos contabilizar el n¨²mero de autobuses disponibles en la ciudad, no podemos considerar si las ni?as se sienten suficientemente seguras para utilizarlos.
Las ni?as son por tanto v¨ªctimas de una doble humillaci¨®n: la marginaci¨®n de sus vidas est¨¢ acentuada por su invisibilidad. Si tomamos en serio los ODS, debemos estar seguros de que los indicadores y formas de medici¨®n que ponemos en pr¨¢ctica est¨¢n a la altura de la misi¨®n, y que las especificidades de la vida de las ni?as se reflejan, porque las ni?as invisibles son las que m¨¢s f¨¢cilmente pueden quedarse atr¨¢s.
Claro que, si les di¨¦ramos la oportunidad, ellas ser¨ªan m¨¢s capaces de hacerse visibles. En Nueva Delhi, por ejemplo, el 96% de las adolescentes nos dicen que no se sienten seguras en los espacios p¨²blicos. Una de ellas, Meera (17 a?os) tiene que soportar acosos constantes de camino a la escuela. Pero, animada por un evento sobre los espacios p¨²blicos y las ni?as, Meera se involucr¨® en la iniciativa Ciudades seguras, dentro de la campa?a de Plan International Por ser ni?a.
Tras presentar su caso directamente al gobierno local, se ha instalado iluminaci¨®n y c¨¢maras de vigilancia, guardias de seguridad vigilan las zonas alrededor de las escuelas locales y los l¨ªderes locales est¨¢n dando pasos para mejorar la seguridad de las chicas del barrio. Ella ha animado a su padre, conductor de rickshaw, a comprometerse tambi¨¦n y ahora aconseja a otros conductores sobre la seguridad de las pasajeras. Dando voz a las ni?as, muchos de los retos a los que se enfrentan pueden ser superados. D¨¢ndoles un papel participativo, aceleramos el cambio, y? nos aseguramos de que sus necesidades son abordadas de manera efectiva.
El movimiento a favor de los derechos de las ni?as es amplio, y uno en los que m¨¢s urge avanzar. Se ha reconocido su importancia a la hora de redactar los ODS pero adem¨¢s se extiende por toda la sociedad civil en general: pensad en la respuesta a las violaciones en India o en la campa?a #BringBackOurGirls. Debemos movilizarnos para asegurar que los gobiernos recopilan, desglosan y utilizan los datos de manera inteligente ¡ªincluyendo m¨¦todos innovadores¡ª para que la vida de las ni?as no se pierda entre las cifras.
Los objetivos globales constituyen una plataforma para el progreso si tenemos la voluntad y la energ¨ªa para usarla. La brecha entre donde estamos y donde queremos estar sigue siendo desalentadora. Pero no imposible. Sabemos que el 88% de las ni?as creen que tienen m¨¢s oportunidades de las que tuvieron sus madres, por lo que el progreso es posible. Pero si para progresar hay que transformarse, desde luego necesitamos sacar a la luz a las ni?as invisibles.
Anne-Birgitte Albrectsen es consejera delegada de Plan International.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Desarrollo ?frica
- IDH
- ADI
- Agenda Post-2015
- Cooperaci¨®n y desarrollo
- Desarrollo humano
- PNUD
- Indicadores sociales
- Indicadores econ¨®micos
- Objetivos Milenio
- Calidad vida
- Embarazo
- Geopol¨ªtica
- Infancia
- Programas ONU
- Bienestar social
- ONU
- Reproducci¨®n
- ?frica
- Desarrollo sostenible
- Mujeres
- Pol¨ªtica social
- Organizaciones internacionales
- Medicina
- Pol¨ªtica
- Planeta Futuro